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El otro lado de 2020: las emisiones de gases de efecto invernadero bajaron un 17,9%
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El otro lado de 2020: las emisiones de gases de efecto invernadero bajaron un 17,9%

El último año ha sido, para demasiados, el más duro de sus vidas. Hemos aprendido duras lecciones, pero algunas de ellas han sido buenas. Somos capaces de tener un impacto severo (tanto positivo como negativo) en el clima

Foto: Foto: EFE
Foto: EFE

Era algo que todos no solíamos (a fin de cuentas, el cielo sobre las ciudades más contaminadas de España como Madrid o Barcelona estaba claro, cosa que no pasaba hacía años), pero de la que no teníamos pruebas. Parecía que la contaminación era cosa del pasado. Claro está que después las restricciones disminuyeron y las 'boinas' de contaminación volvieron, pero durante unos meses nos pudimos llenar los pulmones a gusto (aunque encerrados en casa, tampoco lo disfrutamos tanto como nos habría gustado).

Ahora, por suerte, el Observatorio de la Sostenibilidad acaba de publicar un informe en el que detalla (esta vez de forma científica, no por una corazonada) que, en efecto, la contaminación y las emisiones de gases de efecto invernadero se redujeron de lo lindo durante todo el año 2020. De nuevo, es más sencillo que esto ocurra cuando durante unos cuantos meses, millones de españoles están teletrabajando (si tenían suerte) o, directamente, en casa sin poder salir ni hacer nada.

placeholder Gráfico: Observatorio de la Sostenibilidad
Gráfico: Observatorio de la Sostenibilidad

Los datos son más que claros, como informa el economista José Santamarta, director del Observatorio de Cambio Climático: "En 2020 las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyeron un 17,9% respecto al año anterior". Esto no es una buena noticia por sí sola, sino que, además, acentuó la tendencia que se estaba llevando en los años anteriores: "Después de las bajadas de 2018, 2019 y 2020, las emisiones alcanzaron una disminución respecto del año base de 1990 de un 11% y de un 42% respecto a 2005", explica el experto.

Pero, en efecto, el hecho de que esta bajada venga de la mano de la pandemia, no es necesariamente la mejor noticia del mundo. Por exagerar con una metáfora: que ahorremos mucho en luz es algo bueno, pero si esto se debe a que hayamos pasado un mes hospitalizados, las noticias son horribles, por buenas que puedan ser parte de las consecuencias. Así lo expone el propio José Santamarta: "La crisis desatada por el coronavirus supuso el mayor desplome de las emisiones, lo mismo que sucedió con el PIB, el empleo o el aumento de la deuda pública, por poner algunos ejemplos". Del mismo modo, este desplome es algo absolutamente excepcional, no confirma tendencias ni la efectividad de las políticas medioambientales.

Foto: Dependemos de la naturaleza (EFE)

De todos modos, el informe sí que aporta información realmente buena para el medio ambiente: En 2020 tuvo lugar la disminución de la quema de carbón para la generación eléctrica de un 55%, tanto en porcentaje total, como en la cantidad de GWh generados y, además, hubo una reducción del consumo de gas natural en las centrales de ciclo combinado de un 25%.

Por si eso fuera poco, la producción hidráulica aumentó en un 23%, la eólica en un 1,8% y la fotovoltaica en un 68%. Para que nos hagamos una idea de la relevancia de estos datos, basta decir que la energía eólica generada en 2020 en suelo español bastó para evitar la emisión de 29 millones de toneladas de CO₂ a la atmósfera.

Fernando Prieto, otro de los autores del informe ha apuntado que "estos datos ya observados permiten aumentar la ambición de los objetivos de reducción de la nueva Ley de Cambio Climático para conseguir una economía descarbonizada, más sostenible y más competitiva". La pandemia nos ha dado muchas lecciones, la mayor parte de ellas extraordinariamente duras y despiadadas, pero esta es buena, y entra suavemente como una brisa marina en un día de calor veraniego. Es el momento de a aprovechar lo que hemos aprendido.

Era algo que todos no solíamos (a fin de cuentas, el cielo sobre las ciudades más contaminadas de España como Madrid o Barcelona estaba claro, cosa que no pasaba hacía años), pero de la que no teníamos pruebas. Parecía que la contaminación era cosa del pasado. Claro está que después las restricciones disminuyeron y las 'boinas' de contaminación volvieron, pero durante unos meses nos pudimos llenar los pulmones a gusto (aunque encerrados en casa, tampoco lo disfrutamos tanto como nos habría gustado).

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