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¿Residuos como recursos? Colaboración, regulación e innovación, palancas de la nueva circularidad
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ENCUENTRO EL CONFIDENCIAL - CEPSA

¿Residuos como recursos? Colaboración, regulación e innovación, palancas de la nueva circularidad

En un mundo donde los recursos son limitados y los residuos abundan, la economía circular se presenta como la solución para lograr un futuro sostenible. En este contexto, la colaboración, la regulación y la innovación emergen como grandes claves

Foto: Mar Perrote (Cepsa) durante la mesa redonda.
Mar Perrote (Cepsa) durante la mesa redonda.

La transición hacia una economía descarbonizada y sostenible pasa inevitablemente por reducir a cero los deshechos y residuos. Los expertos coinciden en que los pasos hacia el net zero deben darse en el seno de un modelo circular en el que todo ha de ser aprovechado porque los recursos son limitados. Las tradicionales tres erres —reducir, reutilizar y reciclar— siguen estando en el centro del nuevo paradigma, pero los mercados están afinando en los últimos tiempos para ampliar las formas de revalorizar lo que, en teoría, ya no vale. En esta coyuntura son tres los grandes motores que están garantizando el cambio: la colaboración, la regulación y la innovación.

Al menos así lo confirmaron los invitados en la mesa redonda que organizaron El Confidencial y Cepsa y que, precisamente, tuvo por título La circularidad: clave para un futuro sostenible. La tertulia, dirigida por José Luis Gallego, periodista responsable de la sección de Medioambiente del periódico, estuvo participada por Mar Perrote, directora de Seguridad, Medioambiente y Calidad de Cepsa; Mónica Ramos, directora de Operaciones e Ingeniería de PreZero España; Ismael Aznar, socio responsable de Medio Ambiente y Cambio Climático de PwC Tax & Legal; y Jaime de Luis Rullán, coordinador de IRP y Sostenibilidad de Saint-Gobain Weber.

La primera en detallar qué caminos está recorriendo le economía circular fue Mar Perrote, quien explicó que “las grandes empresas, además de motores de crecimiento, desarrollo e innovación, tienen la responsabilidad de marcar el ritmo al resto de la sociedad”. Para poner ejemplos concretos más allá de la teoría, la directora de Seguridad, Medioambiente y Calidad de Cepsa enumeró algunas de las líneas de actuación de la firma: “En primer lugar, estamos generando menos residuos, pero también buscamos una segunda vida para aquellos que es inevitable producir. En paralelo, estamos utilizando residuos de terceros para desplazar progresivamente a las materias primas fósiles”. ¿Cómo? “Fabricando biocombustibles a partir de aceites usados de cocina y residuos agroforestales”, concretó.

La experta también mencionó el agua como elemento sobre el que aplicar la circularidad: “Tenemos presencia en Andalucía, zona que sufre un fuerte estrés hídrico. Nuestro objetivo es impulsar allí proyectos de hidrógeno verde utilizando agua regenerada. Para lograrlo, tenemos un acuerdo con una mancomunidad regional que nos permitirá reutilizar cuatro millones de metros cúbicos al año”, precisó. El cuarto vector de economía circular que destacó la representante de la energética fue el biogás. En este sentido, indicó que “nuestro acuerdo con la empresa Prezero para utilizar este elemento en la planta que operamos juntos en Huelva nos servirá para, entre otras cosas, dotar de energía a nuestras instalaciones de biocombustibles, cerrando así el ciclo”, remarcó.

Por su parte, Mónica Ramos quiso subrayar la importancia que tiene el ámbito energético para la compañía que representa: “Creemos firmemente que es rentable y existen oportunidades de negocio en torno a este nuevo paradigma”, sostuvo. Para lograrlo, propuso “encontrar buenos modelos de colaboración y tecnología. Si se consiguen aunar ambos aspectos, es más rentable que el modelo tradicional”, defendió. Después aconsejó medir: “La rentabilidad se demuestra midiendo y auditando. En nuestro caso, sabemos la cantidad de biometano que generamos y el total de materias primas secundarias producidas.

placeholder Mónica Ramos (PreZero España).
Mónica Ramos (PreZero España).

La regulación, catalizador de la circularidad

Al margen de la colaboración, los participantes coincidieron en que otra de las palancas del cambio es la regulación. Así, Ismael Aznar aclaró que “si bien es cierto que existía normativa al amparo del Green Deal, ahora está cambiando el enfoque. Estamos pasando de prestar atención a la gestión del residuo a abordar la economía circular desde su punto de partida, es decir, desde el ecodiseño”. Para el socio de PwC, “ahora la regulación exige que los artículos tengan más durabilidad, sean reparables, utilicen monomateriales y, por supuesto, sean fácilmente reciclables, además de incorporar material reutilizado”. “Todo ello, paradójicamente —continuó el experto—, está generando ciertas tensiones porque para incorporar más material reciclado en los productos se necesita agilizar la gestión de los residuos y estos están muy regulados”, especificó.

El experto en Medio Ambiente y Cambio Climático de la consultora aprovechó para revelar en qué punto se encuentra la economía circular en Europa. Para contextualizar, explicó que “el índice de circularidad de Eurostat indica cierto estancamiento en torno al 11,5%, con relación a los recursos materiales utilizados en la UE que provienen de materiales reciclados. Son cifras relativamente bajas, pese a los esfuerzos que se están haciendo y, sobre todo, a los beneficios que puede reportar en términos de eficiencia económica”. Además, enfatizó que “a nivel global, la valorización de los residuos que genera el consumo rápido se cifra alrededor de 2,6 billones de dólares, de los que únicamente el 20% se reintegran en la economía, mientras el resto —casi 2 billones de dólares— no se aprovechan y se tiran a la basura”. Y se preguntó “¿qué repercusión tendría aprovechar esos recursos y reintroducirlos en el ciclo productivo?”.

placeholder Ismael Aznar (PwC Tax & Legal).
Ismael Aznar (PwC Tax & Legal).

El tirón de orejas a la administración también llegó desde el sector de la construcción, ya que Jaime de Luis Rullán reivindicó “más dinamismo y agilidad desde el ámbito público para facilitar los marcos de actuación de la economía circular”. Posteriormente, quiso llamar la atención al entorno de la educación superior: “No olvidemos que su papel es muy importante para encontrar soluciones técnicas. Desde la universidad se pueden realizar investigaciones que, quizá, las empresas no podamos iniciar, pero sí llevar a buen puerto”, comentó. Con relación a la colaboración entre empresas, afirmó que “la cooperación y la simbiosis industrial es absolutamente crucial, así como lo es compartir experiencias. Es lo que permite que los residuos se puedan aprovechar”.

"Debemos trabajar mano a mano con todos los miembros del sector, creando alianzas y sinergias", J. de Luis Rullán (Saint-Gobain Weber)

Como asignatura pendiente en el sector donde opera Saint-Gobain Weber, concretó que “la segregación es el gran hándicap”. Bajo su perspectiva, “para poder valorizar los residuos hay que hacer mucha pedagogía con los clientes para decirles que los contenedores deben ir limpios, sin impropios, ya que estos penalizan e incluso invalidan la reutilización”, puntualizó. Asimismo, remarcó que su objetivo “es recoger todos y cada uno de los envases que colocamos en el mercado para darles una segunda vida. Para ello debemos trabajar mano a mano con todos los miembros del sector, creando alianzas y sinergias. Tenemos muchos proyectos piloto en materia de circularidad porque es algo fundamental”, remató.

placeholder Jaime de Luis Rullán (Saint-Gobain Weber).
Jaime de Luis Rullán (Saint-Gobain Weber).

Nuevas soluciones innovadoras

Finalmente, la última vía para potenciar un modelo económico circular es la tecnología, según destacaron las dos expertas en la mesa redonda. De esta forma, Mar Perrote se mostró rotunda cuando subrayó que “la innovación es la llave para lograr la transición energética. Es lo que nos va a permitir que la descarbonización y la economía circular sean rentables”. Como ejemplo de este replanteamiento de los procesos, la representante de Cepsa habló de lo que actualmente ya permite la tecnología: “Este año hemos hecho una prueba para utilizar plásticos residuales de un solo uso, así como plásticos de rechazo procedentes del contenedor amarillo. Con ellos hemos conseguido producir fenol renovable que se puede emplear, por ejemplo, en los álabes de las instalaciones eólicas”, concluyó.

En la misma línea, la representante de Prezero explicó que “la colaboración con empresas de corte tecnológico nos está permitiendo innovar con el objetivo de generar nuevas cadenas de valor y conseguir así materias primas recicladas que, de otra manera, serían impensables”. Mónica Ramos concretó que “en los vertederos que gestionamos directamente hemos comenzado a capturar las emisiones de CH4 para, en lugar de dejarlas escapar hacia la atmósfera, poder depurarlo e inyectarlo de nuevo en la red en forma de metano purificado”, señaló.

La transición hacia una economía descarbonizada y sostenible pasa inevitablemente por reducir a cero los deshechos y residuos. Los expertos coinciden en que los pasos hacia el net zero deben darse en el seno de un modelo circular en el que todo ha de ser aprovechado porque los recursos son limitados. Las tradicionales tres erres —reducir, reutilizar y reciclar— siguen estando en el centro del nuevo paradigma, pero los mercados están afinando en los últimos tiempos para ampliar las formas de revalorizar lo que, en teoría, ya no vale. En esta coyuntura son tres los grandes motores que están garantizando el cambio: la colaboración, la regulación y la innovación.

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