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Cómo el mayor productor de energía de EEUU se quedó sin electricidad
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Las renovables culpabilizadas

Cómo el mayor productor de energía de EEUU se quedó sin electricidad

Las consecuencias del temporal que azotó el estado de Texas a mediados de febrero siguen notándose. Cientos de miles de personas siguen sin acceso a agua potable y el foco de las culpas se ha puesto sobre las renovables

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Al mismo tiempo que EEUU volvía oficialmente al Acuerdo de París para contribuir al esfuerzo multilateral de contener el calentamiento global, un fenómeno climático extremo sorprendió al país dejando sin electricidad a su mayor productor de energía: Texas.

El 15 de febrero arrancó en este estado sureño una tormenta invernal histórica que se prolongaría toda la semana y llevaría a su población a sufrir mínimas de hasta -20 grados centígrados en sensación térmica. El episodio dejó escenas dramáticas: una treintena de personas murieron y millones se quedaron temporalmente sin electricidad y sin agua, lo que afectó también a servicios críticos como hospitales y cuerpos de bomberos, que tuvieron que ver cómo ardían los hogares sin poder apagar las llamas. Ya en marzo, días después de que pasara la nevada, aún hay cientos de miles que sufren consecuencias ligadas a la falta de agua.

“Nuestra energía eólica y nuestra energía solar se apagaron. Esto demuestra que los combustibles fósiles son necesarios”

Según la Comisión de Calidad Medioambiental de Texas (TCEQ, por sus siglas en inglés), a estas alturas hay aún cerca de 390.000 personas en riesgo de tomar agua indebidamente tratada, por lo que se les aconseja hervirla antes de consumirla. “A pesar de que ya hay electricidad y la presión del agua se ha normalizado, hay miles de casas y apartamentos que se han visto afectados debido a la rotura de las tuberías”, señaló el pasado domingo el alcalde de Houston, Sylvester Turner, en un comunicado.

Además de las tuberías que estallaron, los fallos en la infraestructura eléctrica impidieron alimentar las plantas de tratamiento de agua. Esto se tradujo en que, en el pico de la ola de frío, 15 millones de personas llegaron a quedarse sin agua corriente, según la TCEQ.

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Foto: EFE

El fenómeno de interrupción en el suministro eléctrico y de agua, sumado a la incertidumbre —todavía presente— sobre si habrá o no determinados productos en las estanterías de los supermercados, ha intensificado el debate político en torno a los efectos de la crisis climática que no se habían anticipando y a los que convendría adaptarse. Pero también ha servido como argumento para conservadores y negacionistas climáticos en su lucha contra el plan de transición ecológica de 2 billones de dólares que la administración Biden propone llevar a cabo en esta legislatura.

Apenas empezaba a arreciar la tormenta algunos conservadores se aventuraron a señalar a las renovables como responsables del fracaso de Texas para satisfacer la demanda eléctrica de los ciudadanos durante la ola de frío. El gobernador de Texas, Greg Abbott, declaró a Fox News que este suceso servía para ilustrar cómo el Green New Deal puede ser "un acuerdo letal” para EEUU. “Nuestra energía eólica y nuestra energía solar se apagaron. Juntas representaban más del 10 por ciento de la red eléctrica, y eso empujó a Texas a una situación de falta de energía en todo el estado… Esto demuestra que los combustibles fósiles son necesarios”, juzgó Abbott.

Foto: Temporal de frío y nieve en Madrid. (Foto: EFE)
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Tucker Carlson, comentarista y presentador de esta misma cadena de televisión, también apuntó a la eólica como principal culpable de la caída en el suministro. “Los aerogeneradores fracasaron como accesorios tontos de moda que son, y la gente de Texas murió”, resumió en antena.

Es cierto que los molinos se congelaron, pero lo mismo pasó con toda la infraestructura energética del estado de Texas, que es el mayor productor del país no sólo de eólica sino también de gas natural. De hecho, Texas depende sobre todo del gas natural. De acuerdo con los datos del Consejo de Fiabilidad Eléctrica de Texas, mientras la tormenta hizo que las renovables dejaran de generar 16 GW, la pérdida de electricidad producida con carbón, gas y energía nuclear fue de 30GW, es decir, de casi el doble.

Texas es también el mayor consumidor de energía de EEUU, algo que ha facilitado que el estado se independizara energéticamente del resto del país y que, en situaciones de emergencia no previstas, como la ola de frío reciente, no pudiera recibir suministro de otros estados.

Por su parte, otros analistas arguyen que la política de desregulación que se ha implementado progresivamente desde la década de los 90 en Texas ha facilitado una sobre-oferta de compañías que generan, venden y distribuyen la electricidad a los hogares. La falta de intervención en el mercado eléctrico, apuntan los críticos, ha abaratado los precios de la electricidad, pero ha derivado también en una falta de control para asegurar medidas como, entre otras, el aislamiento adecuado de la infraestructura (molinos, gasoductos, etcétera) que habría podido evitar el colapso de la red eléctrica y sus consecuencias.

placeholder Foto: Unsplash/@thomascpark
Foto: Unsplash/@thomascpark

Hilary Muskin, residente de Austin, la capital tejana, tuvo suerte y no sufrió cortes de luz. Al vivir cerca de un hospital, se dio prioridad a esas áreas por considerarlas infraestructuras críticas. Sus padres, sin embargo, pasaron tres días enteros sin electricidad. “Tampoco podían usar gas, así que no pudieron cocinar, y se quedaron sin calentadores de agua; tuvieron que reemplazarlos porque se habían congelado”, cuenta Muskin.

Su hermana, pese a que vive en el mismo barrio, cerca del hospital, dependió durante horas de su coche para cargar el móvil y calentarse. “No se quedó mucho tiempo en el coche, por suerte recuperó la electricidad pronto”, señala.

Algunos de los accidentes mortales sucedieron precisamente en hogares donde se dejaron los coches y las parrillas encendidas dentro de lugares cerrados, como los garajes, para calentarse.

Ante estos incidentes, la Casa Blanca advirtió a los ciudadanos de Texas sobre los riesgos de contaminarse con monóxido de carbono. “Si tiene dificultades para mantenerse caliente, no encienda generadores en interiores, no use aparatos de gas como estufas para calentar ni se siente en su coche en el garaje para mantenerse caliente”.

El hecho de que todo esto sucediera durante la pandemia complicó las cosas aún más, arguye Hailee Binet, 25. Desde Dallas, cuenta que ella y su novio Eric tuvieron que pasar la primera noche sin luz en su habitación, envueltos en mantas porque no tenían ni calefacción ni electricidad, y a temperaturas bajo cero. “Al final tuve que dejar mi piso y buscar otro lugar donde dormir, pero el piso de Eric estaba igual, sin electricidad durante 72 horas, así que fuimos a la casa de los padres de mi amigo David. Me sentí muy mal pidiéndole que nos acogiera, porque durante la pandemia ya es incómodo pedir alojarse en casas de gente y aún más si es población de riesgo, como es su caso, que tiene inmunodeficiencia, pero no teníamos otra opción”.

Sus padres, en Houston, se quedaron sin electricidad durante cuatro días y, cuando por fin volvió la luz, una tubería estalló y causó inundaciones que provocaron un agujero en el techo. Con los incendios, las inundaciones, los escapes de gas y los accidentes, Hailee describe el panorama como “apocalíptico”. “El estado entero se está desmoronando”, lamenta.

El siguiente paso, según han anunciado los reguladores de energía de EEUU, será evaluar la forma en que la crisis climática amenaza la infraestructura eléctrica. “Los efectos del cambio climático son ya evidentes", aseveró la semana pasada el presidente de la Comisión Federal Reguladora de Energía, Richard Glick, en un comunicado. “Y debemos hacer todo lo que podamos dentro de nuestra autoridad estatutaria para garantizar que la red eléctrica sea capaz de mantener las luces encendidas ante fenómenos meteorológicos extremos”.

Al mismo tiempo que EEUU volvía oficialmente al Acuerdo de París para contribuir al esfuerzo multilateral de contener el calentamiento global, un fenómeno climático extremo sorprendió al país dejando sin electricidad a su mayor productor de energía: Texas.

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