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¿Puede ser España el gran 'data center' de Europa? Dos factores en contra y cuatro a favor
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¿Puede ser España el gran 'data center' de Europa? Dos factores en contra y cuatro a favor

España cuenta con diversos factores para convertirse en el país con más centros de datos. Sin embargo, el suministro eléctrico y la burocracia pueden suponer ciertos problemas

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"Los centros de datos son el corazón de la nueva era de la digitalización basada en la economía del dato". La frase no la ha dicho cualquiera, sino Roberto Sánchez, secretario de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, en un evento público a finales de 2020. El propio Gobierno, de hecho, reconoce que está "trabajando intensamente para crear ese entorno legal, político y de financiación propicio al despliegue de la economía del dato". El objetivo es claro y meridiano: convertir nuestro país en el centro de la industria europea de los centros de datos o data centers, que serán los encargados de alojar y procesar el ingente volumen de datos críticos para empresas y ciudadanos que nos ha traído esta era.

Lanzado el reto, ¿es esto factible? ¿De verdad España puede posicionarse como una potencia, al menos en el sur del continente, en una industria tan al alza como la de los datos? Lo cierto es que, a tenor de nuestra situación y de la opinión de los expertos, podemos establecer dos factores que juegan en contra de la apuesta de España, así como cuatro a favor.

En contra: suministro y burocracia

"Hay dos características que pueden dar al traste con las previsiones", aseguran desde Foro Mercado Libre a este diario: "La necesidad de tener acceso rápido, económico y asegurado a la energía y la simplificación y aceleración de procesos y trámites con las administraciones públicas".

1.- Suministro. Según los cálculos de la Unión Europea, se espera que el consumo de energía de los centros de datos de la UE aumente más del 200% entre 2020 y 2030. Irlanda, uno de actores destacados, ya ha constatado la necesidad de una red eléctrica robusta al triplicar el uso de electricidad por parte de los centros de datos (el 14% del consumo del país en 2022). Dinamarca prevé que la utilización de energía por parte del sector se triplique para 2025 y que represente aproximadamente un 7% del total.

La conexión a la red eléctrica también es fundamental para canalizar las ambiciones de alimentación con energías limpias. Por su parte, la patronal española de los data centers, Spain DC, pretende ser climáticamente neutral en 2030.

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Imagen: Pixabay.

2.- Burocracia. Al margen de los centros de datos –cuyo consumo estimado ronda el 2% de la capacidad eléctrica del país–, mientras se negocia la esperada reforma eléctrica europea, desde Mercado Libre se asegura que "gran parte de la industria demanda un aumento de las inversiones en las redes de distribución y transporte, actualmente limitadas por ley, para atender al auge de las renovables, cumplir los compromisos de descarbonización y avanzar en esa prometida economía digital, verde y resiliente".

Insiste en ello un informe reciente de la consultora Colliers, que alerta sobre las amenazas al sueño de Madrid de superar a urbes como París o Ámsterdam si no se amplían y mejoran las redes eléctricas y se simplifican los trámites burocráticos: "La falta de garantías en el suministro eléctrico y el retraso en los permisos, ha llevado a la cancelación o paralización de algunos proyectos". Spain DC añade que "las inversiones no están aseguradas y su materialización dependerá de la obtención de las autorizaciones administrativas y del cumplimiento de los compromisos inversores anunciados".

A favor: geografía, fibra, renovables...

1.- Posición estratégica. España siempre ha gozado de una privilegiada posición estratégica en casi cualquier sector. La unión cultural con Latinoamérica y la física con Europa y África así lo certifican. En el caso del sector de los centros de datos, la palabra clave es Marea, el cable submarino que une Estados Unidos y nuestro país. Esto facilita la conectividad transatlántica, aparte de convertirnos en la puerta de entrada al tráfico de datos a Europa desde Asia, Oriente Próximo y Oriente Medio.

2.- Capacidad instalada. SpainDC constata que la capacidad instalada en los centros de datos en Madrid ha aumentado a tasas del 47%, muy por encima del registrado en otros centros neurálgicos como Frankfurt, Londres o Milán. Si el sector sigue creciendo a las tasas previstas por la patronal, el crecimiento medio entre 2021 y 2026 se multiplicaría por más de cuatro, con una potencia IT instalada de 466 MW para atender al incremento constante de internet a nivel global, desde el aumento de tráfico de los datos móviles a los nuevos servicios de digitalización, el IoT o el desplazamiento de operaciones y procesos en la nube.

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3.- Red de fibra. En tercer lugar, la infraestructura de fibra óptica de España es la más grande de Europa. Además, nuestra disponibilidad de suelo para construir los centros es otro de los ejes que apoyan el potencial de este negocio.

4.- Neutralidad en carbono. La capacidad de generación de energías renovables en nuestro país va en aumento cada año. No se trata de un aspecto menor, ni mucho menos, ya que nos acerca a una posible neutralidad en carbono que será esencial para poder acoger grandes data centers.

El paso del tiempo nos dirá qué acaba teniendo más peso, si los dos factores en contra o los cuatro a favor. Lo que está claro, en definitiva, es que España quiere convertirse en el hub europeo de los data centers, pero no es, ni mucho menos, el único país que pretende recoger esta medalla. Veremos cómo evoluciona el asunto y quién consigue, finalmente, encumbrarse en una de las industrias más prometedoras de todo el mundo.

"Los centros de datos son el corazón de la nueva era de la digitalización basada en la economía del dato". La frase no la ha dicho cualquiera, sino Roberto Sánchez, secretario de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, en un evento público a finales de 2020. El propio Gobierno, de hecho, reconoce que está "trabajando intensamente para crear ese entorno legal, político y de financiación propicio al despliegue de la economía del dato". El objetivo es claro y meridiano: convertir nuestro país en el centro de la industria europea de los centros de datos o data centers, que serán los encargados de alojar y procesar el ingente volumen de datos críticos para empresas y ciudadanos que nos ha traído esta era.

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