¿De qué manera y para qué emiten su potente sonido las cigarras?
Las cigarras, como los grillos, no cantan: estridulan, y al igual que ocurre con sus parientes de la noche, solo lo hacen los machos
![Foto: Cigarra común. (Jose Luis Gallego)](https://images.ecestaticos.com/a26nkeQb4DlYUMkXOv0MAlPD7GM=/0x0:1004x827/1200x900/filters:fill(white):format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F03f%2F37d%2Fc9c%2F03f37dc9c9e2011ddbbb399c729c092c.jpg)
Durante el verano, las horas centrales del día en el campo tienen su propia banda sonora: el sonido de las cigarras. Incluso en las arboledas urbanas (parques, jardines, calles y plazas), ocultos en las ramas altas de los árboles, estos grandes insectos aprovechan el subidón de las temperaturas para hacer sonar machaconamente la verdadera canción del verano.
Sin embargo, a pesar de que algunos ejemplares pueden llegar a superar los seis centímetros de longitud (las moscas más comunes apenas alcanzan medio centímetro), es casi imposible llegar a verlas.
En condiciones favorables, los sonidos de estos insectos pueden transmitirse a más de un kilómetro de distancia
En primer lugar porque, al percatarse de nuestra presencia, dejan automáticamente de cantar; y en segundo porque, gracias a sus tonos de camuflaje, prácticamente idénticos a los de las ramas y el tronco del árbol (como se ve en la foto que nos acompaña), al enmudecer se hacen invisibles. Ya la podemos tener a menos de un palmo: si la cigarra no se mueve, va a resultar muy difícil localizarla
Pero, además de su gigantesco tamaño y su mimética librea, la cigarra común (cuyo nombre científico es 'Cicada orni') es famosa por su característico y para muchos irritante sonido, que no canto. Porque las cigarras, como los grillos, no cantan: estridulan, y al igual que ocurre con sus parientes de la noche, solo lo hacen los machos.
![Foto: Entre las espigas de trigo se esconde un mundo 'musical' minúsculo. (Unsplash/@polina_art)](https://images.ecestaticos.com/DZuY4VZtjNXjWnv5tZO1B8yy5H4=/0x0:2272x1277/1200x900/filters:fill(white):format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F763%2Ff21%2Ff38%2F763f21f38fcf1956c0af820fd593bf66.jpg)
Y no lo hacen con la boca, sino gracias a unos sacos de aire situados en el abdomen que inflan y desinflan a través de unas membranas al que los entomólogos denominan timbales. Y sí, es cierto: la potencia y la intermitencia de ese característico rechinar, que para algunas personas puede llegar a resultar ciertamente molesto, se acelera con el aumento de las temperaturas. Por eso nos parece que las cigarras suenan con mayor intensidad durante las olas de calor y en las horas centrales del día.
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![Las cigarras sorprenden por su gran tamaño (Unsplash)](https://images.ecestaticos.com/9pGinmkmlDhxSQq-jcwfCLjQsQc=/0x12:878x599/1440x1080/filters:fill(white):format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F595%2F0db%2Fe08%2F5950dbe083fad55f773862e21999bb06.jpg)
Pero ese constante estridular es en realidad un aviso de la naturaleza. Un reclamo como el de los pájaros o las ranas que tiene ligeros matices, unos cambios que pasan desapercibidos para nosotros, pero que obedecen a los diferentes mensajes que desean expresar.
Así, las cigarras masculinas estridulan de manera diferente en función de si pretenden marcar territorio ante sus competidores, si desean atraer sexualmente a las hembras o si lo hacen en señal de alarma. Por eso, lo que para nosotros es una aburrida nota resulta en realidad un curioso modo de comunicación, a golpe de timbal.
![Foto: Gato montés. (Andoni Canela)](https://images.ecestaticos.com/GNu2q15NfFYDNuvMLcq3R18aA3M=/0x0:1600x907/1200x900/filters:fill(white):format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fd89%2Fcb2%2F631%2Fd89cb2631b194e9ece287379db5e9f7f.jpg)
La potencia del sonido que emiten los machos puede llegar a ser tan alta que, en condiciones favorables, las hembras llegan a oírlo hasta a más de un kilómetro de distancia. Pero no crean que todo el mérito es exclusivamente de ellos.
Para que las hembras puedan escuchar el reclamo de su pretendiente a tan larga distancia, la evolución las ha dotado a ellas de un tímpano mucho más grande y sensible que el de los machos. Una curiosidad de la naturaleza que a más de un lector habrá sorprendido, pese a conocer (y soportar) la inconfundible estridulación de estos grandes insectos.
Durante el verano, las horas centrales del día en el campo tienen su propia banda sonora: el sonido de las cigarras. Incluso en las arboledas urbanas (parques, jardines, calles y plazas), ocultos en las ramas altas de los árboles, estos grandes insectos aprovechan el subidón de las temperaturas para hacer sonar machaconamente la verdadera canción del verano.