El esturión salvaje está a un paso de desaparecer del planeta para siempre
Pese a poseer uno de los registros fósiles más antiguos entre los seres vivos y tras sobrevivir a todo tipo de amenazas, la suerte del 'pez del caviar' parece echada
Las 25 especies de esturión que pueblan el planeta están amenazadas de extinción. Las poblaciones salvajes de este espectacular pez, que puede llegar a rondar la media tonelada de peso y los cinco metros de longitud y que habita la Tierra desde hace más de 200 millones de años, se encuentran en plena regresión, especialmente en Europa.
Así lo señala el último informe dado a conocer por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y lo denuncia la organización conservacionista WWF. En su opinión, a pesar de los ambiciosos planes de recuperación puestos en marcha para evitar su desaparición, incluido el Plan de Acción Paneuropeo para los esturiones, su estado de conservación sigue empeorando en todo el continente y siete de las ocho especies europeas continúan en “en peligro crítico”.
La única especie que escapa a este grado de amenaza es el esturión del Adriático (Acipenser naccarii) que ha pasado a estar catalogado como 'En Peligro' (que tampoco es ninguna alegría). Esta variedad se había dado por extinguida en estado salvaje, sin embargo, el descubrimiento de alevines en algunos ríos italianos ha devuelto la esperanza a los ictiólogos que la estudian y ansían confirmar que la especie está volviendo a desovar nuevamente en la naturaleza. En contraposición, una de las especies más conocidas y valoradas por los consumidores de caviar, el esturión ruso (Acipenser gueldenstaedtii), ha sido declarado oficialmente extinto en el río Danubio: el último refugio que le quedaba en toda la UE.
En Europa y en el resto del mundo, el esturión se enfrenta a una gran variedad de amenazas, incluida la caza furtiva para el comercio de sus preciadas huevas (caviar) y su carne, la construcción de presas que bloquean sus rutas de migración, la extracción insostenible de arena y grava de los lechos fluviales, que destruye sus zonas de desove, y la alteración y pérdida de sus hábitats naturales.
Para evitarlo, las instituciones y organizaciones conservacionistas, con WWF a la cabeza, solicitan medidas urgentes para conservar las últimas poblaciones de esturión en todo el planeta, proteger y restaurar sus hábitats, respetar sus rutas migratorias, perseguir con más ahínco la pesca ilegal y poner en marcha programas de reintroducción en lugares clave.
El triste caso del esturión europeo
Uno de los casos que pueden servir de muestra para entender qué ha pasado con estos peces, antaño abundantes en la península Ibérica, es el del esturión europeo (Acipenser sturio). Según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica, estos peces autóctonos eran una especie pescable en toda España hasta el siglo XX, y su carne era muy común en las pescaderías.
Hasta 1940, el esturión se pescaba en los ríos Duero, Tajo y Guadiana. En el Guadalquivir era especialmente abundante, hasta el punto de que el caviar se empleaba para alimentar a los cerdos. Se reprodujo regularmente hasta 1930. Pero la construcción de la presa de Coria del Río, en 1931, supuso una barrera infranqueable para la mayoría de los adultos que intentaban migrar hasta los lugares de freza, situados río arriba. Su población entró en declive para convertirse en una rareza a partir de los años setenta. La última cita de esturión en el Guadalquivir se dio en 1992, el año de la Expo.
En el río Duero se reprodujo hasta principios de los años setenta del pasado siglo y en el Guadiana hasta principios de los años ochenta. También llegaron a haber esturiones en otros ríos españoles, como el Urumea, el Miño, el Júcar o el Turia. En el río Ebro, donde también estuvo presente hasta 1970, se llevó a cabo el proyecto Life MigratoEbre, localizado en el Delta, para promover la recuperación de esta y otras especies de peces de agua dulce.
Actualmente, sus últimas poblaciones se encuentran en algunos ríos franceses de las cuencas del Gironde, Garona y Dordoña, y en algunos puntos de Alemania, donde se ha procedido a su restauración, pero sus poblaciones no superan los 750 individuos reproductores. La UICN lo ha clasificado como en peligro crítico de extinción en la última edición de su Lista Roja de especies más amenazadas del planeta.
Para la bióloga Striebel-Greiter, coordinadora de la iniciativa del esturión de WWF: “Si los gobiernos y las instituciones de la UE no actúan de manera urgente para favorecer la conectividad fluvial y proteger y restaurar los hábitats del esturión en los ríos clave, su extinción en la naturaleza podría ser inminente”.
Las 25 especies de esturión que pueblan el planeta están amenazadas de extinción. Las poblaciones salvajes de este espectacular pez, que puede llegar a rondar la media tonelada de peso y los cinco metros de longitud y que habita la Tierra desde hace más de 200 millones de años, se encuentran en plena regresión, especialmente en Europa.
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