La banca estudia cobrar comisiones por recibir transferencias

La banca no se da por vencida en su intento de aumentar los ingresos por comisiones y ahora el sector estudia la posibilidad de cobrar, a partir de 2006, a los clientes que reciban una transferencia, tasa que actualmente no existe ya que, de momento, sólo paga el usuario que envía el dinero.

Esta nueva tasa llegará en un momento en que los consumidores están especialmente sensibles con las comisiones, después de ver cómo empiezan a tener que pagar por operaciones habitualmente gratuitas, como extraer dinero del cajero o, simplemente, consultar el saldo.

La mayoría de las entidades financieras consultadas por EFE explican que simplemente va a ser un cambio de modelo para adoptar el que se está utilizando en Europa -el denominado "share"- y aseguran que la novedad será que las comisiones de una transferencia las pagarán a medias entre el remitente y el receptor, pero que el precio final será el mismo.

Sin embargo, otras entidades y asociaciones de consumidores contrarias a ese sistema alertan de que las cantidades pueden crecer sustancialmente, ya que el banco que envía la transferencia no puede pactar con la entidad receptora las comisiones que van a cobrar, con lo que cada uno aplicará la que considere pertinente.

La implantación de este sistema dependerá en último término del Banco de España, que tiene que retocar varias Circulares, pero la modificación será previsiblemente conforme a las propuestas de las entidades, bien sea individualmente o a través de las patronales de bancos y cajas, AEB y CECA, o del Sistema Nacional de Compensación Electrónica (SNCE).

Un ejecutivo bancario explicó a EFE que lo razonable sería que el Banco de España delimite en qué circunstancias se puede cobrar y que sea únicamente cuando el receptor de la transferencia solicita un servicio añadido, es decir, cuando la entidad tenga que hacer algún trámite que no sea un apunte automático en cuenta del ingreso.

Actualmente esos trabajos adicionales son gratuitos y suelen consistir, por ejemplo, en buscar el número de cuenta de un cliente cuando la transferencia viene únicamente a su nombre.

Las entidades creen que ese tipo de trámites tiene un coste y reclaman su derecho a cobrarlo, aunque insisten en que las operaciones automáticas seguirán siendo gratuitas.

Los consumidores, sin embargo, temen que se produzcan situaciones tan "estrambóticas" como tener que pagar dos comisiones por transferirse dinero a uno mismo desde entidades diferentes (si no se realiza a través de un adeudo por domiciliación).

También alertan de la falta de transparencia que puede provocar este sistema, ya que el que banco que envía la transferencia, y sobre todo el cliente que la efectúa, difícilmente pueden saber si el que la recibe va a pagar alguna comisión y, por tanto, si hay que remitir una cuantía superior.

Algunas entidades tampoco están de acuerdo con este sistema y critican que restringirá el movimiento de fondos y disminuirá la competencia y la transparencia. Las entidades que están a favor del sistema "share" explican que es el más utilizado en Europa y que hay que tender a unificar los sistemas, habida cuenta de que a partir del próximo 1 de enero todas las transferencias hasta 50.000 euros deberán tener el mismo tratamiento ya sean nacionales o transfronterizas en la Zona Euro.

La equiparación de sistemas facilitará estas operaciones, añaden las mismas fuentes, que destacan que en Europa las entidades no suelen cobrar por la recepción de transferencias, aunque utilizan este modelo "share" desde hace tiempo.

Ese argumento y el hecho de que "el mercado español no está preparado para esta nueva comisión, porque no hay tradición de pagarla" les sirve también a los defensores de este modelo para asegurar que no habrá incrementos de precios. Los consumidores tienen fuertes dudas.