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Los mercados cada vez se asustan menos de los atentados terroristas. Ayer, hubo volatilidad, pero no castigos excesivos. Los analistas dicen que la confianza de los inversores no se verá afectada por las bombas.
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Los mercados cada vez se asustan menos de los atentados terroristas. Ayer, hubo volatilidad, pero no castigos excesivos. Los analistas dicen que la confianza de los inversores no se verá afectada por las bombas.

El 11 de septiembre de 2001 cundió el pánico en los mercados. Ese día, Wall Street era suspendida, el Dax alemán se hundía un 8%, el

Foto: Los mercados cada vez se asustan menos de los atentados terroristas. Ayer, hubo volatilidad, pero no castigos excesivos. Los analistas dicen que la confianza de los inversores no se verá afectada por las bombas.
Los mercados cada vez se asustan menos de los atentados terroristas. Ayer, hubo volatilidad, pero no castigos excesivos. Los analistas dicen que la confianza de los inversores no se verá afectada por las bombas.

El 11 de septiembre de 2001 cundió el pánico en los mercados. Ese día, Wall Street era suspendida, el Dax alemán se hundía un 8%, el EuroStoxx más de un 6% y el Ibex un 4,5%. Los bancos centrales inyectaron liquidez al sistema y se aplicaron a bajar tipos de manera desaforada. Pero los mercados lo acusaron. Estuvieron cayendo hasta marzo de 2003.

No en vano, el 12 de octubre de 2002 tuvieron lugar los atentados de Bali, en los que el pánico de los mercados duró mucho menos. El 11-M tampoco logró frenar la trayectoria alcista de los mercados, pese al duro sobresalto.

Ayer, los mercados financieros vivieron momentos de tensión tras los atentados de Londres, pero, al final, la tranquilidad se impuso. Es cierto que algunos sectores fueron castigados, como las aerolíneas o las compañías relacionadas con el turismo y el ocio, pero también lo es que los índices finalizaron en cotas razonables. Lo mismo ocurrió con los bonos. Sólo la libra fue duramente penalizada. Los expertos señalan que ésta es la mejor respuesta que se puede dar al terrorismo.

La Bolsa de Londres finalizó un 1,36% a la baja. Pero el índice británico estaba en máximos de tres años. El Ibex fue el peor entre los principales del viejo continente, con un 1,91% en negativo, pero el selectivo español estaba en máximos de 4 años. Mientras tanto, en EEUU, el Dow Jones perdía menos del 1% en la apertura y al cierre se quedaba prácticamente plana. El Nasdaq, sin embargo, subió.

Mayor fue la volatilidad de la deuda. Los bonos europeos recortaron su rendimiento en cinco puntos básicos nada más conocerse la noticia de los atentados, amagando con fijar nuevos mínimos históricos, que habían alcanzado el pasado 28 de junio. Pero al cierre, la renta fija europea descansaba en las mismas cotas de apertura. En EEUU, los tipos caían, pero sólo a corto plazo.

Mientras, el precio del crudo plegaba velas, ante la posibilidad de que los atentados ralenticen el crecimiento económico, lo que frenaría la pujante demanda. Sin embargo, no es una mala noticia un descenso del precio del petróleo, ni para las economías ni para la inflación.

Juan Cueto, director de análisis de la firma Ibersecurities, Grupo Banco Sabadell, comenta que “los mercados se han habituado a convivir con el temor al terrorismo”. De esta manera, “los atentados han servido de excusa para frenar en parte la euforia bursátil de los días recientes”. El experto cree que las previsiones de crecimiento para el segundo semestre podrían variar algo por los atentados, pero no cree que sea de manera dramática.

Ramón Forcada, director de análisis de Bankinter, es de la misma opinión. “Históricamente, los atentados han tenido más impacto en los mercados. Ahora, se están habituando a convivir con este riesgo”. Así, señala que “el dinero cada vez reaccionará más rápido a estos acontecimientos, lo que no quiere decir que no les importe”. En cualquier caso, Forcada cree que la normalidad es la mejor respuesta que se puede dar a los actos terroristas. “Cuanto más demuestren los mercados que no se dejan llevar por el pánico, mejor”.

Este experto también comentaba que, en circunstancias como las actuales, compañías como las aerolíneas o las relacionadas con el ocio se verán perjudicadas, mientras otros sectores, como el de telecomunicaciones, se pueden ver favorecidos.

Mientras, ayer tarde, el analista de Merrill Lynch K. Bostjanic señalaba que se pudo detectar un ‘giro hacia la calidad’ (huida del riesgo), particularmente en el tramo corto de la curva. Sin embargo, recordaba que “los atentados de Madrid no afectaron al sentimiento de los inversores”. Lamentablemente, sólo lo hará “en las personas que se hayan visto afectadas”.

El 11 de septiembre de 2001 cundió el pánico en los mercados. Ese día, Wall Street era suspendida, el Dax alemán se hundía un 8%, el EuroStoxx más de un 6% y el Ibex un 4,5%. Los bancos centrales inyectaron liquidez al sistema y se aplicaron a bajar tipos de manera desaforada. Pero los mercados lo acusaron. Estuvieron cayendo hasta marzo de 2003.