UGT, CCOO, CGT y AMI denuncian que Botín pretende potenciar los `sindicatos amarillos´ del Santander

Los secretarios generales de UGT, CCOO, CGT y AMI, que representan al 85% de los trabajadores de la plantilla del Santander Central Hispano (SCH), han dirigido un duro escrito a Alfredo Sáenz, consejero delegado del banco, denunciando la campaña que la dirección de Recursos Humanos viene desplegando desde el inicio del año en curso, tendente a modificar el actual mapa sindical de la entidad mediante la manipulación de las elecciones a celebrar el próximo diciembre, campaña que las centrales califican de "intromisión intolerable en la libertad sindical de los trabajadores y de las propias formaciones sindicales implantadas en la empresa".

De acuerdo con el escrito, a cuyo contenido ha tenido acceso El Confidencial, la campaña tiene como objeto el desmantelamiento progresivo del movimiento sindical procedente del BCH, prácticamente la única herencia que sobrevive en el nuevo Santander de la que fuera llamada "fusión entre iguales", y la paralela potenciación de las organizaciones amarillas impulsadas en su día por el viejo Emilio Botín, padre del actual presidente del SCH .

Para disgusto del banquero, la fusión, más bien absorción del BCH por el Santander, ha operado en el plano sindical en sentido inverso al producido en las áreas ejecutiva y comercial, ya que han sido las secciones de las formaciones originarias del BCH, mucho más reivindicativas y con una gran capacidad de movilización, las que han deglutido a las del Santander, lo cual ha desembocado en una nueva realidad laboral en el banco que claramente desentona con el "modelo sindical Santander", basado en la existencia de sindicatos domesticados, controlados por la dirección.

Las tareas de demolición han comenzado por AMI (Asociación de Mandos Intermedios), sindicato de cuadros, procedente del antiguo Banco Hispano Americano, que en la actualidad agrupa en el SCH a cerca de 3.000 directivos. Pues bien, la dirección se ha fijado como objetivo que el AMI choque con dificultades insuperables a la hora de confeccionar sus listas para las elecciones de diciembre.

Para hacer posibles tales dificultades, desde la dirección de Recursos Humanos se vienen ofreciendo compromisos de prejubilación en condiciones óptimas a delegados de AMI en diferentes circunscripciones, a cambio, naturalmente, de que abandonen este sindicato y se incorporen a la Federación Independiente de Trabajadores del Crédito (FITC), formación que viene encarnando el modelo Santander desde los tiempos del viejo Botín, y a la que se apoya de forma descarada desde arriba.

La ‘ética corporativa’ del SCH

La estrategia puesta en marcha por el SCH está provocando, a medida que se van conociendo los detalles de la misma, una oleada de indignación entre los sindicatos mayoritarios, circunstancia que ha motivado el escrito aludido, en el que se solicita a Sáenz la suspensión inmediata de las actuaciones comentadas, "que poco se compadecen con la ética corporativa de la que tanto se presume en esta casa de puertas afuera".

Los sindicatos firmantes del escrito advierten de que llevarán el caso a los Tribunales de Justicia, incluidos los penales. Fuentes jurídicas consultadas por este diario señalan que hechos como los que se describen encajarían en los supuestos previstos en los artículos 315 y 318 del vigente Código Penal, castigados con penas de cárcel de seis meses a tres años.

No deja de sorprender que el primer banco español, cuyos principales directivos, empezando por el propio Emilio Botín, se hallan imputados de graves delitos contra la Hacienda Pública, por los que van a tener que hacer frente a un complicado juicio penal, se embarque en esta clase de tejemanejes más propios del franquismo y sus alrededores que de una democracia.