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La Caixa libra una guerra en tres frentes: Bolivia (Repsol), Italia (Abertis) y España (Gas Natural)
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La Caixa libra una guerra en tres frentes: Bolivia (Repsol), Italia (Abertis) y España (Gas Natural)

La Caixa, primera caja de ahorros española, titular también del primer grupo empresarial, vive momentos difíciles, obligada a gestionar una guerra en tres frentes simultáneos que

Foto: La Caixa libra una guerra en tres frentes: Bolivia (Repsol), Italia (Abertis) y España (Gas Natural)
La Caixa libra una guerra en tres frentes: Bolivia (Repsol), Italia (Abertis) y España (Gas Natural)

La Caixa, primera caja de ahorros española, titular también del primer grupo empresarial, vive momentos difíciles, obligada a gestionar una guerra en tres frentes simultáneos que reclaman toda la atención de la entidad: Bolivia, donde Repsol ha sido golpeado por el decreto nacionalizador de Evo Morales; Italia, cuyo Gobierno no acaba de aceptar la fusión Abertis-Autostrade, y España, donde sigue su curso mortecino la OPA de Gas Natural.

“Hay años en que vivimos más tranquilos”, aseguran en La Caixa. Para Isidro Fainé, director general y presidente de Abertis, se anuncia una semana clave en Italia, cuyo Gobierno, en contra de la creencia muy extendida en España, insiste en poner problemas a una fusión que considera en realidad una absorción de Austostrade por Abertis, como parece demostrar la elección de Barcelona como sede central de la sociedad resultante.

Se trata, obviamente, de problemas políticos, puesto que el Consejo de Austostrade y sus accionistas, lo mismo que el de Abertis, han dado el visto bueno a una operación que, en todo caso, ha desatado el nacionalismo económico italiano, y que no gusta en absoluto a Massimo D’Alema, presidente del principal partido del centro-izquierda, aparentemente preocupado porque la nueva empresa salida de la fusión vaya a ser capaz de cumplir los compromisos de inversión suscritos en su día por Autostrade en Italia.

Pero ha sido la irrupción en escena de Romano Prodi, nuevo primer ministro italiano, expresando sus dudas sobre la operación, lo que ha terminado por preocupar de verdad en la Avenida de la Diagonal. El pasado jueves, Prodi, el menos nacionalista -como ex presidente de la Comisión Europea que ha sido- de entre los políticos italianos, aseguró que “hay problemas que el Gobierno deberá analizar” en la operación.

Las reticencias del nuevo Gobierno de Roma se centran en la sospecha de que se trata en realidad de una venta encubierta de Autostrade a Abertis, que podría tener consecuencias sobre los planes de inversión en carreteras comprometidos por Autostrade. El ente público titular de las carreteras italianas, ANAS, a quien corresponde conceder o revocar las concesiones, ha expresado sus temores a este respecto sobre los planes del grupo español.

A despejar las dudas por parte italiana no contribuirá la noticia difundida ayer según la cual la Fiscalía de Roma ha abierto un expediente, de momento sin cargos contra nadie, sobre la fusión, tras una denuncia de la Asociación de Usuarios de Banca (Ausbef) italiana sobre el eventual uso de información privilegiada en la compra en Bolsa de títulos de Autostrade, previamente al anuncio de la fusión.

Salvador Alemany, consejero delegado de Abertis, ha tratado de dejar claro que “no sólo vamos a cumplir con los compromisos de inversión asumidos por Autostrade -unos 11.000 millones de euros hasta 2009- sino que las vamos a aumentar”. El recelo italiano también que ver la nominación de Barcelona como futura sede central de la nueva Abertis, lo que en La Caixa explican como una consecuencia natural de la diversificación geográfica de la antigua Abertis, frente al mercado exclusivamente italiano de Autostrade.

La Caixa, primera caja de ahorros española, titular también del primer grupo empresarial, vive momentos difíciles, obligada a gestionar una guerra en tres frentes simultáneos que reclaman toda la atención de la entidad: Bolivia, donde Repsol ha sido golpeado por el decreto nacionalizador de Evo Morales; Italia, cuyo Gobierno no acaba de aceptar la fusión Abertis-Autostrade, y España, donde sigue su curso mortecino la OPA de Gas Natural.