Alierta resucita el polémico modelo de retribución de Villalonga con cinco planes de entrega de acciones

¡Las stock options vuelven a Telefónica! Algunos se echaron las manos a la cabeza cuando la junta de accionistas del miércoles aprobó la vuelta a la retribución variable ligada a la evolución del título, después de que el escándalo de las opciones le costara la presidencia a Juan Villalonga en el año 2000. En efecto, la operadora ha resucitado un sistema parecido y por un importe similar al de entonces (754 millones de euros). No obstante, el crecimiento de la compañía ha hecho que ahora el plan se extienda a 1.900 altos cargos.

Ahora bien, similar no quiere decir igual, ya que Telefónica ha aprendido de la mala experiencia de entonces. Para empezar, no se trata de opciones sobre acciones, sino de la entrega directa de títulos. Y es que, a raíz del caso Villalonga, el Gobierno endureció el tratamiento fiscal de las opciones que desincentivó su uso por las compañías españolas. Fuentes cercanas a la empresa explican que el plan obedece a “la necesidad de extender el sistema retributivo que tenía O2 para no crear agravios comparativos en los directivos procedentes de Telefónica”, y O2 lo había desarrollado con acciones en vez de opciones. Esto elimina el efecto multiplicador de los movimientos del título que es la característica principal de las stock options.

Lo que sí es similar es el funcionamiento. La empresa entrega a sus directivos y consejeros acciones al finalizar un plazo determinado (tres años en el plan actual) como recompensa a su fidelidad. Y se les da a un precio teóricamente inferior a la cotización del valor en ese momento; de esta forma, además del importe de las acciones, ganan la diferencia entre el precio del plan y la cotización del valor. Existen cinco planes anuales, el primero de los cuales contempla la entrega en julio de 2009 de acciones valoradas a la cotización media del mes anterior al 11 de mayo (día en que el valor cerró en 12,64 euros). La idea, claro está, es que Telefónica subirá en bolsa entre 2006 y 2009.

Con esta valoración, sólo en el primero de los cinco ciclos, Alierta se embolsará un mínimo de 1,6 millones de euros, a los que hay que añadir la revalorización de la acción en los tres próximos años: al presidente de la compañía le corresponden 129.183 acciones en este ciclo. Telefónica asegura que la cuantía que recibirá en los próximos años no está decidida; si suponemos que Alierta recibirá las mismas acciones en los siguientes planes, se embolsará como mínimo 8,2 millones al final del plan, en 2013. El programa contempla un tope de 29,8 millones de euros, que se repartirán los cincos consejeros ejecutivos de la compañía.

Batir al índice global

Otra gran diferencia respecto a pasadas experiencias es que, para recibir las acciones, no basta con que Telefónica suba en bolsa, sino que debe superar la subida media del índice FTSE Global Telecoms. Este índice incluye a las mayores empresas del mundo del sector, entre otras, AT&T, Bellsouth, BT, China Netcom, Deutsche Telekom, France Télécom, NTT, Vodafone, Sprint, Verizon y la propia Telefónica.

La comparación con el índice también determina el número de acciones que se entregan: si Telefónica sube lo mismo que el índice, se darán el 30% de los títulos asignados a cada ciclo; para que se entreguen el 100%, Telefónica tendrá que igualar el comportamiento de la mitad de estas empresas (siempre que la subida sea como mínimo la mediana de las compañías del índice).