Sí con condiciones: la CNE obliga a E.ON a vender 7.000 MGW, un tercio de Endesa

El consejo de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) anunció anoche su decisión de aprobar con condiciones la OPA planteada por E.ON sobre Endesa, condiciones que obligan a la alemana a desinvertir hasta 7.000 MGW de la generación de la eléctrica española, lo que supone reducir su capacidad en casi un tercio.

Si las últimas jornadas vividas en la CNE han estado presididas por la confusión, la de ayer alcanzó por pleno derecho el calificativo de caos total, de acuerdo con las noticias que iban saliendo por goteo de la sede del organismo.

Después de una mañana de trasteo, en la cual se descartó por unanimidad vetar la OPA alemana, así como también aprobarla sin condiciones, el consejo se adentró en al zona pantanosa de determinar dichas condiciones, con un Jorge Fabra absolutamente “rebotado” tras haber visto aparcado el durísimo informe por él realizado como ponente. Y allí se armó Troya.

Finalmente la OPA está condicionada a la venta de 7.000 Megavatios de potencia de Endesa (de los 23.000 con que cuenta en España, es decir, un 32%), de los cuales, y en números redondos, 3.000 corresponden a las centrales térmicas (carbón sujeto al Plan nacional de Minería), otros 3.000 a los negocios extrapeninsulares (Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla), tanto en generación como en distribución, y 1.000 más a una central nuclear, la de Ascó. La presidenta Maite Costa, ya en la sesión de tarde, propuso estas condiciones, según pudo saber El Confidencial.

También E.ON deberá ceder la gestión de las centrales nucleares en las que participa Endesa: Santa María de Garoña, Almaraz I y II, Ascó II, Vandellós II y Trillo, aunque en esta última el porcentaje es muy reducido. Se da por descontado que E.ON deberá garantizar las inversiones comprometidas por Endesa en las actividades reguladas (transporte y distribución de electricidad y gas), lo que le exigirá cumplir los ratios de endeudamiento fijados por la CNE.

Primera sorpresa para Maite Costa

Sometida la propuesta a votación, la señora Costa se llevó la sorpresa de su vida al verla rechazada por los cuatro votos de los consejeros de adscripción PP, más el voto en contra de un Fabra escandalizado por el escaso castigo que la propuesta contenía en lo que a las nucleares se refiere. Y en ese momento encalló todo el proceso.

Al final, y siempre de acuerdo con las fuentes, que hay que acoger con la debida cautela dadas las condiciones ayer vividas en la CNE, la presidenta Costa planteó un novedoso sistema de filtrado consistente en votar a un tiempo las distintas propuestas existente sobre la mesa, al objeto de decantar la posición colegiada de la CNE por la más votada.

El resultado fue que la propuesta de aprobar la OPA sin obligar a realizar ninguna desinversión recibió el respaldo de dos consejeros del PP; la segunda, centrada en forzar a E.ON a vender sólo las centrales térmicas, obtuvo otros dos votos del resto de los consejeros pepés; la tercera, la venta de todo lo nuclear, avalada por Jorge Fabra, se quedó con el único voto del interesado, mientras que la venta de los 7.000 MGW antes descrita resultó ganadora con los cuatro votos socialistas, incluido el de la propia señora Costa.

Finalmente, se respaldó de forma unánime la opción de aprobar la operación con condiciones.

Condiciones más duras de lo previsto