Con Di Pietro fuera de juego, Bruselas da luz verde sin condiciones a la fusión Abertis-Autostrade

La comisaria de Competencia de la UE, Neelie Kroes, ha dado esta tarde el visto bueno sin condiciones a la fusión entre Abertis y Autostrade con todos los pronunciamientos favorables a la operación, como adelantaba esta mañana este diario. La decisión de Kroes acentúa la soledad del ministro de Infraestructuras italiano Antonio di Pietro, abandonado por el primer ministro, Romano Prodi, en su oposición a la operación.

La Comisión basa su visto bueno en que la fusión no tendrá un impacto negativo sobre la competencia, a pesar de que supone un "solapamiento" en el mercado europeo de autopistas. A su juicio, la presencia de otros competidores significativos en este mercado, el hecho de que se trate de un mercado de licitación y el hecho de que no se vean afectadas terceras partes ha llevado a la Comisión a concluir que la transacción propuesta no pone en entredicho la sana competencia en el sector.

La decisión de la comisaria Kroes ha provocado una subida del 0,7% para Abertis en un día bajista para el Ibex, y ayer esperada con “prudente optimismo” en Abertis. “Hemos respondido puntualmente a diversas peticiones de información -mediante escritos e incluso con algunos encuentros personales- que nos han llegado desde Bruselas", señaló ayer a este diario un portavoz de la concesionaria española.

En las últimas semanas el antiguo y fogoso juez de mani pulite se ha ido quedando solo en su oposición numantina a la operación, abandonado en el camino por un Romano Prodi que, ex presidente de la Comisión Europa, no quería entrar en un conflicto con Bruselas que hubiera significado defender ahora lo contrario de lo que defendió durante años desde el corazón de la CE.

Está por ver, con todo, la reacción de Di Pietro al fallo de la comisaria de Competencia. El responsable de Infraestructuras italiano ha reconocido que el Gobierno de Roma tendría que aceptar la decisión de Bruselas declarando ilegal la norma italiana que prohíbe a una constructora –caso de la española ACS- estar presente en el capital de una concesionaria, pero que, en tal caso, su Gobierno podría abrir el melón de las concesiones que actualmente disfruta Autostrade.

Lo cual supondría una suerte de bloqueo efectivo de la operación. En efecto, y aunque formalmente no ha rechazado la fusión, el Gobierno italiano ha vetado la transferencia de las concesiones de autopistas de Autostrade a la nueva compañía. Y hay que recordar que las concesiones son su principal fuente de ingresos.

Tan cerca como el pasado lunes, Di Pietro aseguró que la Comisión Europea, que ha criticado a Italia por dificultar el acuerdo, siempre ha sabido que bajo la legislación italiana las concesiones no podían ser transferidas sin la aprobación del Ejecutivo, por lo que era un error de Bruselas oponerse ahora a esa normativa.

Menos inversión de la comprometida

“Para nosotros el asunto está decidido”, aseguró el lunes Di Pietro ante una comisión del Senado, “no tenemos nada más que hacer a menos que haya una nueva propuesta (de autorización para la transferencia de concesiones) o se apruebe una nueva legislación”.

El decreto que permite al Gobierno bloquear la transmisión de las concesiones data de 1997 y fue aprobado para regular la privatización de Autostrade. Su texto prohíbe la presencia de constructoras en el accionariado del operador de autopistas y, según los planes de fusión, ACS, accionista de Abertis, controlaría el 12,5% de la nueva compañía.

Di Pietro ha venido criticando a Autostrade porque, en su opinión, la sociedad no ha cumplido los compromisos de inversión a que estaba obligada en la red de autopistas italianas, asegurando que en 2005 llevó a cabo inversiones valoradas en 2.210 millones de euros, muy por debajo de los 4.720 millones de euros comprometidos.