Gas Natural sólo pensará en la portuguesa EDP si fracasan todas sus opciones de fusión en España

Antonio Brufau lo tiene claro: Gas Natural sólo entrará en negociaciones con la eléctrica portuguesa EDP si antes fracasan todas las opciones que cree tener abiertas en España para una fusión con alguna de las eléctricas actualmente en liza, básicamente Iberdrola y Endesa y, en menor medida, la propia Fenosa.

Fuentes de toda solvencia han asegurado a este diario que los responsables de EDP plantearon a Brufau su fusión con Gas Natural ya antes del verano, tras la irrupción de E.ON en la guerra de las OPAS por Endesa y cuando ya el mercado daba por descontado la victoria de la alemana.

El pasado lunes, el diario El Mundo reveló que la iniciativa había sido retomada por el propio ministro de Economía portugués (primer accionista de EDP con casi el 20,5%) Manuel Pinho, quien, de visita en España, se habría entrevistado con el presidente de Repsol YPF y vicepresidente de GN el martes 26 de septiembre, por la mañana, en el Hotel Palace de Madrid.

Según el citado diario, a lo largo del desayuno Pinho y Brufau habrían explorado las posibilidades de éxito del proyecto, que daría lugar a un grupo energético hispano portugués valorado en casi 30.000 millones de euros.

Aunque fuentes próximas a la gasista han confirmado a este diario la veracidad de la información, las autoridades portuguesas, así como la presidencia de EDP, se han apresurado a desmentirla. Para Antonio Mexía, presidente de EDP, la noticia es “especulativa y sin fundamento”. Para el Gobierno luso es “100% falsa”. Tocaba el desmentido.

Lo cierto es que, tras el maremoto bursátil provocado la semana pasada en España, que parece apuntar a una operación de fusión entre Iberdrola y Fenosa, con Endesa en manos de E.ON, los nervios se han disparado en EDP y en su accionista mayoritario, el Gobierno de Lisboa, sabedores ambos del complicado horizonte al que se enfrenta “una compañía energética pequeña en un país pequeño y con todo el mundo en derredor ganando tamaño merced a las fusiones”, según una fuente conocedora de los contactos Brufau-Pinho.

La portuguesa, con todo, sólo sería para GN y su principal accionista, Repsol YPF, el último recurso y no sin que antes se cerrasen las puertas que ahora mismo mantiene abiertas: la sempiterna de Endesa, pelea en la que se resiste a tirar la toalla después de que Brufau se haya convertido en el gran animador en la sombra de ese “bloque española” capaz de frenar en seco a E.ON, y la vieja y siempre pretendida opción de Iberdrola.

En efecto, a pesar de la fulgurante aparición en la escena del crimen de Florentino Pérez comprando un 10% de Iberdrola, Antonio Brufau e Ignacio Sánchez Galán vienen manteniendo contactos más o menos informales (al menos dos entrevistas comprobadas) desde finales de julio, y al día de hoy no está nada claro que la opción de Iberdrola vaya a ser Fenosa en lugar de GN, cosa que tiene mucho más sentido.

Mientras todo eso ocurre en España, la situación de EDP en Portugal roza la histeria. Entre otras cosas porque Iberdrola es precisamente el primer accionista privado de la portuguesa, con casi el 10% del capital, pero a ese accionista, socio natural para una eventual fusión, el Gobierno luso le ha cerrado las puertas impidiéndole incluso estar presente en el Consejo.

Ayer, el editorialista de Jornal de Negocios, Sergio Figueiredo, afirmaba que “la historia de los socios de EDP está repleta de oportunidades perdidas: el gigante Iberdrola hubiera sido, hace media docena de años, una fusión entre iguales; la pujante Fenosa fue antes una compra fácil y barata. Si no se alinea con Iberdrola, ¿puede EDP ser engullida? Puede. Por la propia Iberdrola. Este es un dato nuevo: se acabó el pasito a pasito de Galán. A partir de ahora o da un paso atrás y se larga, o entra a fondo y sin pedir permiso”.