La compra de Aguas de Barcelona (AGBAR), verdadero objetivo de la entrada de Sacyr en Repsol YPF

La entrada en el capital de la Sociedad General de Aguas de Barcelona (Agbar) es el verdadero objetivo que late tras la decisión de Sacyr Vallehermoso de adquirir el 10% de Repsol YPF. De acuerdo con fuentes solventes, “Luis del Rivero ha comunicado ya a Antonio Brufau el interés de Sacyr por meter la cabeza en Aguas, que es la única razón que justificaría la presencia de una constructora como socio financiero de una petrolera”. El oscuro objeto del deseo de Luis del Rivero no es otro que Agbar, que es la pata de servicios de la que sigue careciendo Sacyr.

Tanto Agbar como Repsol son empresas participadas por La Caixa, y en Aguas de Barcelona figura ya como socio de referencia Juan Abelló, brazo derecho de Luis del Rivero en Sacyr. El cambio en la propiedad de Agbar, donde La Caixa comparte accionariado con el grupo francés Suez, es vox populi en los últimos meses. La entrada de la constructora, sin embargo, no se haría a costa de La Caixa, sino del grupo Suez.

El control de Aguas de Barcelona está en manos (47,2% del capital) del Holding de Infraestructuras y Servicios Urbanos S.A. (HISUSA), que está participado por el grupo Suez (51%) y por La Caixa (49%). Además, los franceses controlan otro 1,5% de Aguas a través de Suez Environnement España. Como accionista relevante figura también la sociedad Torreal, propiedad de Juan Abelló, con el 6,65%, así como Pontegadea Inversiones SL, cuyo titular es Amancio Ortega, con el 5%.

Para Sacyr Vallehermoso, materializar la entrada en Agbar será cuestión de tiempo y de que previamente se resuelva la fusión entre Suez y la también francesa Gaz de France. El pasado mes de marzo, este diario informó que el grupo Suez (con intereses en la electricidad –Electrabel-, gas, agua y tratamiento de residuos) abandonará el capital de Agbar en cuanto se haga efectiva su fusión con Gaz de France, operación auspiciada por el Gobierno Chirac y destinada a blindar el sector energético galo.

La fusión entre Suez (totalmente privada, 75% cotizada en Bolsa) y Gaz de France (80,2% propiedad del Estado francés) dará lugar a lo que los galos llaman un ‘campeón europeo’, con una presencia del capital público del entorno del 25%. Esta es precisamente la razón que esgrimida por el Grupo Caixa para pactar la salida de Suez de Aguas de Barcelona en cuanto se haga efectiva esa operación.

Contaminado por capital público

Se da la circunstancia de que el presidente de Repsol YPF, Antonio Brufau, que es quien ha negociado con Luis del Rivero la entrada de Sacyr en el capital de la petrolera, se sienta en el Consejo de Administración del grupo Suez en representación de Aguas, formando además parte de su Comisión de Auditoría. A su vez, el presidente y CEO de Suez, Gérard Mastrallet, ocupa la vicepresidencia de Agbar, donde Jorge Mercader es su número uno.

El pasado mes de marzo, a poco de conocerse la fusión entre Suez y Gaz de France, Brufau planteó en París el deseo de La Caixa de no contar en el accionariado de Agbar con un socio tan fuertemente contaminado por capital público como será la resultante de esa fusión.

“No hay ningún acuerdo firmado y rubricado al respecto”, aseguraron entonces a este diario fuentes cercanas al grupo catalán, “pero es voluntad de las partes proceder a esa desinversión, aunque tampoco está descartado que los franceses pudieran permanecer en el accionariado con una presencia mínima”.

Desde esta perspectiva, Sacyr Vallehermoso sustituiría al grupo galo en el capital de Agbar. El 26% que, directa e indirectamente, controla Suez, más el 6,65% en manos de Abelló, otorgaría a Luis del Rivero el control de la sociedad. A precios de ayer, ese 26% supondría un desembolso aproximado de 1.075 millones de euros.

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