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La compra de Scottish Power, en el alero: BBK no ve con buenos ojos la operación
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La compra de Scottish Power, en el alero: BBK no ve con buenos ojos la operación

Aunque el consejo de administración de Iberdrola, reunido el pasado viernes 10 de noviembre, respaldó formalmente el intento de Sánchez Galán de absorber a la

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La compra de Scottish Power, en el alero: BBK no ve con buenos ojos la operación

Aunque el consejo de administración de Iberdrola, reunido el pasado viernes 10 de noviembre, respaldó formalmente el intento de Sánchez Galán de absorber a la eléctrica británica Scottish Power, la operación, todavía en un estado muy embrionario, está en el alero tras haber tropezado, entre otras cosas, con la oposición del primer accionista tradicional de la eléctrica (7,5%), la caja de ahorros vasca BBK.

En un hecho relevante remitido a la CNMV el citado viernes, Iberdrola asegura que el consejo “ha respaldado la actuación de sus representantes, facultándoles para que continúen las negociaciones relacionadas con la operación”, añadiendo que en el supuesto de que se alcance un principio de acuerdo satisfactorio para ambas partes, “éste se someterá a su aprobación [del Consejo]” y, en su caso, “a la junta general de accionistas de Iberdrola”.

Parece que a la BBK le ha molestado particularmente el secretismo con que Sánchez Galán ha llevado a cabo el acercamiento a la eléctrica escocesa de espaldas al Consejo, como informó este diario el pasado viernes (ver noticia). Es evidente que Galán contaba con que su intentona no iba a salir a la luz tan pronto. Alguien, sin embargo, pinchó el globo, con el resultado de que el miércoles 8, cuando FT dio cuenta de los contactos, el Consejo de Administración no sabía una palabra de los planes de su presidente.

Parece que al margen de las manifestaciones oficiales de apoyo, algunos consejeros expresaron a nivel particular su malestar a Sánchez Galán por esa actuación de espaldas al Consejo, queja de la que el aludido se defiende atendiendo a lo embrionario del movimiento y a la necesidad de mantener en secreto los contactos para permitir que fructifiquen. El caso es que el viernes el Consejo exigió que se le mantenga informado de los progresos de la operación.

El malestar de BBK con lo ocurrido se entiende mucho más fácilmente si se atienden las declaraciones efectuadas el pasado 26 de octubre con motivo de la asamblea general de la caja (recogidas en El Correo del 27 de Octubre) por su presidente Xavier de Irala, enfatizando el deseo de BBK de jugar un papel de arbitro en Iberdrola en relación con los movimientos que se están produciendo en su capital y en el sector eléctrico.

El mensaje de Irala fue contundente: "Seguimos comprometidos. Somos y vamos seguir siendo el accionista de referencia en Iberdrola, con el que habrá que contar y pactar para cualquier movimiento que se pueda producir en el sector". Y todo ello, para "continuar participando activamente en la gestión" de la empresa. Un mensaje que en ningún caso se compadece con las iniciativas adoptadas por Galán a sus espaldas.

La BBK aspira a elevar hasta el 10% su peso en el grupo energético, igualando al recientemente adquirido por la constructora ACS. El propio Irala vino a confirmarlo el pasado 26 de octubre, al explicar que, de acuerdo a los estatutos de la eléctrica, los derechos de voto se limitan al 10% aunque un accionista tenga un porcentaje de títulos superior. De ahí que puntualizara que "cualquier aspiración a paquetes más importantes no tiene demasiado sentido".

La constructora ACS, que en septiembre adquirió el 10% del capital de Iberdrola, no tiene todavía la autorización pertinente de la CNE ni derechos políticos. La cotización de la eléctrica volvió el viernes a ser la más castigada del Ibex, con una caída del 2,03%.

Aunque el consejo de administración de Iberdrola, reunido el pasado viernes 10 de noviembre, respaldó formalmente el intento de Sánchez Galán de absorber a la eléctrica británica Scottish Power, la operación, todavía en un estado muy embrionario, está en el alero tras haber tropezado, entre otras cosas, con la oposición del primer accionista tradicional de la eléctrica (7,5%), la caja de ahorros vasca BBK.