Javier Arenas impone a Manuel Atencia como vicepresidente de Unicaja, contra el criterio de Braulio Medel

Para mañana miércoles, 17 de enero, a las 7 de la tarde, los carteles de la feria malagueña anuncian gran corrida en la Asamblea General Extraordinaria de Unicaja que debe proceder a renovar la mitad de sus órganos de gobierno. El Partido Popular tiene previsto descabalgar al vicepresidente primero, Mariano Vergara, uno del PP que va por libre, y sustituirlo por el diputado Manuel Atencia, también del PP, un cambio que no conviene al presidente, Braulio Medel, que lógicamente se opone.

Para entender el lío malagueño conviene aclarar que PP y PSOE mantienen en vigor un pacto verbal, extensible a otras cajas andaluzas, por el cual corresponde al PSOE nombrar al presidente y al vicepresidente segundo de Unicaja, mientras el PP nombra al vicepresidente primero. Presidente y vicepresidente primero son cargos con carácter ejecutivo y, por tanto, remunerados.

¿Qué ha pasado en Málaga? Que el 28 de diciembre pasado, Día de los Inocentes, Javier Arenas sorprendió a Braulio Medel con el anuncio de que el PP había decidido relevar al vicepresidente primero, Mariano Vergara, para sustituirlo por otra persona, una noticia que, tras el inicial estupor, causó en Braulio Medel el lógico malestar.

Tal vez convenga decir que el nombramiento de Vergara, un perfecto desconocido hasta entonces en el mundo financiero y de las Cajas, había sido patrocinado por su amigo Miguel Blesa, que a tal efecto intervino ante el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar.

Pero, ¿qué pasa cuando Arenas vuelve a Andalucía? Pues que rápidamente se da cuenta de que Vergara no sirve a los intereses del PP, sino a los suyos propios, de modo que en Unicaja se mueve de espaldas al partido que lo ha nombrado, sin seguir sus directrices. Sigue sí, y al pie de la letra, los deseos de Medel, un hombre para quien Vergara resulta francamente cómodo.

De modo que el gitano Arenas decide descabalgarlo a la primera oportunidad que se le presente, para poner en su lugar a una persona del partido sobre la que pueda influir. Cuando toma su decisión, el pasado octubre, aún no tenía elegido sucesor, lo que ocurre semanas después hablando con su buen amigo el diputado Manuel Atencia, quien se muestra dispuesto a aceptar el cargo siempre y cuando la vicepresidencia sea ejecutiva, porque en otro caso no dejaría el Congreso.

Una inocentada que no es tal

Arenas no descubre su juego hasta el último minuto, el citado 28 de diciembre, inocentada que amarga la Navidad de Braulio Medel, que se agarra el enfado que es de imaginar.

Y es que Medel, que está muy cómodo con Vergara, conoce bien a Atencia y sabe que el día a día no va a ser lo mismo teniendo como número dos a una persona con formación política y jurídica demostrada. Atencia va a querer competencias reales, claras, concretas, y no “las que en cada momento le delegue el presidente”, frase textual recogida en acuerdo del Consejo respecto a Vergara.

¿Y qué hace Medel cuando Arenas le anuncia la mala nueva? Pues defenderse el nombramiento que pretenden imponerle, aduciendo que la entrada del diputado en la Caja es incompatible con su presencia en el Congreso. Parece, sin embargo, que esa incompatibilidad no está establecida en la Ley de Cajas y que, en caso de que existiera, tendría que ser declarada por la Comisión del Estatuto del Diputado, tal como establece la Ley Electoral.

Pero Atencia se ha apresurado a manifestar que, en caso de ser nombrado para el cargo, dimitiría como diputado. En cualquier caso, la comisión electoral de Unicaja, que debía designarlo como candidato elegible, así lo hizo en votación muy reñida, echando por tierra las pretensiones iniciales del presidente Medel.