La Caixa quiere fusionar Abertis y Aguas de Barcelona para neutralizar a Mercader y diluir a Florentino

La idea no es nueva, pero esta vez va en serio. Ricardo Fornesa e Isidro Fainé, presidente y director general de La Caixa, respectivamente, tienen desde hace semanas sobre su mesa de trabajo la fusión entre la gestora de infraestructuras Abertis y Aguas de Barcelona (Agbar), ambas participadas mayoritariamente por la caja catalana.

La operación, que debería concretarse antes de la salida a bolsa de Caixa Holding, forma parte de la reordenación de la cartera de participadas de la entidad previa a esa OPV. “Se trata de casar a una chica sin pareja como es Aguas, y de conseguir que Abertis gane tamaño”, aseguran las fuentes consultadas.

Ayer por la mañana, cuando la CNMV suspendió la cotización de Agbar tras el subidón experimentado por el valor el jueves santo 5 de abril, no pocos pensaron que se trataba del anuncio de esta fusión o, en todo caso, de los arreglos accionariales previos para llevarla a cabo. Al final resultó ser una hoguera encendida por el deseo de Juan Abelló de abandonar la sociedad.

El primer movimiento en esa dirección se llevó a cabo el pasado 19 de marzo, cuando Caixa procedió a recomprar el 11,7% de la concesionaria que estaba bajo custodia de su filial Caixa Vida. Como consecuencia de la agrupación de todas las acciones sobre las que tiene control directo o indirecto, la entidad mantiene una participación en Abertis del 24,4%, frente al 20,3% que figuraba en la CNMV hasta ahora, y sólo ligeramente por debajo del 24,83% que posee la constructora ACS.

Pero la fusión Abertis-Aguas de Barcelona no se entendería sin aludir a las corrientes profundas que en estos momentos surcan La Caixa. Por un lado se trataría, en opinión de las fuentes, de “neutralizar” el papel futuro en el grupo que está llamado a desempeñar un hombre como Jordi Mercader, próximo al partido de los socialistas catalanes y actual presidente de Aguas.

La prolongación del mandato de Ricardo Fornesa al frente de la caja ha abierto no pocas incertidumbres sobre el futuro de determinadas carreras, algunas tan significativas como la del propio Fainé y sus posibilidades de sustituir a Fornesa como número uno de la entidad. Nada de esto ocurriría sin la presencia del Tripartito que ahora preside José Montilla y que, al parecer “no acaba de ver a don Isidro al frente a La Caixa”.

Frenar a Florentino Pérez

La otra corriente profunda tiene que ver con el deseo de diluir la participación del grupo ACS en el capital de la fusionada. Desde hace tiempo, entre La Caixa y ACS se ha establecido una pugna sorda por el control de Abertis, la niña de los ojos de Isidro Fainé, hasta el punto de que nadie duda de que cuando la nueva ley establezca la frontera de la OPA en el 30% del capital, frente al 25% actual, ambas partes se lanzarán a aumentar su participación hasta dicho límite.

Las relaciones entre los accionistas de referencia de Abertis están muy mediatizadas por la relación personal, nunca fácil, entre dos tipos como Fainé y Florentino Pérez, relaciones que, al margen de acuerdos puntuales de interés mutuo, parecen haber empeorado en los últimos tiempos, entre otras cosas a cuenta del fracaso de la fusión con Autostrade.

Está por ver, con todo, cómo podrá llevarse a cabo la operación Abertis-Agbar teniendo en cuenta que la participación de La Caixa en Aguas lo es a través del holding Hisusa, en el que participa el grupo francés Suez. Fuentes próximas a Aguas aseguraron ayer a este diario que “hay muchas opiniones respecto a esta fusión. La clave va a estar en cómo se organice la estructura de participadas en Caixa Holding y el papel que quiera jugar en el mismo el grupo Suez, que quiere jugar muy fuerte”.

En clave de poder interno