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Fitch: "La exposición de la banca a Grecia no justifica el miedo por su solvencia"
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LA AGENCIA CONTRADICE AL MERCADO

Fitch: "La exposición de la banca a Grecia no justifica el miedo por su solvencia"

Desde que se agudizó la crisis de deuda soberana y el debate sobre rescate o quiebra de Grecia se ha convertido en una realidad, los bancos

Foto: Fitch: "La exposición de la banca a Grecia no justifica el miedo por su solvencia"
Fitch: "La exposición de la banca a Grecia no justifica el miedo por su solvencia"

Desde que se agudizó la crisis de deuda soberana y el debate sobre rescate o quiebra de Grecia se ha convertido en una realidad, los bancos europeos han pasado a primer plano por el riesgo que entrañaría para su hoja de balance una reestructuración de la deuda helena.

El miedo al peor escenario posible se ha traducido en un fuerte castigo bursátil para todo el sector, así como un considerable aumento de la volatilidad en los mercados al ritmo de la sucesión de informaciones.

Se ha apuntado a Francia y Alemania como los grandes interesados en evitar una restructuración de la deuda griega a toda costa, en tanto que son los mayores tenedores de bonos griegos y las quitas podrían provocar importantes agujeros en sus balances que llevarían a desestabilizar de nuevo todo el sistema financiero como ya ocurrió en septiembre de 2008.

De hecho, desde los departamentos de análisis comienzan a acuñar la expresión del “Lehman europeo” para referirse a las peligrosas dificultades que atraviesa Grecia y que aumentan en tanto que se alarga la imposibilidad de llegar a acuerdos sobre la mejor solución al problema.

Los bancos europeos tenían en su poder a cierre de 2010 188.000 millones de dólares en bonos de Grecia, Irlanda, Portugal y España, según los datos publicados por el Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés). De esta cantidad, 52.300 millones de dólares estaban sólo en manos de los alemanes.

Tal es así, que el mismo organismo internacional apunta a que las entidades europeas no han elevado el suficiente capital para resistir los problemas que sobrevendrán del contagio de la quiebra de Atenas.

Fitch resta importancia a las consecuencias del rescate

Sin embargo, Fitch ha querido a hacer un llamamiento a la calma en mitad del pánico que se está extendiendo por todo el continente. La agencia de calificación ha apuntado en su último informe al respecto que “la exposición de los mayores bancos europeos a el riesgo soberano de Grecia no es lo suficientemente elevada para justificar la preocupación del mercado sobre la solvencia de la +banca en algún tipo de restructuración griega”.

Y añade que la deuda irlandesa y portuguesa en manos de bancos de fuera de esos países también es modesta. Eso sí, Fitch remarca que el peligro reside en el hecho de que algunos de los principales bancos europeos todavía se encuentran reparando sus hojas de balance y refinanciando sus fondos, con lo que un contagio desordenado podría aumentar de forma abrupta en los acreedores la aversión al riesgo por los bancos europeos.

La exposición es menor de lo que se teme

En cualquier caso, la agencia de calificación defiende que los bancos “van a enfrentarse a esta situación con unas hojas de balance considerablemente mejores de lo que las tenían en el cerrojazo del mercado que siguió al colapso de Lehman Brothers en 2008”.

Las estimaciones que hace Fitch sobre los bonos de los países en el punto de mira –Grecia, Irlanda y Portugal- en manos de la banca europea sin tener en cuenta la que tienen las entidades de dichas naciones sitúan a la banca en mejores términos de lo que se piensa en los mercados.

La agencia asegura que entre los 34 mayores bancos comerciales se reparten aproximadamente 37.000 millones de euros de deuda helena que representan aproximadamente el 4% de su capital Tier 1, con lo que las consecuencias de un default serían menores.

De hecho, las entidades de Francia y Alemania, en el punto de mira desde que estalló la crisis soberana tendrían en su poder según los cálculos de la firma de rating aproximadamente 11.000 y 8.000 millones de euros respectivamente, con lo que “aunque un default de la deuda soberana o unas quitas podrían dar un bocado a las ganancias de los bancos a corto plazo”, defiende Fitch, “la exposición de los bancos franceses y alemanes al riesgo soberano de Grecia es relativamente pequeña en comparación con su solvencia”.

Por su parte, en lo referente a la deuda irlandesa el reparto es de 6.000 millones de euros entre 32 bancos entre los que destacan Lloyds Banking Group y Royal Bank of Scotland, mientras que la exposición a la portuguesa es de unos 20.000 millones de euros entre 31 años que en conjunto suman un capital Tier 1 de 900.000 millones de euros.  

Atención con los CDS sobre los periféricos

En cualquier caso, la caída de Grecia, que tarde o temprano se va a tener que producir va a traer consigo consecuencias. Eso es inevitable. El problema de los mercados es que probablemente están dirigiendo el foco de sus temores en la mala dirección.

La quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008 tuvo un claro perdedor. Mientras que todos los bancos que se vieron pillados por la caída de la entidad salieron de una forma u otra adelante, hubo un claro perdedor. AIG tuvo que hacer frente al pago de los seguros frente al impago (CDS por sus siglas en ingles) que le compraron los tenedores de bonos de Lehman para protegerse de un posible escenario de bancarrota.

Está claro que los principales tenedores de bonos griegos no se han quedado de brazos cruzados esperando a que Bruselas y el Fondo Monetario Internacional finalmente dejen caer al país, cuyas cuentas no se sostienen por sí mismas. El proceso de quiebra de Grecia no es algo repentino, viene siendo una carrera de fondo que se alarga mínimo dos años. Tiempo suficiente para que los bancos y demás acreedores se hayan cubierto las espaldas.

Y han sido las firmas estadounidenses las que se han lanzado a emitir CDS sobre la deuda soberana de Grecia confiadas, probablemente, en la creencia de que los miembros de la Unión Europea no iban a dejarla caer.

Desde que se agudizó la crisis de deuda soberana y el debate sobre rescate o quiebra de Grecia se ha convertido en una realidad, los bancos europeos han pasado a primer plano por el riesgo que entrañaría para su hoja de balance una reestructuración de la deuda helena.

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