El Tesoro coloca el máximo previsto y paga un 40% menos gracias al efecto Draghi

El Tesoro no ha encontrado problemas para colocar el objetivo máximo previsto teniendo en cuenta que seguía siendo bajo y que las referencias con las que ha salido coinciden con la que los mercados esperan que compre el Banco Central Europeo, después de la recomendación a España de su presidente, Mario Draghi, esta misma semana, sobre salir con papel a corto. Finalmente ha colocado 3.500 millones de euros en bonos, con una demanda menor y por los que ha pagado hasta un 40% menos que en la subasta anterior.

Concretamente, la subasta se ha saldado con 682 millones de euros con vencimiento en 2014, para la que la rentabilidad ha caído hasta el 2,798% desde el 4,708% que pagó en junio, aunque con una ratio de cobertura de 2,01 veces frente a las 3.97 veces anteriores. De los bonos a 2015 se han vendido 1.390 millones de euros, por los que se ha pagado el 3.676% -un 27% menos- y con una ratio de cobertura de 1,76 veces y, finalmente, el 2016 se ha saldado con una colocación de 1.430 millones al 4,603% frente al 5,971% de junio y una demanda que ha superado en 1,86 veces la oferta.

 

La prima de riesgo se mantenía por debajo de los 500 puntos básicos tras conocer el resultado de la subasta, con la rentabilidad del bono a diez años en el 6,1%, la del cinco años en el 4,6% y la del dos años en el 2,9% tras bajar del 3% por primera vez desde el 9 de abril, cuando el foco de los mercados volvió a centrarse en España tras un primer trimestre del año de tregua.

De esta manera, el Tesoro ha salvado una subasta cargada de incertidumbre en los mercados, que prefieren no mover pieza hasta que hable esta tarde Draghi y despeje la incógnita sobre la compra de bonos periféricos. De hecho, esas mismas dudas son las que ayer provocaron que la subasta de deuda de Alemania se quedara sin cubrir, y el Tesoro germano sólo colocara 3.610 millones de los 5.000 millones que tenía previstos en una semana en la que los Estados de la eurozona quieren colocar hasta 20.000 millones de euros.

Al mismo tiempo que España, Francia volvía a salir al mercado y colocaba 2.998 millones de euros en bonos con vencimiento en 2022 y una rentabilidad del 2,21%. Ya el lunes, el Estado galo consiguió vender deuda con rentabilidades negativas aprovechando las expectativas de cara al plan del BCE para garantizar el futuro del euro.