"Si España aguanta hasta el 25 de octubre sin pedir ayuda será capaz de llegar a febrero"

El rescate de España se ha convertido en objetivo de apuestas y no sólo de las casas inglesas. Sobre que el país va a pedir formalmente ayuda no hay discusión, la cuestión es cuándo.

Ayer volvieron los nervios después de que la prensa internacional se hiciera eco de unas declaraciones de un mandatario español, que aseguraba que era inminente. Aunque el grueso de la información no aportaba realmente novedades, la bolsa se disparó un 3,4% y la prima de riesgo bajó de golpe como consecuencia del cierre de cortos, que no quieren quedarse pillados por si fuera verdad.

Partiendo de la base que la de ayer fue otra falsa alarma, lo cierto es que cada vez cobra más aceptación la teoría de que la petición formal de ayuda se producirá a mediados de noviembre.

En primer lugar, los únicos que podrían precipitar el rescate serían los mercados, teniendo en cuenta que el Tesoro debe hacer frente en octubre a 34.000 millones de euros –incluidos los intereses- en vencimientos y no se podría permitir que un nuevo ataque que llevara la rentabilidad del bono al 7%.

No obstante, “la calma se ha impuesto porque los mercados saben que va a acabar habiendo un rescate y apretar ahora las clavijas no tiene sentido, porque si vendes, suben las rentabilidades y cuando el BCE compra, te machacan”, asegura a Cotizalia.com, Nicolás López, director de análisis de MG Valores.

Por otro lado, el 6 de noviembre hay una cita clave en la agenda mundial, las elecciones de Estados Unidos y un presidente que se presenta a la reelección no iba a consentir que se llegara a la cita con los mercados desestabilizados. Por este motivo, cobra fuerza la idea de que la implicación del Gobierno de Barack Obama, que ha mandado en varias ocasiones a su secretario del Tesoro, Timothy Geithner a Europa y ha participado activamente en el debate de la solución europea, ha marcado los tiempos del rescate.

“Para todo presidente que se presente a una reelección, la situación de los mercados y la situación macroeconímica es la mitad”, explica Gonzalo Lardíes, de BPA. “Me da la sensación de que EEUU ha presionado para que no se enquiste el tema en Europa, han presentado su QE3, han maquillado los datos y llegan a las elecciones como pueden”. “Luego en el momento que te bajen dos agencias a bono basura lo tienes hecho, no te queda otra”.

A esto hay que sumar las negociaciones que está llevando a cabo el Gobierno de Mariano Rajoy. “Está claro que el gobierno se ha dado un tiempo a tomar todas las medidas para llegar al rescate con los deberes hechos y que no hayan exigencias adicionales”, asegura López, de MG Valores.

Además, al ejecutivo le interesa dejar pasar las citas electorales que tiene en las próximas semanas, principalmente Galicia y País Vasco. Superado esto, “antes de Navidad tendremos rescate, más allá no tendría sentido”, asegura López.

No obstante, existe la posibilidad, atendiendo a los compromisos del Tesoro, que España pueda retrasar la solicitud de ayuda hasta febrero. “Si España aguanta hasta el 21-25 de octubre sin pedirlo, entonces aguantará hasta febrero”, afirma Daniel Lacalle, gestor del hedge fund Ecofin. “A partir de noviembre las emisiones son pequeñas y se las pueden comer Bankia y las cajas nacionalizadas”.

Cuestión aparte es cómo se articulará el rescate. Mientras Lacalle asegura que “va a ser un rescate a la griega”, aunque “tienen tanto miedo al efecto colateral sobre Italia y Francia que van a ser extremadamente generosos con España”, José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi, defiende que “un rescate en sentido estricto sería malo para todo el mundo” y lo que vamos a ver es una "asistencia financiera".

“No es el momento de buscar lo correcto políticamente, la asistencia te baja la prima, te da credibilidad y te forja la disciplina. Es importante pedirla y cuanto antes mejor”, concluye Martínez Campuzano.