El Tesoro paga el menor interés por su deuda desde septiembre de 2010

La cita que tenía el Tesoro con los mercados este jueves contaba con un morbo añadido: se trataba de la primera emisión después de que el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, presentara el martes sus Presupuestos para 2014. Hoy los inversores tenían que aprobarlos y lo han hecho con una fuerte caída de las rentabilidades exidas. Tambien es verdad que justo ayer se resolvió un importante escollo en la crisis política de Italia con el apoyo a Enrico Letta en la moción de confianza, aunque España en esta ocasión ha visto los toros más bien desde la barrera. Con todo, hay un hecho que es indiscutible: España ha pagado el menor interés por su deuda desde septiembre de 2010.

De nuevo, el Tesoro ha vuelto a quedarse ligeramente de los objetivos de colocación que se había fijado. En total ha emitido 3.510 millones de euros entre bonos con vencimiento en 2018 y obligaciones con vida hasta 2023. Concretamente, en el caso de la deuda a cinco años, la secretaría dependiente del Ministerio de Economía ha vendido 1.378 millones para el papel con vencimiento en enero de 2018 para los que la demanda ha superado 2 veces la oferta y con una rentabilidad del 3,128%; en el plazo octubre de ese mismo año ha vendido 955 millones con una ratio de cobertura de 2,7 veces, superior a las 1,9 veces anteriores y el interés medio del 3,001%; y, finalmente, en el casod e las obligaciones a diez años la subasta se ha saldado con 1.176 millones de euros, una demanda de 2 veces lo colocado y una rentabilidad del 4,269% frente al 4,503% anterior, el menor interés desde 2010.

Inmediatamente después de la subasta, la rentabilidad que se exigía a la deuda española en el secundario subía hasta el 4,29%, lo que situaba la prima de riesgo en los 245 puntos básicos. No en vano, los intereses del bund también subían con fuerza hasta el 1,84%.

Según el proyecto de Ley de los Presupuestos Generales del Estados para 2014, la deuda pública acabará este ejercicio en el 94,2% del PIB y cerrará el año que viene en el 99,8%, lo que en términos absolutos supone un billón de euros por primera vez. Además, la necesidad de financiación neta y las amortizaciones del Tesoro serán un 17,7% superiores a las de este año.

Aunque como es habitual casi la totalidad de emisiones brutas se llevarán a cabo mediante letras y bonos y obligaciones, como alternativa el Gobierno estudia la posibilidad de realizar una emisión de hasta 7.000 millones en otras deudas y divisas si surgieran oportunidades interesantes, como las colocaciones sindicadas que se han venido sucediendo este año y con las que el Tesoro ha captado más de 17.000 millones de euros.