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¿Un 'QE' a la europea? ¿Bajar los tipos? ¿Comprar deuda? Todo es posible con Draghi
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¿Un 'QE' a la europea? ¿Bajar los tipos? ¿Comprar deuda? Todo es posible con Draghi

Tras proclamar en enero que el BCE estaba "preparado" para actuar, el mercado espera que Draghi pase hoy a la acción y envíe nuevos estímulos

Foto: El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi

Mario Draghi lo subrayó con vehemencia en enero: "El Banco Central Europeo (BCE) está preparado para considerar todos los instrumentos disponibles", aseguró el presidente de la institución monetaria. Y hoy, un mes después, deberá decidir si esos preparativos, si esa intención de volver a actuar, cristaliza ya en una medida concreta o si, por el contrario, se da más margen y espera a la cita de marzo, en la que además revisará sus previsiones económicas, para pasar a la acción. Esta incógnita acaparará la atención en la segunda reunión de política monetaria de 2014, que viene predecida también por el sobresalto sufrido en los mercados financieros al calor de la retirada de los estímulos de la Reserva Federal (Fed) estadounidense y de lafuerte sacudidaen los países emergentes.

Si anuncia nuevas medidas, el BCE constataría que, pese a la tenue mejoría que dibuja la economía europea, aún no las tiene todas consigo. Sus recelos giran fundamentalmente en torno a dos asuntos. El primero, los precios. Según el dato adelantado ofrecido por Eurostat, en enero la inflación se moderó una décima en la Eurozona, hasta el 0,7%. Es decir, el mismo nivel que encendió los temores deflacionistas en la región y ante el que Draghi maniobró con celeridad en noviembre para reducir los tipos de interés hasta el mínimo histórico del 0,25%.

En cuanto al segundo, se trata del crédito. Consciente de que la correa de transmisión de la política monetaria continúa sin funcionar, Draghi está buscando nuevos resortes para estimular la actividad crediticia. Asume así que más pronto que tarde la recuperación necesitará financiación para asentarse, de ahí que esté barajando fórmulas para estimular que la banca conceda préstamos a la economía real, especialmente a las pequeñas y medianas empresas (pymes).

¿Dejar de esterilizar? Un 'QE' a la europea

Elterreno, por tanto, parece abonado para que Draghi pase de nuevo de las palabras a los hechos. La incertidumbre reside en cuál de las palancas que tiene a su alcance será la elegida. Y no es fácil, porque SuperMario dejó bien claro que la entidad baraja todas las opciones, con un único límite que especificó igualmente hace un mes: "Que el Tratado de la Unión permita su uso por parte del BCE".

Estematiz complica que Draghipueda emprender un programa de expansión cuantitativa (QE) como los seguidos por la Fed o el Banco de Inglaterra, que han comprado deuda privada y pública de sus respectivos países en el mercado, ya que el Tratado prohíbe al BCE financiar de forma directa a los países. Podría regatear esta cláusula si centra esas adquisiciones en el mercado secundario -es decir, una vez que los bonos ya han sido emitidos, con lo que no estaría financiando a los países de forma directa-, pero esta alternativa supondría una variante del actual programa de Operaciones Monetarias de Compraventa (OMT, en sus siglas en inglés).

Teniendo en cuenta que la OMT ha sido la iniciativa con la que Draghi ha contenido la crisis de la deuda periféricay que ha sellado las costuras del euro, introducir cambios o alternativas en su definición podría resultar arriesgado. Sin olvidar que el Tribunal Constitucional alemán aún debe pronunciarse sobre la OMT, con lo que el presidente del BCE podría decantarse por otra opción menos polémica.

El BCE podría poner en marcha su particular versión de las expansiones cuantitativas (QE) de la Fed y el Banco de Inglaterra si dejara de esterilizar la cartera de bonos que tiene en su balance tras su primer programa de compras de deuda (SMP)

Puestos a llevar a cabo un QE a la europea, hay otra posibilidad que ha ido ganando enteros en los últimos días. Consiste enque el BCEdeje de esterilizar la deuda públicaque tiene en su balance como consecuencia de las compras que llevó a cabo entre 2010 y 2012 bajo el Programa para el Mercado de Valores (SMP, en sus siglas en inglés).Cuando puso en marcha esta iniciativaen mayo de 2010,el BCE anunció que el dinero que metiera en el sistema por un lado con las compras de esos bonos, lo retiraría por otro lado con subastas de drenaje.

Es decir, si con una mano dedicaba 100 millones a la adquisición de deuda, con la otra retiraba 100 millones, una maniobra conocida como esterilización y que, en principio, iba a llevar a cabo mientras los bonos comprados continuaran en su balance.Como el BCE era consciente de que con el SMP estaba bordeando los límites que le impiden financiar directamente a los países -no los superaba porque no realizaba esas compras cuando esa deuda se emitía (subastas), sino cuando ya había sido emitida (mercadosecundario)-, al realizar esa esterilización al menos defendía su ortodoxia porque con ella evitaba una expansión de la base monetaria.

Si ahora revisa esta cláusula,estaría incrementando el dinero en circulación y activando suparticular versión de las expansiones cuantitativas vistas en EEUU y Reino Unido.Por este motivo, un cambio en este terreno implicaría una modificación más que simbólica y determinaría que, sobre todo Alemania y el gobernador de su banco central, Jens Weidmann, han relajado su postura.

En su momento, las adquisiciones del SMP superaronlos 200.000 millones de euros. De esa cantidad, todavía tiene en su cartera un volumende 175.700 millones de euros, una cantidad que aún hoy sigue drenando.Si interrumpiera las esterilizaciones, el sistema financiero pasaría a contar con esta liquidez adicional, con lo que el BCE enviaría un nuevo estímulo para intentar dinamizar el crédito y la actividad económica.

Más alternativas

Pero aún hay más opciones. La institución monetaria podríaolvidarse de ladeuda pública -ya cubiertacon la OMT- y centrarse en la adquisición de deuda bancaria. Ya lo ha hecho antes, puesto que primero en 2009 y luego en 2010puso en marcha dos programas de compras de cédulas hipotecarias, destinados a facilitar la financiación de los bancos europeos y cuyo volumen conjunto ascendió a 76.000 millones de euros. Esta vez, el BCE optaría por comprar títulos vinculados o respaldados por los préstamos concedidos a las pymes, con el propósito de estimular la concesión de créditos a este tipo de compañías. Al mismo tiempo, o como sustitutivo cercano de esta medida, podría modificar su política de colateralespara empezar a aceptar ciertos activos que ahora no contemplao valorar mejor los que ya recibe en sus operaciones periódicas de financiación bancaria.

Las opciones son múltiples. Entre ellas, comprar deuda bancaria, modificar su política de colaterales, convocar una operación de financiación a largo plazo condicionada (LTRO) o reducir el coeficiente de reservas

Draghi sugirió otra alternativa adicional hace dos meses. En diciembreadmitióque el BCE estaba estudiando la posibilidad de convocar una operación de financiación bancaria a largo plazo (LTRO). Seríasimilara las que ejecutó a finales de 2011 y comienzos de 2012, con las que prestó a los bancos 1 billón de euros por un plazo de tres años, pero el banquero italiano ya matizó que esta vez habría una diferencia: para evitar que las entidades dedicaran el dinero de esta operación a la compra de deuda pública, en esta ocasión la nueva financiación estaría condicionada a que la banca la utilice para conceder préstamos a las empresas. Es decir, se trataría de una LTRO condicionada.

Como el propósito del BCE consiste en reforzar la liquidez de las entidades, otra alternativa pasaría por reducir el coeficiente de reservas ode caja, es decir, el dinero que las entidades privadas deben retener en efectivo para atender las necesidades de liquidez. Tampoco sería la primera vez que la institución recurre a esta medida durante la crisis. En diciembre de 2011 ya recortó el coeficiente del 2 al 1%, nivel en el que permanece desde entonces.

Siempre quedarán los tipos...

Si Draghi no logra el consenso preciso para poner en marcha otras medidas menos convencionales, siempre podría recurrir a rebajar aún más los tipos. No es la opción más probable para los expertos consultados por la agencia financiera Bloomberg, puesto que sólo 3 de los 66 analistas encuestados barajan una reducción del 0,25 al 0,10%, pero si no hay otra cosa que ofrecer, puede ser el último recurso que le quedaría al presidente del BCE para responder a la desaceleración de los precios. "La continuidad de los bajos niveles de inflación posiblemente motivará que la entidad recortará los tipos del 0,25 al 0,10% este jueves", apuntan desde RBS, una de las tres firmas que sí contemplan esta posibilidad.

En paralelo al precio oficial del dinero, también habrá que ver lo que el BCE decide sobrelos intereses de la facilidad de depósito, situados en el 0%, ni en los de la facilidad de préstamo, en el 0,75%. Draghi también ha sugerido en varias ocasiones que la entidad "está preparada" para ubicar los tipos de depósito en terreno negativo por primera vez en la historia. Ese paso implicaría que, en adelante, el BCE pasaría a cobrar a los bancos por el dinero que aparcaran durante un día en la facilidad de depósito.

Dentro del terreno de los tipos, el banquero italiano también tendrá a su alcance la orientación de expectativas -forward guidance- sobre los tipos de interés. Esto es, podría reforzar el mensaje, lanzado en julio de 2013 y apuntalado hace un mes, de que el precio del dinero permanecerá en los niveles actuales o incluso más bajos y de que la política monetaria continuará siendo "acomodaticia" durante "un extenso periodo de tiempo". De este modo, pretendería asentar en los agentes económicos y financieros la creencia de que seguirán disfrutando de unas condiciones financieras muy favorables para sus proyectos durante mucho tiempo.

Mario Draghi lo subrayó con vehemencia en enero: "El Banco Central Europeo (BCE) está preparado para considerar todos los instrumentos disponibles", aseguró el presidente de la institución monetaria. Y hoy, un mes después, deberá decidir si esos preparativos, si esa intención de volver a actuar, cristaliza ya en una medida concreta o si, por el contrario, se da más margen y espera a la cita de marzo, en la que además revisará sus previsiones económicas, para pasar a la acción. Esta incógnita acaparará la atención en la segunda reunión de política monetaria de 2014, que viene predecida también por el sobresalto sufrido en los mercados financieros al calor de la retirada de los estímulos de la Reserva Federal (Fed) estadounidense y de lafuerte sacudidaen los países emergentes.

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