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El Gobierno espera la menor aportación a planes de pensiones en dos décadas
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El Gobierno espera la menor aportación a planes de pensiones en dos décadas

Los Presupuestos recogen un beneficio fiscal en la cuota estatal del IRPF de 771 millones de euros por las aportaciones a estos instrumentos de ahorro a largo plazo

Foto: Manifestación de pensionistas en Valencia. (EFE)
Manifestación de pensionistas en Valencia. (EFE)

El Ejecutivo ha tomado medidas para aumentar el atractivo de los planes de pensiones. Pero por ahora parecen ineficaces. Al menos, según sus propias cuentas. El beneficio fiscal que recoge el Proyecto de Ley de los Presupuestos Generales del Estado es de 771 millones de euros, el dato más bajo desde 1998, o desde 2001 si se equiparan los datos históricos con la tarifa estatal del IRPF.

El boceto de las cuentas públicas recoge un presupuesto estimado de los beneficios fiscales sobre los principales tributos para el ejercicio, ya que son una reducción de los ingresos para las arcas del Estado. Tradicionalmente, uno de los más importantes ha sido la deducción de los planes de pensiones, que ha ido perdiendo peso (están por encima las deducciones por tributación conjunta, familia numerosa, compra de vivienda y maternidad).

Foto: El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, durante la presentación de los PGE en el Congreso (Reuters)

Las aportaciones a los planes de pensiones son deducibles en la tributación del IRPF. Es decir, se reduce la base imponible en la misma cuantía con un máximo de 8.000 euros y del 30% de los rendimientos netos del trabajo. Por ello, el Gobierno estima el impacto en la tarifa general.

Si se tienen en cuenta la tarifa autonómica y las deducciones en País Vasco y Navarra, el beneficio fiscal para los aportantes a planes de pensiones se duplica, según cálculos de Gestha, el sindicato de técnicos de Hacienda. Esta agrupación denuncia que las deducciones son regresivas, ya que reducen la progresividad del IRPF y los contribuyentes con más ingresos son los que más se benefician.

Sin crecimiento

Los 771 millones de euros estimados para 2018 se reducen en un 1,5% respecto a los 783 millones de 2017; un 15% sobre los 902 millones de 2016; un 23% respecto a los 1.000 millones de 2015, y un 30% respecto a cifras en torno a los 1.100 millones en 2013 y 2014.

Aunque el máximo histórico de estas deducciones presupuestadas se alcanzó en 2009 con 1.946 millones de euros. La crisis redujo drásticamente las aportaciones, que se volvieron a recuperar a partir de 2013, para descender en los últimos dos años (ver gráfico). La patronal de las gestoras, Inverco, proyectó un aumento del patrimonio de los planes del 3% para 2018, lo que teniendo en cuenta las rentabilidades es consistente con el pequeño retroceso de las aportaciones que espera el Ejecutivo.

Hay varias razones que están detrás de estos descensos. Pero la más importante es la falta de interés de los ahorradores por el producto, que cumplió el año pasado tres décadas en España, pese al esfuerzo comercial de la banca a finales de cada año. No en vano, las entidades han tratado de vender fondos de inversión y planes de pensiones en los últimos años para compensar la baja rentabilidad del negocio tradicional de captar y prestar dinero. Y han tenido más éxito con los fondos que con los planes.

El patrimonio de los fondos de pensiones (se contrata un plan ligado al fondo, que es el vehículo que invierte) alcanzó los 111.000 millones de euros en diciembre, según datos de Inverco. Esta cifra se reparte entre 74.400 millones en planes individuales y el resto en planes de empleo. Desde 2012 ha crecido un 28%, casi exclusivamente por las rentabilidades, ya que dos de cada tres partícipes ni siquiera hacen aportaciones. El dato contrasta con el crecimiento del 115% de los fondos en el mismo periodo, hasta los 262.847 millones.

Foto: Foto: Corbis.

En general, los planes individuales exhiben comisiones más altas, como señaló el Banco de España en su último boletín económico, y rentabilidades más bajas que los fondos de inversión, según calcula Morningstar. Por otro lado, la fiscalidad que favorece las aportaciones supone un hándicap al rescatar el ahorro, cuando hay que tributar por IRPF todo el dinero, tanto el aportado como las rentabilidades. Con el resto de instrumentos de ahorro o inversión hay que tributar por las rentabilidades con los tramos del ahorro, que van desde el 19% al 23%.

También hay que tener en cuenta la rebaja en la deducción máxima desde los 10.000 euros o 12.500 euros para los mayores de 50 años hasta los 8.000 euros actuales. Asimismo, ha habido cambios en el IRPF cedido a las comunidades autónomas. En 2002 (reforma que firmó Cristóbal Montoro) subió del 30% al 40%, y con el modelo de financiación autonómica de 2009 que ahora quieren reformar todas las partes, alcanzó el 50%.

Si se homogeneizan las deducciones recogidas en presupuestos con una simulación (suponiendo tarifa estatal del 50% para todos los años), el beneficio fiscal de ejercicios anteriores al último cambio de financiación autonómica disminuye, pero hay que irse hasta 2001 para encontrar una cifra inferior a la prevista para 2018.

Promesa incumplida

El sector ha reivindicado históricamente una revisión fiscal que recogió el PP en sus programas electorales para las elecciones de diciembre de 2015 y junio de 2016, y que consiste en que las rentabilidades obtenidas tributen con los tramos del ahorro y no con el IRPF.

Sin embargo, el Gobierno se ha movido por otro frente para tratar de aumentar el atractivo de los productos. El Ministerio de Economía, aún dirigido por Luis de Guindos, redujo las comisiones máximas de los planes de renta fija al 0,85%, los mixtos conservadores (con máximo del 30% en renta variable) al 1,3% y mantuvo las del resto en el 1,5%. Además, aprobó el reglamento para abrir una ventana de liquidez a los 10 años de las aportaciones a partir de 2025.

Pero lo que reclama la industria de la gestión de activos para que los planes de pensiones recuperen el vigor del pasado es la mejora fiscal. Inverco, de hecho, cuestiona el criterio de Hacienda en los presupuestos, ya que solo recoge el beneficio fiscal y no los ingresos extra que obtiene vía IRPF con los rescates.

El Ejecutivo ha tomado medidas para aumentar el atractivo de los planes de pensiones. Pero por ahora parecen ineficaces. Al menos, según sus propias cuentas. El beneficio fiscal que recoge el Proyecto de Ley de los Presupuestos Generales del Estado es de 771 millones de euros, el dato más bajo desde 1998, o desde 2001 si se equiparan los datos históricos con la tarifa estatal del IRPF.

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