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Los fondos ('value', de bancos y extranjeros) más dañados por el optimismo de OHL
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Los fondos ('value', de bancos y extranjeros) más dañados por el optimismo de OHL

Varios fondos aprovecharon los primeros meses de 2018, en los que la constructora llegaba al año nuevo llena de optimismo, para aumentar su posición. En el año pierde un 84%

Foto: Logotipo de OHL. (Reuters)
Logotipo de OHL. (Reuters)

Dicen que el optimista es un pesimista sin toda la información. OHL empezó este año con varias cargas negativas: registró 'números rojos' por segunda vez desde 2016 (12,1 millonesde euros) y caídas de los ingresos (-3,6%) como consecuencia del retraso en el arranque de la construcción de algunos proyectos. Sin embargo, la empresa daba largas al mercado explicando que 2017 había sido "un año de transición" y que 2018 representaría una "nueva etapa". Poco sabían los inversores sobre lo que este año les deparaba.

Lo cierto es que, pese a ser un año duro, OHL cerró en bolsa un 2017 en positivo, con un alza del 35%. Estas subidas venían impulsadas por la adjudicación de nuevos proyectos como el de la carretera en Perú por 112 millones de euros o la noticia de la venta de la filial de concesiones por 2.235 millones de euros. El año comenzó tranquilo, con la empresa esforzándose por reestructurar su deuda para recuperar una solvencia a prueba de cualquier socavón.

Los analistas dieron cuenta de ello. En mayo, Renta4, por ejemplo, otorgaba en un informe un precio objetivo de 5 euros, con un potencial de subida superior al 50%. "Recomendado únicamente a inversores tolerantes ante los fuertes movimientos en la cotización con rumores y noticias", justificaba entonces la entidad. "Dando cierto sesgo conservador a nuestra valoración, consideramos que en caso de cumplirse las expectativas de corto plazo [proyectos, mejora de margenes], el potencial a largo plazo es muy atractivo". OHL acumula el atractivo de una ganga que encierra un tesoro; sin embargo, de momento, no para de perder, y a cierre del jueves mantenía un precio de 68 céntimos por acción.

Sin embargo, los bajistas tenían razón: 2018 empezó a torcerse cuando la compañía presentó resultados del primer trimestre: la friolera de 144,9 millones de dólares en pérdidas y una caída del 7,9% de las ventas. Y ya entonces los problemas afloraban en los fallos de proyectos concedidos: parte el agujero recaía entonces, por ejemplo, en el resultado desfavorable de la demanda que interpuso OHL Industrial por el proyecto de central Hidroeléctrica de Xacbal Delta.

Foto: El logo de la española OHL, en unas grúas. (Reuters)

Cuando presentó los 'números rojos' de 843 millones del primer semestre, también, OHL volvió a presentar otro proyecto que le había salido 'rana', el Hospital Chum en Canadá. La siguiente vez, ante las pérdidas de el último trimestre registrado, OHL achacó el agujero a las pérdidas con las que ha vendido la participación que le quedaba en el complejo turístico mexicano de Mayakobá y de otras provisiones por litigios abiertos en distintas obras.

Son varios los fondos que se apuntaron a la ola de optimismo de los primeros meses del año y luego se han estrellado contra las rocas. Entre estos, llaman la atención los fondos 'value', que predican la inversión basada en el análisis fundamental y con una perspectiva largoplacista —así, buscan comprar acciones en compañías que estén baratas pero en las que ven un gran potencial—. Con esta tésis, OHL les parece muy atractiva.

Foto: Foto: Reuters

AzValor, por ejemplo, compró su participación en OHL en el primer trimestre, por primera vez "en los 20 años [que llevaba] siguiendo la empresa". "Conocemos las tesis más severas respecto a la compañía, y no pretendemos desvirtuarlas del todo", justificó entonces desde su fondo para Iberia. "Sin embargo, nos parece que hay partes del negocio constructor (España, partes de USA) que claramente tienen valor, y otras que encierran opcionalidad (América Latina, Europa del Este), por lo que la penalización del mercado podría haber sido excesiva". Así, acumulan un 0,33% de participación en la empresa a un precio medio de 4,49 euros por acción, por lo que, en apenas nueve meses pierden casi un 85% de esta inversión.

Foto: Logotipo de OHL (Reuters)

Sin embargo, no solo los 'value' pensaron que a principios de año era una buen momento para comprar: BBVA llevaba invertido en OHL desde 2005, siendo uno de los inversores institucionales más antiguos de la compañía. Al contrario que la mayoría de los fondos de bancos en la compañía (Ibercaja, Santander, Sabadell, Bankia), BBVA aumentó su participación este año, desde el 0,38% que mantenía hasta julio de 2018 hata el 2,2% del accionariado, lo cual sitúa su coste medio por acción en los 3,09 euros y su rentabilidad negativa en el 77%.

Con todo, los inversores institucionales extranjeros también se han movido en el valor este año. Los principales fondos internacionales que han aumentado posición este año y que tienen la mayor rentabilidad negativa son Brookfield y BNY Mellon. El primero comenzó su inversión en el grupo OHL en marzo de 2014 y mantuvo desde entonces y hasta diciembre de 2017 una posición del 0,34% del accionariado. Sin embargo, en enero de 2018 y viendo las previsiones al alza, compró participación hasta situarse superando ligeramente el 3% que tiene actualmente. Así, Brookfield ya pierde entorno al 85% en la inversión, a un coste medio por acción del 4,43 euros.

La firma neoyorquina, por su parte, también movió ficha en 2018. Invertida desde antes del año 2005, es uno de los inversores institucionales más antiguos en la compañía y en el año 2008, llegó a tener un precio medio por la acciones que mantenía de 18,84 euros por acción, que se ha ido reduciendo mediante sucesivas compras y ventas hasta los 3,47 euros por acción de hoy en día. En la actualidad, se sitúa en casi el 3% del capital, siendo ahora cuando mayor porcentaje tiene en la compañía. Hizo grandes ventas durante los años 2015 y 2016 y 2017, pero en enero de 2018 realizó una importante compra de acciones y aumentó de nuevo su cartera desde 0.48% hasta 3% que mantiene ahora.

"Dando cierto sesgo conservador, consideramos que en caso de cumplirse las expectativas de corto plazo, el potencial a largo plazo es muy atractivo"

Con todo, quizás los peor parados de todos no sean los que compraron durante 2018 si no los que vendieron y, por tanto, asumieron las pérdidas. Santander, por ejemplo, que tiene dos fondos en el capital de OHL, es uno de estos casos. Invertido desde antes del año 2005, es uno de los inversores institucionales más antiguos en la compañía y ha reducido mucho su exposición recientemente. Históricamente ha ido manteniendo e incrementando su posición, desde el 1,5% que tenía en enero de 2016 hasta el 4,35% que tenía en octubre de este año. Sin embargo, ahora en el mes de noviembre ha reducido su cartera hasta el 2,70% llevando el precio medio por acción a los 5,39 euros. Teniendo en cuenta dicho precio, el Santander acumula una rentabilidad negativa entorno al 87%.

Invesco, con todo, está aun peor. El fondo estadounidense ha vendido gran parte de su cartera en este 2018, si bien es un fondo que ha hecho bastantes compras y ventas importantes a lo largo de los últimos años. En junio de 2016, pasó de tener un 2,30% hasta un 6,03% a un precio medio por acción de 8,09 euros y, después, en el 2017, redujo su exposición hasta un 1,99% al mismo precio medio, porque vendió sin hacer más compras.

Metagestión, por ejemplo, vendió todas las posiciones a principios de octubre. Históricamente había tenido participaciones residuales, pero a principios de año realizó una compra para pasar del 0,2% al 0,8% a un coste medio por acción de 4,53 euros, con una rentabilidad negativa de casi el 85%. Según explicaban en el informe del tercer trimestre de este año, OHL "reportó resultados el 26 de septiembre y mientras que los inversores pensaban que los activos legacy estaban controlados, queda claro que no es así. El verdadero problema es la continua falta de credibilidad que refeja 4-L y por ello la acción perdía casi un 24 en un día. -hemos adaptado nuestra valoración a las nuevas noticias y hemos dado más valor al escenario negativo. —hemos bajado considerablemente la valoración de la compañía y obtenemos, con los precios actuales, un potencial del 80%—. Seguimos analizando la situación con cautela pues nuestro negocio no sólo consiste en el análisis de potenciales sino en poder determinar si ese potencial tiene el catalizador para alcanzarse".

Según explicaba ya en el segundo trimestre en un informe remitido a la CNMV, la venta de OHL Concesiones había supuesto una gran oportunidad de compra "al cambiar absolutamente el perfil financiero y el valor de la compañía". Según la gestora, el grupo pasó a tener una posición de caja neta, "incluso superior a la de su valor en bolsa en el momento de la transacción, lo que, unido a una valoración muy conservadora del resto de divisiones de la compañía, arrojó un margen de seguridad a la inversión que decidimos aprovechar para invertir en la empresa". De momento, OHL pierde alrededor de un 84% en el año (aunque también es cierto que la filosofía 'value' engloba pensar a más largo plazo que el de un solo año).

En el último trimestre de 2017, aumentó su posición desde el 1,99% hasta el 2,51%, quizá pensando que subiría el precio de OHL. Con esta operación logró reducir el coste por acción desde 8,09 hasta 7,34 euros por acción. Sin embargo, desde agosto hasta ahora, ha deshecho casi en la totalidad la inversión, pasando a tener un 0,64% pero pagando un precio medio de 7,34 euros, bajo una rentabilidad negativa del 90%.

Dicen que el optimista es un pesimista sin toda la información. OHL empezó este año con varias cargas negativas: registró 'números rojos' por segunda vez desde 2016 (12,1 millonesde euros) y caídas de los ingresos (-3,6%) como consecuencia del retraso en el arranque de la construcción de algunos proyectos. Sin embargo, la empresa daba largas al mercado explicando que 2017 había sido "un año de transición" y que 2018 representaría una "nueva etapa". Poco sabían los inversores sobre lo que este año les deparaba.