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"Ya invertiré cuando tenga más dinero": el gran error del ahorrador
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hay alternativas y con costes reducidos

"Ya invertiré cuando tenga más dinero": el gran error del ahorrador

La creencia es que para acceder a los mercados financieros resulta imprescindible contar con un buen patrimonio de partida. Error

Foto: Foto: Melissa Walker (Unsplash)
Foto: Melissa Walker (Unsplash)

"Para invertir hace falta tener mucho dinero". "Ay, eso de invertir está muy bien, pero lo haré cuando tenga más ahorros". Frases como estas son muy habituales entre los ahorradores cuando piensan en la posibilidad de poner a trabajar su dinero. La creencia es que para acceder a los mercados financieros resulta imprescindible contar con un buen patrimonio de partida. Error.

Quizá en el pasado fuera así, porque para el acceso a muchos productos los bancos exigían inversiones mínimas muy elevadas. Pero ahora ya no. Es cierto que, si contratamos servicios caros, las comisiones se acaban comiendo buena parte del dinero, como sigue sucediendo al comprar acciones a través del banco de toda la vida. Pero cada vez hay más alternativas y con costes más reducidos.

¿Por qué es un error esperar a tener una buena suma para invertir? Por tres razones. Primero, por lo que nos indican los datos. La opción más rentable a lo largo del tiempo ha sido estar invertido. Y especialmente en renta variable, si lo hacemos de forma diversificada y con costes ajustados (no apostando a uno o dos valores concretos, donde el riesgo de equivocarse se dispara).

La opción más rentable ha sido estar invertido. Y especialmente en renta variable, si lo hacemos de forma diversificada y con costes ajustados

La rentabilidad de la bolsa americana, que es la que cuenta con mejores estadísticas históricas, se sitúa en el 6,5% de media anual en los últimos 120 años, según los datos de JPMorgan Asset Management. Esto, en términos reales, es decir, descontando ya el impacto negativo de la inflación a lo largo del tiempo, lo que supone casi duplicar la inversión inicial cada 10 años.

Veámoslo en cifras. Imaginemos una persona que disponga de 1.000 euros para una inversión inicial en una cartera de renta variable. Y que todos los meses pueda ir metiendo 100 euros más, incrementando esta cifra de ahorro periódico un 2% cada ejercicio. ¿Cuánto tendría a largo plazo? Al cabo de 40 años acumularía más de 300.000 euros si consiguiera una rentabilidad media anualizada del 6,6%, de los que solo 73.500 euros habrían venido de su esfuerzo ahorrador. El resto, rentabilidad. Haz aquí tus propios cálculos.

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El tiempo es oro. Y perderlo esperando a tener más o menos euros puede acabar suponiendo un alto coste de oportunidad para nuestro patrimonio. No solo porque nos perdemos esa rentabilidad que iríamos generando, sino porque además la subida del coste de la vida nos hará perder poder adquisitivo si el dinero se queda en liquidez, ya sea en la cuenta corriente, el depósito o el colchón.

El segundo motivo es que ya no es un problema tener poco dinero para acceder a productos de inversión con una diversificación apropiada. Incluso las grandes entidades financieras han venido lanzando en los últimos meses toda una gama de productos en los que la inversión mínima exigida es muy baja y donde la comisión está mucho más ajustada que en los productos tradicionales.

La subida del coste de la vida nos hará perder poder adquisitivo si el dinero se queda en liquidez, ya sea en la cuenta corriente, el depósito o el colchón

ING Direct lanzó esta semana Inversión Naranja +, que sin mínimo de inversión ofrece la opción de elegir entre siete carteras distintas, en función del perfil de riesgo. Unos fondos que a su vez invierten en fondos de gestión pasiva y ETF, que permiten mantener la comisión anual del servicio por debajo del 1%. Antes, Bankinter lanzó Popcoin, con un coste todavía menor, y que permite contratar carteras diversificadas a partir de 1.000 euros. Todavía menor es el 'tique' de entrada para el servicio Invertimos por ti de Openbank, del grupo Santander, que se puede contratar por 500 euros, como también las carteras Smart Money de CaixaBank, mientras que Andbank también lanzó Myinvestor.

Y fuera del canal bancario, cada vez hay más opciones desde mínimos de entradas muy bajos, como los que ofrecen Indexa, Finanbest, Myinvestor de Andbank, Fintup, Intermoney con Imdi Funds, Inbestme o Finizens, entre otras. Todas ellas, con mínimos de entradas muy aceptables y la mayoría con la posibilidad de poder ir realizando pequeñas aportaciones de modo periódico. Ver comparativa carteras.

Mantener el dinero en la cuenta corriente o en el depósito, ha dejado de ser una opción para aquellos que quieren sacar rentabilidad a su dinero

El tercer motivo, y último, es que incluso empezando desde cantidades muy bajas, el ahorrador tiene a su alcance la posibilidad de contratar carteras con más o menos riesgo, en función de sus necesidades financieras y de la volatilidad en su dinero que esté dispuesto a asumir. Siempre manteniendo bajo control el nivel de exposición y con un tratamiento fiscal muy favorable para cambiar de una cartera a otra.

La alternativa, mantener el dinero en la cuenta corriente o en el depósito, ha dejado de ser una opción para aquellos que quieren sacar rentabilidad a su dinero. Y lo seguirá siendo mientras los bancos centrales no cambien su política de tipos de interés cero. Algo que parece muy, muy lejano.

Calcula con esta herramienta cuánto podrías ganar invirtiendo a largo plazo en función de tu capacidad de ahorro y el riesgo que quieras asumir.

"Para invertir hace falta tener mucho dinero". "Ay, eso de invertir está muy bien, pero lo haré cuando tenga más ahorros". Frases como estas son muy habituales entre los ahorradores cuando piensan en la posibilidad de poner a trabajar su dinero. La creencia es que para acceder a los mercados financieros resulta imprescindible contar con un buen patrimonio de partida. Error.

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