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Punto de inflexión en el euríbor: el mercado ya anticipa una caída al 3,3% en 2024
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SEGUIRÁ MÁS ALTO QUE EN LA DÉCADA ANTERIOR

Punto de inflexión en el euríbor: el mercado ya anticipa una caída al 3,3% en 2024

El tipo interbancario ha tocado techo, según la curva de futuros. Los inversores y los bancos dan por hecho que habrá un descenso, aunque seguirá más alto que en la década anterior

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El euríbor no subirá más. Esta afirmación que esperan, o necesitan, muchas familias con hipotecas a tipo variable es una realidad según la curva de futuros. No es que se pueda apostar todo a ello, pero los inversores y, también, los bancos, anticipan descensos del tipo interbancario durante los próximos meses. Aunque seguirá en niveles altos respecto a la realidad de la última década, cuando estaba en negativo.

Así, lo que anticipa el mercado es que habrá un balón de oxígeno, pero no mucho más, para aquellas personas que han sufrido el incremento de las cuotas hipotecarias por tener préstamos a tipo variables constituidos en los últimos años (si son más antiguos, el impacto de la subida es menor). También beneficia a familias y empresas que vayan a pedir crédito en los próximos meses, ya que es una referencia de la evolución futura de los tipos de mercado.

Foto: Aviso a hipotecados ante la fuerte subida del euríbor. (iStock)

En efecto, la curva de futuros apunta a que el euríbor ha tocado techo. La aproximación más seguida es la del futuro del euríbor a tres meses, que cotiza al 3,9% en diciembre de 2023 y al 3,3% en 2024. El euríbor a tres meses está en el 3,8% actualmente, con lo que apenas hay margen ya de más alzas, y habrá un retroceso durante el próximo año. De hecho, a 12 meses vista, se suele usar este indicador para ver qué pasará con el euríbor a 12 meses o con las expectativas sobre los tipos de facilidad de depósito del BCE.

Los bancos ya trabajan con esta hipótesis. En la última presentación de resultados trimestrales, hace dos semanas, Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, ya afirmó que la subida del euríbor es un problema para las familias que irá a menos, vaticinando que finalizará 2023 por debajo del 4% (el interbancario a 12 meses cotiza ahora en el 4,05%), y también predijo que en abril de 2024 estará por debajo del nivel de abril de este año, cuando se situó en un promedio del 3,757%.

Gortázar también recordó que, cuando se habla de encarecimientos de las hipotecas de 300 euros mensuales, se hace referencia a ejemplos de préstamos de 150.000 euros que se han constituido recientemente, pero la hipoteca media a tipo variable viva es, de media, de 65.000 euros, y el impacto se limita a entre 90 y 100 euros.

Foto: Céntimos de euro. (iStock)

De cualquier manera, la combinación de inflación acumulada en los dos últimos años, y el aumento de tipos de interés, ha golpeado a las finanzas personales de las familias. Los bancos constatan cómo los hogares están tirando de ahorros para cancelar deudas, cuando los hay, y también hay muchas familias que optan por pedir crédito al consumo para mantener sus niveles actuales de vida. La morosidad está contenida, pero ya hay los primeros signos de alarma.

Lo que nadie espera es que los tipos de interés vuelvan a corto o medio plazo a los niveles previos a este ciclo de subidas que han protagonizado los bancos centrales para luchar contra la inflación. Un aumento de precios, que empezó con los cuellos de botella y la energía, se consolidó con la guerra de Ucrania, y ha acabado retroalimentándose con los temidos efectos de segunda ronda (inflación que provoca inflación).

Que la economía del euro esté al borde de la recesión eleva las probabilidades de que el ciclo de subidas esté cerca de su final

La citada curva de futuros apunta al euríbor en el 3% al acabar 2025, un nivel claramente inferior al actual, pero muy por encima del -0,5% que registró en enero de 2022, antes de una subida vertiginosa que ha puesto contra las cuerdas a algunas familias, y ha provocado propuestas desde los partidos del Gobierno, chocando en los mensajes contra la banca, después de que ambas partes acordaron el Código de Buenas Prácticas para los hipotecados en situación de vulnerabilidad, que ha tenido muchas menos solicitudes de lo esperado. Lo que puede interpretarse como una buena noticia, o como que no funciona, como ha sugerido en alguna ocasión la vicepresidenta Yolanda Díaz.

La evolución del euríbor dependerá de la política de tipos del Banco Central Europeo (BCE), y esta, de la inflación, que sigue muy por encima del objetivo del 2%. En julio se situó en el 5,3%, dos décimas menos que el mes anterior y el nivel más bajo desde enero de 2022, pero con la subyacente (sin energía ni alimentos no perecederos) en el 5,5%. Pero, como todo va por expectativas, que la economía del euro esté al borde de la recesión eleva las probabilidades de que el ciclo de subidas esté cerca de su final. Menor actividad económica, que es lo que busca el BCE subiendo tipos y drenando liquidez con su balance, reduce también las expectativas de inflación.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE, durante la rueda de prensa de este jueves. (Reuters / Pfaffenbach)

En la última reunión, en julio, el BCE volvió a subir los tipos en otros 25 puntos básicos, hasta el 4,25%, pero el mensaje no fue tan duro o hawkish como en los encuentros previos, admitiendo avances en la lucha contra la inflación. Los expertos se dividen entre que queda una subida adicional o ninguna, y pocos apuntan a más. Sin embargo, el mercado laboral (tanto empleo como salarios) y el consumo siguen sorprendiendo por su robustez, igual que el sector servicios, aunque la actividad manufacturera está en plena contracción.

En donde hay dudas es en prever si el banco central dejará los tipos a los niveles en los que pare, que, según repite siempre el BCE, serán "suficientemente restrictivos durante el tiempo necesario para lograr que la inflación vuelva a situarse pronto en el objetivo del 2% a medio plazo". El economista jefe Philip Lane ha dicho que probablemente los tipos se establecerán en "niveles bajos" cuando pase el shock de inflación. Pero, claro, tiene que pasar.

Por ahora, lo que empiezan a resurgir son las voces dovish, apagadas en el último año. Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, apuntó esta semana que la política monetaria “debe ser prudente” para controlar la inflación sin dañar innecesariamente el crecimiento. Es decir, no pasarse de frenada, que, de hecho, es uno de los principales miedos que tienen los inversores institucionales españoles, como muestra la Encuesta de Sentimiento de Mercado de El Confidencial.

Foto: Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo antes del cara a cara. (Atresmedia)

Pero no parece que vaya a haber rebajas de tipos significativas si se mira a las expectativas del mercado. Es cierto que los inversores apuestan a que el euríbor va a recular, pero no más allá del 3%, después de un rally desde el -0,5% hasta el 4%. El bono alemán a 10 años se mantiene por encima del 2,5% pese a que se intuya que el BCE va a dejar de subir los tipos pronto, si no lo ha hecho ya. Mientras que en las últimas semanas se ha acercado a la rentabilidad del bono a dos años. La curva sigue invertida, pero se acorta la brecha. Lo mismo ocurre en Estados Unidos.

Los expertos interpretan estos movimientos como que el mercado anticipa tipos altos durante un largo periodo de tiempo. Si esto es así, la curva volvería a tener una pendiente positiva, con los bonos de más plazo con rentabilidades superiores a los de corto plazo. Otros economistas, sin embargo, recuerdan que, cuando se disipe el shock actual de inflación, volverán las presiones deflacionistas estructurales en Occidente derivadas de la innovación tecnológica, el crecimiento reducido de la productividad y el envejecimiento poblacional. Quizás en este grupo de expertos está Lane, pero por ahora no ha pasado el shock inflacionario.

El euríbor no subirá más. Esta afirmación que esperan, o necesitan, muchas familias con hipotecas a tipo variable es una realidad según la curva de futuros. No es que se pueda apostar todo a ello, pero los inversores y, también, los bancos, anticipan descensos del tipo interbancario durante los próximos meses. Aunque seguirá en niveles altos respecto a la realidad de la última década, cuando estaba en negativo.

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