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Guerra en el Olimpo de las finanzas: los fondos soberanos retan a Wall Street
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INVERSIONES DESDE ORIENTE MEDIO, NORUEGA...

Guerra en el Olimpo de las finanzas: los fondos soberanos retan a Wall Street

La sorpresiva compra saudí del 9,9% de Telefónica es una muestra más del músculo financiero desplegado por fondos soberanos de Noruega, Oriente Medio o Singapur

Foto: Oficina de STC. (EFE/Yazeed Aldhawaihi)
Oficina de STC. (EFE/Yazeed Aldhawaihi)
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Si un ejército es el brazo militar de un Estado, un fondo soberano es su brazo económico. Los fondos de inversión nutridos económicamente y controlados por Estados siguen tomando poder en grandes empresas, muchas de ellas estratégicas. Estos grandes inversores están disputando el poder financiero a Wall Street y desplazando a las viejas élites del Olimpo de las finanzas globales. El último ejemplo ha sido el de Telefónica, con el anuncio sorpresa de la compra de hasta el 9,9% del capital por parte de Saudi Telecom Company (STC).

STC es un operador de telecomunicaciones que pertenece en un 64% al fondo soberano saudí Public Investment Fund. La inversión, de unos 2.100 millones, es una muestra más de la capacidad de influencia de los fondos soberanos, en especial desde Noruega y Oriente Medio.

Foto: El presidente ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez-Pallete. (EFE/Javier Lizón)

Hace tres o cuatro décadas, cuando el mercado bursátil empezó, poco a poco, a desarrollarse en España, los principales accionistas del tejido empresarial eran familias de la burguesía o la aristocracia económica, con grandes fortunas a la cabeza de las compañías más importantes. Pero la sofisticación del mercado de capitales y, en especial, tras la gran crisis financiera de 2008-2012, propició la llegada de fondos estadounidenses.

Estados vs. Wall Street

Así, los principales accionistas de muchas empresas pasaron a ser gestoras gigantes, como BlackRock, la mayor del mundo con 8,6 billones de dólares gestionados. También otros nombres propios como Vanguard, rey junto a iShares (de BlackRock) de la gestión pasiva, Capital Group, Fidelity, JP Morgan, Goldman Sachs o Invesco. Bancos de inversión y gestoras estadounidenses, con cuarteles generales en Wall Street.

Foto: Logo de BlackRock. (Reuters/Carlo Allegri)

Estos fondos y bancos siguen destacando en el accionariado de las grandes empresas españolas, pero cada vez compiten más en poder económico los fondos soberanos. Se trata de fondos Estado, ya que gestionan las rentas que genera el país, a menudo procedentes del petróleo u otros recursos naturales. Si las decisiones siguen una lógica puramente financiera, como si fueran BlackRock, o hay otros intereses ocultos detrás, depende de cada fondo y de cada inversión. No es lo mismo el fondo soberano de democracias como Noruega o Japón, que los de dictaduras como Arabia Saudí o Singapur, por poner cuatro ejemplos de cuatro países con este tipo de vehículos de inversión.

Según estimaciones de Sovereign Wealth Funds Institute, administran más de 11 billones. A esto habría que sumar otros 23 billones de fondos de pensiones públicos, mientras que los bancos centrales tienen otros 15,5 billones —en el BCE, Fed u otros esta inversión se realiza en bonos por los objetivos de la política monetaria, pero puede haber inversiones por otros fines en otros bancos centrales—.

Norges Bank y el petróleo

El ejemplo más paradigmático es el de Norges Bank, el fondo soberano de Noruega que administra 1,34 billones. Fundado en 1997, el vehículo invierte las rentas del petróleo del país, aunque con criterios cada vez más ESG (ambientales, sociales y de gobernanza, por sus siglas en inglés). Con datos de finales de 2022, la principal inversión de renta variable de Norges en España es en Iberdrola, con el 3,6% de la compañía, 2.500 millones. En Banco Santander, la inversión es de 1.580 millones, con el 3,36%. Y en Inditex, con un 1,24%, de 960 millones.

Foto: Sede del Norges Bank en Oslo. (Reuters/Victoria Klesty)

En total, Norges tenía a finales del año pasado invertidos 10.539 millones, repartidos en 72 empresas, cifra que este año ha crecido por el repunte bursátil. En seis empresas superaba el 3%: Iberdrola, Cellnex, Santander, Solaria, Dominion y Repsol. En la petrolera, de hecho, ha alcanzado ya el 5%.

Oriente Medio se extiende

Los otros fondos soberanos más grandes están en China y en Abu Dabi. Este último es un ejemplo de cómo se extiende Oriente Medio a lo largo del globo. Se está viendo en el deporte, con el PSG y Mbappé, los fichajes de la liga de Arabia Saudí, donde se celebra la Supercopa española, la reciente compra de una participación mayoritaria de World Padel Tour por parte de Qatar para entrar en un deporte emergente, o la celebración del último Mundial de fútbol.

El deporte sirve de promoción —para muchos, blanqueamiento de la imagen de estos países— de Oriente Medio, pero es llamativa su inversión financiera a lo largo del globo. Una región que tiene a varios países enfrentados, por cuestiones religiosas o económicas, pero que comparten la capacidad para invertir con las rentas generadas por el petróleo y gas.

Foto: Nadia Calviño, vicepresidenta española de Asuntos Económicos. (EFE/Pablo Garrigos)

STC, procedente de Arabia Saudí, ha sido el último ejemplo al entrar en Telefónica. Más habituales son las inversiones desde Qatar. Su fondo soberano, Qatar Investment Authority, tiene casi 5.000 millones invertidos en el Ibex, con el 8,7% de Iberdrola, el 25% de IAG, o el 19% de Colonial. Asimismo, el empresario y banquero qatarí, Khalid bin Thani bin Abdullah Al Thani, es accionista de Prisa con 4,9%, donde además es consejero. Fuera de la bolsa, la sociedad Primefin, del jeque Hamad Bin Jassim Bin Jaber Al Thani, ex primer ministro, cuenta con el 5,5% de El Corte Inglés, después de que la empresa recomprara el 5,53% del capital por 387 millones.

También hay inversiones relevantes desde Abu Dabi. El fondo soberano Mubadala cuenta con el 63% de la petrolera Cepsa, y con el 3% de Enagás, empresa clave para el sistema gasista español, que cuenta con una participación del Estado español a través de la SEPI del 5%.

Solo las inversiones cotizadas desde Oriente Medio ya superan con creces los 11.000 millones, más que Norges Bank. El año pasado, BME presentó el Informe sobre la propiedad de las acciones cotizadas, una recopilación de grandes inversiones en las que BlackRock aglutinaba más de 17.000 millones invertidos al contabilizar únicamente las participaciones superiores al 3%, cuando está obligado a publicarlas.

Decadencia de las viejas élites

Es decir, BlackRock sigue siendo el principal inversor del Ibex, y los fondos de Wall Street están en la cabeza. Pero los fondos soberanos, con la presencia destacada de Norges Bank y la expansión financiera de Oriente Medio, cada vez están más cerca. Y, desde luego, están desplazando a la vieja élite.

Foto: El presidente de la Fundación Bancaria La Caixa, Isidro Fainé. (EFE/Javier Lizón)

Un caso claro es el de Telefónica. Si bien TSC aún no ha mostrado interés en solicitar un asiento en el consejo de administración, ya es el principal accionista. Supera a BlackRock, que a su vez había sobrepasado previamente a La Caixa y a BBVA. Y, de hecho, el operador saudí, controlado por el fondo soberano del régimen, suma más acciones que los dos bancos juntos.

En general, los bancos están de retirada como accionistas. Un ejemplo fue Repsol, donde La Caixa salió y se han quedado como grandes accionistas Norges o BlackRock, ambos con más del 5% en cada caso. También las grandes familias españolas han perdido peso en el Ibex. Aunque sigue destacando Amancio Ortega con Inditex, así como los Entrecanales (Acciona), los Del Pino (Ferrovial) o Florentino Pérez (ACS), cada vez son menos los apellidos ilustres que figuran entre las participaciones significativas de las empresas españolas.

Si un ejército es el brazo militar de un Estado, un fondo soberano es su brazo económico. Los fondos de inversión nutridos económicamente y controlados por Estados siguen tomando poder en grandes empresas, muchas de ellas estratégicas. Estos grandes inversores están disputando el poder financiero a Wall Street y desplazando a las viejas élites del Olimpo de las finanzas globales. El último ejemplo ha sido el de Telefónica, con el anuncio sorpresa de la compra de hasta el 9,9% del capital por parte de Saudi Telecom Company (STC).

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