Otro intento de Torres con el Gobierno sin oposición del Sabadell

Carlos Torres, presidente de BBVA, no empezó con buen pie la relación con Moncloa en este proceso de opa hostil al Sabadell, que se antoja largo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, evitó reunirse con él, el ruido político fue atronador en la víspera de las elecciones catalanas, y el ministro Carlos Cuerpo lo mantuvo en la resaca electoral. Pero ahora se ha apagado, y el banco vasco quiere que siga siendo así. Desde Sabadell no habrá contraataque.

Torres y Cuerpo compartirán escenario este lunes. Lo harán en el Palacio de la Magdalena de Santander, en la inauguración de la semana de información económica que organizan todos los años la Universidad Menéndez Pelayo y la APIE, y que precisamente patrocina BBVA. Esta semana siempre está a la cabeza en expectación en información económica por la presencia del grueso de los grandes bancos (a excepción de Santander, Bankinter y Sabadell), otros grandes del Ibex, o los supervisores.

Pero este año hay más expectación que nunca con la opa de BBVA sobre Sabadell. Por la propia coincidencia de Torres y Cuerpo; el mensaje que quiera dar Luis de Guindos (BCE); la cuestión de la competencia con Cani Fernández (CNMC); la visión del Banco de España con la subgobernadora Margarita Delgado, número uno en funciones porque el Gobierno no ha propuesto sucesor para Pablo Hernández de Cos, cuyo mandato expiró el 11 de junio; lo que tenga que decir Rodrigo Buenaventura (CNMV); o el equilibrio que haga por la opa entre dos asociados la presidenta de la AEB, Alejandra Kindelán.

También estaba previsto que pasara por Santander, como venía siendo habitual, el consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno. En su primera aparición pública tras el lanzamiento de la opa hostil, en el seminario financiero que organizaron el IESE y FTI Consulting, arremetió contra los cálculos de BBVA advirtiendo de mayores costes de reestructuración si hay compra y fusión. Justo después de ella, a mediados de mayo, en el banco catalán decidieron borrarse del foro que organiza la APIE y que patrocina BBVA, al que confirmaron inicialmente. Pese al aviso del Sabadell hace un mes, según fuentes de la entidad, su presencia ha estado en el programa hasta la última versión conocida el viernes.

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Así, esta vez no habrá mensajes en favor de que Sabadell siga en solitario, como sí ocurrió en el foro del IESE de mayo. BBVA, por el contrario, acaparará la atención triplemente en la semana con más repercusión para la información económica, porque también estarán el CEO de BBVA España, Peio Belausteguigoitia, que tendrá la oportunidad de sacar pecho con el negocio local, y Javier Rodríguez Soler, responsable global de Sostenibilidad y CIB del banco. Las entidades están afinando con cuidado qué mensajes dar y dónde hacerlo, por eso han formado un ejército de asesores. Sabadell ha optado por no acudir a Santander a un evento patrocinado por BBVA (aunque no es organizador).

La batalla se sucede en todos los frentes, desde las sucursales, donde han apretado para tener más dinamismo comercial, a las relaciones con políticos y empresarios, o aprovechando cada oportunidad de los ejecutivos delante de un micrófono. Y, por supuesto, en los road show con inversores. Pero en Santander solo aparecerá uno de los dos protagonistas.

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Volviendo a Carlos Torres, la misión pasa ahora porque siga apagándose el ruido contra la opa. Mientras que el banco prepara la junta del 5 de julio para tener un apoyo masivo que autorice una ampliación de capital para la eventual compra, con canje de acciones, del Sabadell, en paralelo se trabaja en el plano político. No en vano, Economía tiene que aprobar la fusión en última instancia, aunque los supervisores y los accionistas del Sabadell den su visto bueno. Y Cuerpo ya abrió la puerta a rechazar la fusión, aunque reciba el visto bueno del resto de actores implicados, por tener, desde el Ejecutivo, "una visión más amplia".

Torres ya viajó a Cataluña para ver a políticos, empresarios y accionistas. Su objetivo es convencer a todo el mundo de que la operación no entraña riesgos para la competencia o el empleo, y que mantendrá la sede operativa de Sant Cugat. También ha jugado la baza de Erdogan, aprovechando la visita del presidente de Turquía, donde BBVA es el principal banco con Garanti, inversión que tiene su cara y su cruz.

Precisamente, Torres y Pedro Sánchez mostraron cordialidad y posaron para la foto el jueves, en la sede de BBVA en Las Tablas (Madrid), por primera vez desde la opa hostil, con la presencia de Carlos Cuerpo. Una foto que es una pequeña victoria para Torres, porque en ese evento de relaciones económicas entre España y Turquía se destacó la inversión española en la economía otomana y el potencial de esta, sin mención para Sabadell.

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En este punto conviene recordar que Torres, que previamente llamó a Cuerpo para informarle de la decisión del consejo de BBVA de transformar la propuesta en opa, quiso reunirse con Pedro Sánchez para explicarle la opa y evitar el ruido político que se produjo, y el presidente del Gobierno le dio largas, según el relato del propio Sánchez. Un desplante que, en tres semanas, ha quedado atrás y ha pasado a un apretón de manos y una fotografía cordial aprovechando la visita de Erdogan. Sánchez llegó, dio un discurso, y se fue. Pero Torres pudo rebajar la inquina de Moncloa hacia la operación, y charlar con el ministro Cuerpo, según fuentes financieras.

Este lunes, Cuerpo y Torres vuelven a coincidir. Y ambos tendrán que contestar a preguntas sobre la opa y la potencial fusión. Es un desafío para el presidente de BBVA hablar de las bondades de la operación sin que su compañero de mesa, el ministro de Economía, añada más ruido.

Desde hace dos semanas, no ha habido más comentarios negativos desde Moncloa. Por su parte, Sumar, aún más beligerante en el principio del proceso, bastante tiene con no saltar por los aires tras las elecciones europeas. Y en Cataluña aún no hay Gobierno en la Generalitat, con lo que la prioridad no es BBVA y Sabadell.

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Si el inicio de la opa fue un desastre de timing para BBVA en cuestión política, ahora empieza a ocurrir lo contrario. En cualquier caso, lo que sí es necesario para que haya opa y fusión es que más del 50% del capital del Sabadell apruebe la compra en un periodo de aceptación para el que todavía queda mucho.

Sabadell calcula que hay menos de un 30% de probabilidad implícita de que prospere la opa, según las cotizaciones de las últimas semanas (en BBVA, al contrario, se apunta a una correlación de las acciones). El banco catalán está trasladando varios argumentos a los fondos para convencer a una parte de los institucionales, y confía en que un gran porcentaje de los minoritarios (el 48% del banco está en manos de minoritarios, y el 39% son además clientes) no la vea con buenos ojos.

Entre los argumentos del Sabadell está un proceso lleno de riesgos de ejecución por los posibles compromisos o restricciones de la CNMC (remedies), o la incertidumbre en torno a que Moncloa apruebe la fusión; unos costes de reestructuración mucho mayores, desde los 1.450 millones que dice BBVA hasta cifras cercanas a los 3.000 millones; y unas expectativas de retribución al accionista del Sabadell para 2024 y 2025 mayores si el banco sigue en solitario. Mensajes que no se escucharán esta semana, y sí los de BBVA.