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La cuádruple hora bruja congela al Ibex: tres claves que movieron al mercado
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La cuádruple hora bruja congela al Ibex: tres claves que movieron al mercado

Tras su peor semana en 15 meses, el Ibex apenas firmó en esta un tibio repunte del 0,36% que deja entrever las dudas que siguen corroyendo la confianza de los inversores

Foto: Pantallas de cotización en la Bolsa de Madrid. (EFE/ Andrea Gallego)
Pantallas de cotización en la Bolsa de Madrid. (EFE/ Andrea Gallego)

Después de firmar su peor semana en 15 meses, el Ibex no ha encontrado en esta argumentos para recuperar terreno con convicción. Un modesto repunte del 0,36% fue la exigua renta que se permitió el índice español en la penúltima semana del trimestre, que, como es tradición, coincidió con el vencimiento simultáneo de opciones y futuros sobre acciones e índices en los principales mercados internacionales.

Este fenómeno, conocido como cuádruple hora bruja, cuya fama de ocasionar movimientos extraños en las bolsas probablemente excede su influencia real, apenas ha servido para sacar a los inversores de las mismas dudas que les atosigaron la semana precedente y que parecen destinadas a seguir condicionando el comportamiento del mercado en el futuro más próximo.

1. La política importa… y mucho

Casi dos semanas después de que las elecciones al Parlamento Europeo derivaran en una oleada de incertidumbre sobre la política continental, las preocupaciones de los inversores siguen sin apagarse. Así lo atestigua el hecho de que la prima de riesgo francesa –foco principal del miedo inversor– cierre la semana a las puertas de los 80 puntos básicos, fijando así un nuevo máximo desde 2012.

La perspectiva de que Francia se dirige hacia un escenario de parálisis política –en el mejor de los casos– o de gobierno de la extrema derecha aviva la inquietud de unos inversores que parecen temer tanto un deterioro fiscal de la segunda mayor economía de la eurozona como un freno a su papel impulsor en las políticas a favor de una integración europea más fuerte.

El problema para el mercado es que Francia es solo la punta de lanza de un problema más general en Europa, donde la creciente fuerza de los partidos extremistas se entremezcla –y en cierto modo azuza– la debilidad de algunos de los gobiernos más importantes del continente, como el alemán o, también, el español. Puede entender así que ni siquiera se crea que la celebración de las elecciones francesas (previstas para los próximos 30 de junio y 7 de julio) vaya a suponer el fin de una incertidumbre política con la que los inversores europeos parecen condenados a lidiar a largo plazo.

Lo cierto es que esta semana, a diferencia de lo ocurrido con el Ibex, las principales plazas europeas, incluida la francesa, han sido capaces de firmar avances de cierta entidad (un 1,67% el Cac 40 galo, casi un 2% el Ftse Mib italiano), pero que apenas alivian el golpe sufrido la anterior.

2. Y la economía no ayuda

La publicación este viernes de los datos adelantados de actividad (PMI) en los sectores de manufacturas y servicios parecen evidenciar que tampoco la economía está en situación de dar alegrías a los inversores. Las cifras de Europa mostraron un inesperado frenazo de la recuperación que se venía advirtiendo en los meses previos y las de EEUU, aunque superaron las previsiones, no parecen suficientemente convincentes para erradicar la idea de deterioro que acompaña a la mayor economía del mundo en las últimas semanas.

Lo peor es que esta debilidad económica viene acompañada de señales de que la inflación se sigue resistiendo a descender, lo que da forma al peor de los escenarios para los inversores, que en los últimos días han reducido ligeramente sus expectativas de recortes de tipos de interés tanto en Europa como en EEUU.

3. Nvidia y poco más

Mientras Europa lidia con sus fantasmas políticos, que sitúan al EuroStoxx 50 casi un 4% por debajo de sus máximos anuales, Wall Street sigue encontrando el camino hacia nuevos máximos históricos, alcanzando sus principales índices cotas que ya superan con creces los pronósticos medios de los expertos para el final del ejercicio.

Al margen del ruido político, la gran brecha entre las bolsas de uno y otro lado del Atlántico la dicta la concentración mucho mayor en EEUU de acciones expuestas al gran ‘hit’ del mercado en 2024: la Inteligencia Artificial.

Y ahí, obviamente, es Nvidia quien sigue jugando un papel principal, reforzando una carrera que le ha llevado esta misma semana –aunque de manera efímera– a coronarse como la mayor cotizada del mundo, desbancando a Microsoft. El tirón reciente de Apple, que también empieza a capitalizar las expectativas sobre la IA, añade una pata adicional a una tendencia que cada vez más alimenta relatos sobre una posible burbuja en los mercados que la mayor parte de los expertos sigue rechazando.

Sea una burbuja o no, lo cierto es que Wall Street y, por ende, las bolsas mundiales, cada vez más están basando su suerte en unos pocos valores beneficiarios de la IA, mientras el resto del mercado queda a la zaga. La brecha entre las ganancias del S&P 500 y las de su versión equiponderada (en la que todos los valores del índice tienen el mismo peso) supera ya los 10 puntos porcentuales, evidenciando cómo son los grandes valores los que tiran de un mercado que, en gran medida, flojea.

Después de firmar su peor semana en 15 meses, el Ibex no ha encontrado en esta argumentos para recuperar terreno con convicción. Un modesto repunte del 0,36% fue la exigua renta que se permitió el índice español en la penúltima semana del trimestre, que, como es tradición, coincidió con el vencimiento simultáneo de opciones y futuros sobre acciones e índices en los principales mercados internacionales.

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