Banca March comparte con los inversores institucionales su modelo de coinversión

Banca March sigue profundizando en su modelo de coinversión y amplía el foco para llegar a los inversores institucionales. Lo hace a través de March Endowments, un fondo enfocado principalmente en fundaciones, family offices y otros clientes profesionales. La entidad aplica una estrategia global y diversificada con un horizonte temporal a largo plazo (superior a cinco años). En concreto, en situaciones de mercado habituales, invierte en un 60% en renta variable, en un 10% en activos reales cotizados y el porcentaje restante en renta fija y otros activos diversificadores.

El banco ofrece la opción de invertir en una clase de reparto, en la cual se espera distribuir a los inversores la mayoría de los dividendos y cupones recibidos. Así lo explica Sebastian Hillgarth, gestor de March Endowments: “Hemos elegido un modelo de liquidez mensual en formato RAIF (Reserved Alternative Investment Fund) para poder invertir en ciertos tipos de activos descorrelacionados a través de vehículos que no cuentan con liquidez diaria pero sí mensual. El porcentaje total en este tipo de activos será de hasta un 25% del fondo”.

Su filosofía de inversión sigue la de los principales endowments internacionales. En su origen, un endowment o dotación consistía en una donación de dinero a una organización con el fin de desarrollar, con un horizonte temporal muy amplio, incluso de varias generaciones, las actividades propias de su fin social. Entre los más antiguos, precisamente, se encuentran los colegios universitarios británicos de Oxford y Cambridge, que recibieron donaciones entre el siglo XIII y el siglo XVI con el fin de asegurar una sostenibilidad financiera a largo plazo.

El banco ofrece la opción de invertir en una clase de reparto para distribuir a los inversores la mayoría de los dividendos y cupones recibidos

Esos fondos eran invertidos para, con la rentabilidad obtenida, sustentar a lo largo del tiempo a fundaciones o instituciones para proyectos sociales, educativos o de investigación. A día de hoy, los endowments se pueden nutrir no solo de la aportación inicial, sino de donaciones sucesivas de benefactores o fundaciones, aportaciones particulares —por ejemplo, los alumnos de una universidad—, institucionales —subvenciones— o campañas específicas de captación.

El objetivo, según explica Miguel Corredoira, subdirector general adjunto de Banca March y responsable de Desarrollo de Negocio, es compartir con inversores institucionales su modelo de asesoramiento y coinversión: “Nuestra filosofía se basa en el crecimiento conjunto a través de relaciones a largo plazo y un servicio de asesoramiento muy especializado y responsable para la protección del patrimonio y la búsqueda de una rentabilidad continuada a lo largo del tiempo”.

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C. R.

Tradicionalmente, comenta Sebastian Hillgarth, estos fondos dividen su patrimonio en reservas a corto, medio y largo plazo. Con las de corto y medio, hacen frente a sus obligaciones más inmediatas, mientras que las de largo se destinan a invertir en activos generadores de alta rentabilidad, como la renta variable, o que protejan de la inflación, como los activos reales.

“De acuerdo con esa visión a largo plazo, con la gestión se busca que las generaciones futuras también puedan aprovechar, en la misma medida que las actuales los beneficios de las dotaciones. Por ello, se tiene muy en cuenta el mantenimiento del valor adquisitivo, protegiéndolo frente a los efectos de la inflación. Los criterios de sostenibilidad y responsabilidad social a la hora de invertir ayudan igualmente a optimizar las inversiones”, añade el gestor.