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IAG, en 'cuarentena' por Reino Unido: el mercado sube el listón tras tanto sufrimiento
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IAG, en 'cuarentena' por Reino Unido: el mercado sube el listón tras tanto sufrimiento

IAG tiene un buen balance y negocio como para aguardar la recuperación, pero problemas como el de Reino Unido, sobre todo tras las fuertes subidas, agotan la paciencia del mercado

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Los accionistas de IAG entran en verano arrastrando más de un año de sufrimiento. El coronavirus, las restricciones de viajes, la ampliación de capital de 2020… De entre las pocas alegrías, la vacuna (y la consiguiente reapertura económica). Las estimaciones de futuro en plena campaña de vacunación llevaban meses siendo el motor de subidas bursátiles, pero en primavera las acciones se han estancado. No se puede vivir eternamente de la anticipación: para mantener el ritmo de subidas, van a hacer falta más que promesas, sobre todo en la temporada alta de verano.

Es un escenario bursátil que IAG comparte con el resto de compañías, que también han vivido una primavera apática en bolsa. Sin embargo, la británico-española cuenta con el foco agregado de Reino Unido. “Este será un catalizador importante para la aerolínea, que en las últimas semanas ha estado sufriendo por las listas ámbar de viajes de este país, que está siendo muy reacio a reabrir el turismo por la incidencia del virus y la presencia de nuevas variantes”, explica Pilar Aranda, analista de Bankinter, con consejo de comprar. Sin embargo, Aranda cree que, según se despejen incógnitas como la de Reino Unido, IAG retomará las fuertes subidas, sobre todo porque, según argumenta, la demanda europea se está recuperando tras las campañas de vacunación y la compañía del Ibex 35 es una empresa saneada y con liderazgo en un sector que, además, se va a ver beneficiado por la consolidación.

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El país británico es central para el turismo español en general y para IAG en particular (debido a su presencia en Heathrow, Londres, y Barajas, Madrid, con rutas pasando desde EEUU o América Latina). En 2019, los 18 millones de visitantes procedentes de la nación presidida por Boris Johnson supusieron un 23% del total de los turistas recibidos en España, con un gasto de cerca de 18.000 millones de euros. En 2020, no obstante, tan solo se registraron 3,2 millones de visitantes en plena pandemia. Los británicos pasaron del primer puesto del 'ranking' al tercero, por detrás de Francia y Alemania, debido a las duras restricciones impuestas por Downing Street.

Ahora, Reino Unido mantiene a una larga lista de países en el color ámbar, con exigencia de cuarentenas y pruebas PCR. En este contexto, IAG se encuentra en un momento lleno de dientes de sierra, con fuertes caídas cada vez que el país británico da otra negativa al turismo o subidas pronunciadas si transciende alguna potencial concesión al sector (como la posibilidad de permitir a vacunados viajar libremente). Todo, mientras este fin de semana los asesores sanitarios del Gobierno apuntaron a un cuarto confinamiento en 2021 para controlar el covid-19.

El país británico es central para el turismo español en general e IAG en particular

A la espera de mayor claridad en este frente (así como otros marcados por las restricciones de viajes), a IAG no le queda otra que aguantar. Con una subida del 39% en el año, IAG supera a sus compañeras de sector con creces: entre las ‘legacy carriers’, Lufthansa gana un escaso 1,5% y Air France pierde casi un 7%, mientras que, en el ‘low cost’, Ryanair gana más de un 7%, Wizz Air casi un 11% y solo EasyJet sigue la estela del grupo que preside Luis Gallego, con un alza del 26%. Sin embargo, IAG es de las aerolíneas que más han sufrido en bolsa con el covid-19, con caídas del 53% desde enero de 2020, aún con mucho camino por recuperar antes de alcanzar siquiera los niveles de antes de la pandemia. Otras, como Ryanair o Wizz Air, aventajadas por la corta distancia de sus rutas, ya han superado con holgura los precios a los que cotizaban antes del coronavirus.

Para el mercado, la principal ventaja de la española es la fortaleza de su balance. A cierre del trimestre, la empresa tenía 10.500 millones de euros en liquidez, con un consumo de caja semanal de 175 millones de euros (reduciéndolo así desde los 215 millones que estaba quemando a cierre de 2020). Para blindar su balance, ha llevado a cabo varias operaciones, como la ampliación de capital del pasado otoño o las emisiones de bonos y líneas de crédito de este año. Entre las otras ‘legacy carriers’, la situación es más complicada: mientras Lufthansa valora ventas de activos y hasta una reestructuración de la deuda, Air France ya avisó en sus últimos resultados de que tendría que tomar más medidas para mejorar su situación de capital tras la ampliación de abril.

El equipo de analistas del banco estadounidense Goldman Sachs rebajó el consejo de comprar a mantener en IAG a principios de junio —y lo hizo en un informe repleto de halagos—. “Según el tráfico se recupera en los próximos años, la combinación que tiene IAG en competitivas marcas de corto radio y una fuerte posición en el mercado desde Heahtrow hacia el consolidado mercado del Atlántico debería permitirle alcanzar un atractivo retorno del capital”, explicaron los analistas en el documento remitido a clientes. “La empresa también ha hecho ajustes estructurales significativos a su base de costes en medio de un menor apoyo por parte del Estado en comparación con otras aerolíneas europeas”, añaden.

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Al igual que Aranda, sin embargo, los analistas de Goldman Sachs ven Reino Unido como una cuestión central en IAG. “IAG es altamente dependiente de que se levanten de forma recíproca las restricciones entre Reino Unido y los mercados de la UE y EEUU”, explican, subrayando que “la combinación del covid-19 y la fricción del Brexit podrían por tanto penalizar a IAG más que a sus compañeros, al menos en las fases iniciales de la recuperación”.

No obstante, esta no es la razón por la que han recortado su recomendación. Simplemente, consideran que la “valoración está ya llena” tras “la mejora operacional de las perspectivas en medio de unas campañas de vacunación de éxito en Europa y EEUU, todo desde valoraciones que eran bajas”. Un ejemplo de cómo el mercado empieza a exigir más de IAG para concederle potencial bursátil.

En IAG, tanto los consejos como el precio objetivo del consenso de analistas se mantienen planos junto con la cotización. Según datos de Bloomberg, el precio objetivo se sitúa en los 2,31 euros por título (un potencial de retorno del 14,7%), con IAG gozando de un 67% de los analistas a su favor y el otro 30% apostando por mantener. También hay que tener en cuenta que cada inversor juega con sus tiempos —e IAG es una apuesta cortoplacista—. Por ejemplo, los analistas de JP Morgan (consejo de comprar) explicaban en un informe a clientes del pasado 10 de junio que la cotizada del Ibex era una forma de posicionarse de cara a la recuperación de 2022 gracias a su peso en los viajes de negocios, que se recuperarán más tarde que los de ocio. De momento, IAG aguanta firme en la recuperación. La cuestión es cuánta paciencia podrán tener los accionistas si se siguen dilatando en el tiempo problemas como, por ejemplo, el de Reino Unido.

Los accionistas de IAG entran en verano arrastrando más de un año de sufrimiento. El coronavirus, las restricciones de viajes, la ampliación de capital de 2020… De entre las pocas alegrías, la vacuna (y la consiguiente reapertura económica). Las estimaciones de futuro en plena campaña de vacunación llevaban meses siendo el motor de subidas bursátiles, pero en primavera las acciones se han estancado. No se puede vivir eternamente de la anticipación: para mantener el ritmo de subidas, van a hacer falta más que promesas, sobre todo en la temporada alta de verano.

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