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¿Subir los tipos 25 o 50 puntos? El verdadero desafío del BCE es otro
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¿Subir los tipos 25 o 50 puntos? El verdadero desafío del BCE es otro

Mientras el mercado especula con un alza de los tipos mayor de lo prometida, las dudas siguen rodeando el mecanismo con el que el banco pretende evitar la fragmentación regional

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A lo largo de la última década, los bancos centrales han puesto un énfasis especial en resultar predecibles. El ‘forward guidance’, la orientación sobre los pasos a seguir en el corto y medio plazo, ha sido una de las herramientas clave en las estrategias implementadas desde el estallido de la crisis financiera de 2008. Ahora, sin embargo, la crisis desatada por la guerra de Ucrania ha pillado a los responsables de política monetaria tan a contrapié que cualquier intento por señalar el rumbo a seguir resulta sobrepasado por los acontecimientos.

Es así como se explica que, a poco más de 24 horas para la reunión en que se espera que el BCE suba los tipos de interés por primera vez en más de una década, los inversores sigan dudando sobre la magnitud de esta.

Aunque la presidenta de la institución, Christine Lagarde, ha señalado en diversas ocasiones que elevará los tipos en 25 puntos básicos, lo que dejaría el tipo de la facilidad de depósito en el -0,25%, en el mercado se especula desde hace días con que el movimiento podría ser más intenso, de 50 puntos, dando fin a la era de los tipos negativos en la eurozona. Una posibilidad que pareció ganar fuerza este martes al publicar Bloomberg que la opción se estaba debatiendo con intensidad en el seno de la institución.

Algunas voces consideran que el BCE va tarde y sin el ímpetu suficiente contra la inflación

El aumento de las presiones inflacionistas (este martes se conoció que los precios escalaron en junio un 8,6% en la eurozona), la debilidad del euro y un mercado laboral que da señales de tensiones son los principales argumentos que justificarían que Lagarde comprometiera su palabra. “Será un acto de equilibrio entre la credibilidad del BCE como predecible y su credibilidad como un decidido combatiente de la inflación”, sugieren en ING.

Desde la entidad holandesa, consideran que la subida de 0,25 puntos porcentuales ha sido tan ampliamente descontada y resulta tan limitada en un entorno en que los principales bancos centrales ya están llevando a cabo movimientos de 0,75 y hasta un punto porcentual, que quedarse en lo prometido podría resultar decepcionante. “Podría desencadenar en los mercados financieros la misma reacción que muestran los niños bajo el árbol de Navidad cuando saben exactamente lo que sus padres habían envuelto como regalo: decepción”, apuntan.

En el mercado son cada vez más notorias las voces que consideran que el BCE ha sido demasiado lento y timorato ante el resurgir de la inflación y que ahora es necesaria una acción contundente para demostrar que puede lidiar con el desafío que suponen las elevadas cifras de inflación. “Creemos que el BCE debería darse cuenta de que su ‘forward guidance’ le está impidiendo de nuevo adoptar la postura política más adecuada. Debería abandonarlo como herramienta principal y adelantar las subidas de tipos, al igual que han hecho otros bancos centrales”, indica Karsten Junius, economista jefe de J. Safra Sarasin.

Foto: La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (Reuters/Daniel Roland)

Sin embargo, para el BCE subir los tipos de interés este jueves en 25 o 50 puntos no es tanto una cuestión de qué es más conveniente para poner coto a la escalada de los precios. Lo que Lagarde y sus compañeros necesitan medir con especial cuidado es cómo abordar ese desafío sin resquebrajar las costuras de la región, poniendo en una situación delicada a las economías más vulnerables, como la italiana. Para ello, está previsto que, en paralelo a la subida de tipos, la institución ponga sobre la mesa este jueves una nueva herramienta con la que combatir la escalada de las primas de riesgo.

Resulta llamativo, en cualquier caso, que la noticia conocida este martes estuviera lejos de disparar la preocupación de los inversores. Aunque el interés de los bonos italianos o españoles, entre otros, repuntó, lo hizo de forma mesurada y en menor cuantía que los alemanes, de modo que se redujeron las primas de riesgo. Algunas firmas, como Bank of America, habían insinuado en los últimos días que la escasez de declaraciones de miembros del BCE reclamando una subida de los tipos de al menos medio punto podía ser indicativo de que la institución no tendría suficientemente perfilado aún ese nuevo programa con el que combatir la fragmentación en la región. Pero, ahora, la filtración de esta posible subida del precio del dinero en 0,5 puntos porcentuales podría significar justo lo contrario, que el BCE tiene ya lista una nueva herramienta que le ofrece margen para subir los tipos de forma más agresiva.

Sin embargo, entre los expertos sigue predominando el escepticismo. El BCE puede subir los tipos ahora en 25 o 50 puntos básicos y, como se prevé, seguir elevándolos en las reuniones sucesivas. Pero su capacidad para seguir ese rumbo mientras mantiene a raya las tensiones en la deuda de los países periféricos está mucho más en duda.

Un nuevo 'whatever it takes' puede resultar menos creíble en un entorno de subida de tipos

En torno al diseño de esta herramienta persisten muchas dudas: cuál será su tamaño, dónde marcará el banco central el nivel a partir del cual consideraría necesario poner en marcha este nuevo mecanismo o qué condiciones implicaría para los países que puedan verse beneficiados son cuestiones fundamentales en torno a las que parece difícil que la institución ofrezca demasiados detalles. De hecho, algunos de los observadores más expertos en el BCE pronostican que Lagarde deberá recurrir a algún compromiso del estilo de ‘whatever it takes’ de Mario Draghi como fórmula para intentar de ahuyentar los temores del mercado.

Pero no puede obviarse que este compromiso resultó exitoso en un entorno de inflación en mínimos, que favorecía que el banco central pusiera sobre el tapete medidas expansivas. “Sin embargo, repetir ese compromiso al iniciar un ciclo de aumento de tasas es como pisar el freno y el acelerador simultáneamente, no funciona”, observan en ING.

Si la presidenta del BCE no es capaz de ofrecer este jueves al mercado indicios fiables de la potencia de la nueva herramienta y de la disposición del BCE a emplearla, es posible que el mercado opte por poner a prueba el umbral del dolor de la institución.

“Será un difícil ejercicio de comunicación para el BCE”, indica François Rimeu, estratega sénior de La Française AM. Y lo peor para Lagarde y sus compañeros es que su éxito no resultará más sencillo con una subida de tipos de 25 o de 50 puntos básicos.

A lo largo de la última década, los bancos centrales han puesto un énfasis especial en resultar predecibles. El ‘forward guidance’, la orientación sobre los pasos a seguir en el corto y medio plazo, ha sido una de las herramientas clave en las estrategias implementadas desde el estallido de la crisis financiera de 2008. Ahora, sin embargo, la crisis desatada por la guerra de Ucrania ha pillado a los responsables de política monetaria tan a contrapié que cualquier intento por señalar el rumbo a seguir resulta sobrepasado por los acontecimientos.

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