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Derrumbe de Fluidra (-15%): adiós a las esperanzas del covid y dudas a corto plazo
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Derrumbe de Fluidra (-15%): adiós a las esperanzas del covid y dudas a corto plazo

Con las caídas de este miércoles, el fabricante de piscinas pulveriza todo lo ganado desde el estallido de la pandemia, evidenciando la destrucción del relato que lo aupó a máximos

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A Fluidra hace tiempo que se le vinieron abajo los relatos triunfales que le acompañaron en plena pandemia del coronavirus. El pequeño fabricante de piscinas que se hizo gigante (su valoración de mercado llegó a superar los 7.000 millones de euros) a lomos de las tendencias derivadas de los confinamientos lleva tiempo experimentando una dolorosa vuelta a una realidad precovid mucho menos venturosa. Un proceso que ya le había costado sobre el parqué, hasta este miércoles, cerca de un 60% de su valor desde los máximos que registró el pasado septiembre.

A ese revés se añade ahora uno adicional, en forma de recortes que han llegado a rebasar el 15% a lo largo de la jornada (y que al cierre suman el 14,83%), consecuencia de la advertencia lanzada la noche anterior por la compañía que dirige Eloi Planes, en el que anticipan un notable deterioro a lo largo del último trimestre y, lo que es peor, siembran dudas sobre el futuro inmediato del negocio.

Que el escenario actual de progresivo debilitamiento de la economía e insistentes presiones inflacionarias acabaría afectando a la demanda de piscinas representa un efecto tan previsible que el mercado ya había empezado a ponerlo en precio incluso antes de que se hiciera efectivo en las cuentas de Fluidra o sus competidores.

La reducción de inventarios amenaza con agudizar los problemas derivados de la menor demanda

El problema es que, como la propia Fluidra señala en la nota emitida este martes, el negocio se ve afectado, en paralelo, por un exceso de capacidad que se fue construyendo en los ejercicios previos (ante las expectativas de fuertes ventas a largo plazo y para anticiparse al golpe de la inflación) y que ahora aboca a las firmas del sector a una intensa reducción de inventarios que añadirá presión a las cifras de actividad. “Lo que se transmite es una falta de visibilidad muy grande sobre los próximos trimestres, porque no es fácil identificar cuánto se prolongará este proceso”, observa Manuel Lorente, analista de Mirabaud.

Es todo esto lo que lleva a firmas como Renta 4 a considerar el último anuncio de Fluidra como un “punto de inflexión” en su trayectoria. Si hasta ahora parecía fácil proyectar unas cifras de ventas en torno a los 2.500 millones de euros y un ebitda de alrededor de 600 millones, ahora esas cifras se ven seriamente comprometidas (no en vano, el grupo ya apunta a resultados sensiblemente inferiores), con un deterioro de márgenes que evidenciaría que el grupo de origen catalán no está siendo capaz de trasladar a sus clientes la subida de los costes motivada por la inflación.

Foto: Fachada de Fluidra en Barcelona, España. (Reuters/Nacho Doce)

Con una economía global apuntando de forma marcada a la baja y con el citado problema de los inventarios, las opciones de buenas noticias en el corto plazo parecen francamente limitadas.

El nuevo revés bursátil de este miércoles supone para Fluidra prácticamente fulminar la totalidad de sus ganancias desde el estallido de la pandemia, rebajando su capitalización al entorno de los 2.500 millones. O, lo que es lo mismo, implica que el mercado haya dado por enterrada la historia de crecimiento secuencial que aupó al grupo entre 2020 y 2021, cuando se dio por pensar que la demanda de casas más grandes y mejor equipadas sería una tendencia que duraría más allá de lo que lo hiciera el propio coronavirus.

Pero con este regreso a los niveles de inicios de 2020, podría entenderse que el mercado está poniendo ya en duda no solo las suposiciones sobre el potencial de crecimiento de la industria, sino también algunas de las presuntas fortalezas que habrían sustentado la confianza previa en Fluidra, como serían la aceleración de su crecimiento en Norteamérica, la resiliencia que le aportan al negocio su relevante actividad de 'aftermarket' (mantenimiento y componentes) o la mejora de la rentabilidad derivada de las sinergias que aún sigue brindando su actividad de M&A y las mejoras de eficiencia.

Los analistas han recortado su valoración del grupo más del 27% en solo tres meses

Precisamente, estos puntos son los que han venido destacando recurrentemente los analistas de JPMorgan para mantener una recomendación de sobreponderar sobre el valor, con un precio objetivo que, antes del derrumbe de este miércoles, ya suponía un potencial superior al 100%. Ahora, tras el nuevo comunicado, el banco estadounidense anticipa una revisión de sus estimaciones, como la que ya han ido haciendo otras muchas firmas en los últimos meses y que han supuesto un recorte de la valoración media de la compañía superior al 27% en apenas tres meses.

Parece obvio, como observa Lorente, que los tiempos en que el mercado llegó a valorar a Fluidra como un grupo capacitado para generar un ebitda anual de 600 millones de euros de forma recurrente han quedado en el pasado. Pero a los precios actuales, los inversores estarían valorando a la compañía en niveles más compatibles con ebitdas de 300 millones, en línea con lo que cabía esperar antes de la pandemia. "Probablemente, cuando se normalice la situación del mercado se verá que la realidad de Fluidra está más próxima a algún punto intermedio, quizás en torno a los 400 o 420 millones de ebitda", apunta el analista de Mirabaud.

Esto otorga al grupo que preside Eloi Planes la baza de reconquistar a los inversores a partir de unas valoraciones que hoy lucen mucho más atractivas (de las 18 firmas que cubren al fabricante de piscinas según los registros de Bloomberg solo Alantra le otorga una valoración inferior a la actual). Sin embargo, en un momento en que las dinámicas de negocio apuntan a seguir generando malas noticias, presumiblemente, durante varios trimestres más (el grupo no espera que los canales de distribución se normalicen hasta dentro de dos o tres trimestres), ni siquiera este reclamo parece una base suficientemente sólida para reconstruir un relato que vuelva a atraer a los inversores.

A Fluidra hace tiempo que se le vinieron abajo los relatos triunfales que le acompañaron en plena pandemia del coronavirus. El pequeño fabricante de piscinas que se hizo gigante (su valoración de mercado llegó a superar los 7.000 millones de euros) a lomos de las tendencias derivadas de los confinamientos lleva tiempo experimentando una dolorosa vuelta a una realidad precovid mucho menos venturosa. Un proceso que ya le había costado sobre el parqué, hasta este miércoles, cerca de un 60% de su valor desde los máximos que registró el pasado septiembre.

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