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El encanto perdido en bolsa de la 'nueva' Iberdrola tras su freno en renovables
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El encanto perdido en bolsa de la 'nueva' Iberdrola tras su freno en renovables

Tras la celebración de su CMD, la semana pasada, hasta cuatro firmas de análisis han recortado su recomendación sobre la compañía, ante las dudas que deja el entorno actual

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Unos retornos totales superiores al 340% (casi 290 puntos por encima del Ibex y más del doble que su sector en Europa) en la última década parecen razón más que suficiente para considerar a Iberdrola una de las grandes joyas del mercado español. Pero lo cierto es que la compañía que dirige Ignacio Sánchez Galán hace tiempo que no regala muchas alegrías a sus accionistas.

Con un rendimiento prácticamente plano en 2022, el grupo eléctrico se mantiene casi un 10% por debajo de los máximos históricos que registró en enero del año pasado, lo que, entre otras cuestiones, le ha supuesto quedar algo rezagada en la pugna que mantiene con Inditex por la condición de empresa más valiosa de la bolsa española.

Esta evolución poco satisfactoria ha ido en paralelo a una pérdida de atractivo a ojos de los expertos del mercado, que hoy otorgan a Iberdrola su peor consejo en más de un año, según los registros de Bloomberg. Solo un 46,7% de las firmas que cubren el valor aconseja comprar sus acciones.

El consejo de los analistas sobre Iberdrola es hoy el más bajo en más de un año

El frenazo de la cotización de Iberdrola forma parte de un movimiento más general que viene penalizando al sector eléctrico en Europa. La subida de los tipos de interés ha castigado por una doble vía a estas compañías. El encarecimiento de la financiación resulta especialmente preocupante para negocios que suelen manejarse con unos niveles de deuda muy elevados (Iberdrola cuenta con una deuda financiera neta superior a los 44.600 millones de euros) y además han actuado en los últimos años como sustitutivos de unos bonos que, ahora, tras la subida de rentabilidades, vuelven a mostrarse como una competencia por el interés de los inversores. Y a este se suma el daño que la incertidumbre regulatoria motivada por la actual crisis energética ha hecho sobre la tradicional visibilidad del negocio de las ‘utilities’.

De hecho, la compañía española puede presumir, pese a sus números poco entusiasmantes en 2022, de estar resistiendo mejor la embestida que muchos de sus competidores, como Enel, E.On, EDP o las españolas Endesa y Naturgy.

En cualquier caso, el grupo español se presentó hace algo más de una semana ante los inversores, en su Capital Markets Day, con el propósito de ofrecerles una perspectiva alentadora, que devolviera a su acción el brillo perdido en el parqué, para lo que, entre otras cosas, ofreció una llamativa mejora de sus expectativas de negocio hasta 2025. El resultado, sin embargo, ha sido que la cotización se ha mantenido atrapada en la misma dinámica de idas y venidas, mientras cada vez más firmas han retirado el consejo de compra que mantenían sobre sus acciones.

Foto: El presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán (i). (EFE Luis Tejido)

Una de ellas ha sido Mirabaud, que en un informe fechado el pasado lunes señalaba que “el CMD de Iberdrola ha venido asegurando su liderazgo operativo dentro del sector, pero también ha puesto de manifiesto las amenazas y los vientos en contra del sector en la actualidad, que han llevado -de forma muy sensata- a rebajar los ambiciosos objetivos pasados ​​en el universo renovable; y cambiarlos por más énfasis en el negocio de redes, (que actualmente ofrece más visibilidad y seguridad, aunque el riesgo regulatorio siempre está presente y más fuerte en momentos de recesión económica como el actual)”.

La desaceleración de la inversión en renovables ha sido una de las cuestiones que más dudas ha suscitado en el mercado, ya que Iberdrola redujo sus expectativas de capacidad renovable para 2025 a 52 GW, frente a los 60 anunciados previamente.

En un informe reciente, JPMorgan se cuestionaban si tras este movimiento deberíamos hablar de “una ‘nueva’ Iberdrola, menos centrada en renovables”. Los analistas del banco norteamericano, que creen que la decisión actual de Iberdrola representa “un movimiento temporal inteligente”, ya que “debería ayudar a fortalecer la percepción del perfil de riesgo más bajo de Iberdrola”, confían, sin embargo, en que este viraje se revierta a partir de 2026, con una aceleración de la inversión en capital (capex) renovable.

El grupo español cotiza con una prima superior al 18% frente a sus rivales europeos

Pero no todas las firmas lo ven así. En un informe publicado este miércoles, los analistas de Société Générale se muestran mucho más escépticos. Para el banco galo, el frenazo de las inversiones en renovables parece ser una prueba de que estos proyectos han perdido rentabilidad en el entorno actual. “Preservar la solidez del balance puede explicar parte de eso, aunque creemos que, si el rendimiento de los activos renovables hubiera parecido lo suficientemente atractivo, la adquisición de PNM se habría pospuesto o quizás nunca se hubiera producido”, indican.

Pero, además, advierten, ese propósito de ampliar la inversión en este terreno a partir de 2025 podría verse lastrado, precisamente, por esa necesidad de Iberdrola de mantener un balance sólido, teniendo en cuenta que el grupo tendrá que hacer frente hacia el final de la década a las primeras ventanas de amortización de sus 7.500 millones en bonos híbridos. “Y no está claro si las condiciones del mercado permitirán la emisión de nuevos a un coste atractivo”, subrayan.

Con estas y otras cuestiones sobre la mesa, Société Générale decidió esta semana retirar el consejo de compra que mantenía sobre Iberdrola desde el verano de 2021 para dejarlo en una recomendación de mantener.

Es justo señalar que estas dudas son compatibles con que la mayor parte de los expertos sigan reconociendo los méritos del negocio de Iberdrola, la fortaleza que le aporta su diversificación geográfica y tecnológica y la confianza que aporta su ‘track record’. Incluso, firmas como Goldman, Renta 4, RBC y Santander han respondido a la presentación del CMD con mejoras de la valoración que otorgan a Iberdrola. Pero, la sensación entre un número creciente de firmas, entre las que se encuentran Mirabaud y Société y también JB Capital, DZ Bank o Citi, es que esas cuestiones ya estarían suficientemente reflejadas en su precio y que la prima de la que goza frente a sus rivales (cotiza a un PER de 14,69 veces el beneficio estimado para 2023, un 18,5% por encima de la media del sector) difícilmente puede justificarse si uno de sus pilares diferenciales, su liderazgo en renovables, queda ahora en entredicho.

Unos retornos totales superiores al 340% (casi 290 puntos por encima del Ibex y más del doble que su sector en Europa) en la última década parecen razón más que suficiente para considerar a Iberdrola una de las grandes joyas del mercado español. Pero lo cierto es que la compañía que dirige Ignacio Sánchez Galán hace tiempo que no regala muchas alegrías a sus accionistas.

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