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La inflación ha tocado techo, sí, pero los tipos de interés seguirán subiendo
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Retrocede en España y Alemania

La inflación ha tocado techo, sí, pero los tipos de interés seguirán subiendo

La desaceleración de los precios parece ganar fuerza en Europa, pero los expertos creen que tardará mucho en regresar a niveles cómodos para el BCE

Foto: Foto: EC Diseño.
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La inflación está de retirada. La evolución de los precios en España y Alemania en el mes de noviembre evidencia que las históricas presiones inflacionarias que ha venido padeciendo Europa en los últimos meses empiezan a dar señales de que están remitiendo. La caída de los precios energéticos, combinada con cierto alivio a las restricciones de las cadenas de suministro (el índice de precios del transporte marítimo de materias primas, Baltic Dry, ha caído un 60% desde mayo), algunas medidas puestas en marcha por los gobiernos y las primeras evidencias de que las empresas están encontrando dificultades para trasladar los precios a los consumidores, conforman un escenario que permite incluso pronosticar, como hacen en ING, que “la inflación continuará normalizando gradualmente en 2023”.

Los datos han sido acogidos con notables caídas de las rentabilidades de los bonos soberanos europeos, en lo que parece una clara apuesta por que estos datos —a la espera de que queden refrendados por las cifras generales de Europa que se conocerán este miércoles— convencerán al BCE para aminorar el ritmo de las subidas de tipos ya desde su próxima reunión, prevista para el 15 de diciembre. Si el mercado ya estaba dividido entre la posibilidad de que el próximo movimiento del banco central fuera de 50 o 75 puntos, el alivio de los precios parece inclinar la balanza hacia la primera de las opciones.

Para los mercados, acostumbrados durante años a vivir bajo el manto protector de una política monetaria expansiva, alcanzar el punto en que los bancos centrales dejarán de activar la palanca de las subidas de tipos supone un ejercicio tan deseable que en los últimos tiempos han llegado a celebrar los malos datos económicos. Ahora, las señales de inflación a la baja pueden alimentar las expectativas de que ese punto esté a la vuelta de la esquina. Pero lo cierto es que los inversores que se agarren a estas expectativas podrían, muy fácilmente, verse defraudados.

Foto: Una frutería en Madrid. (EFE/Víctor Lerena)

Si el lunes era la presidenta del BCE, Christine Lagarde, la que manifestaba su predisposición a seguir subiendo los tipos de interés a lo largo de 2023, este martes su vicepresidente, Luis de Guindos, alertaba de la necesidad de vigilar las tasas subyacentes para descubrir la tendencia de fondos de los precios. Y lo cierto es que, a diferencias del índice general, los precios subyacentes siguen dando muestras de fortaleza, lo que sugeriría que, más allá de la energía, existen presiones inflacionarias fuertemente arraigadas en la economía regional que no será tan sencillo abatir.

Precisamente por estas cuestiones, Piet Haines Christiansen, estratega jefe del banco danés Danske Bank, advertía este miércoles a través de su cuenta de Twitter de que los datos conocidos hoy representan “una victoria pírrica para las palomas” del BCE (los partidarios de una política monetaria más suave), ya que sus rivales (los halcones) probablemente se agarrarán a las cifras subyacentes para defender que el escenario sigue apuntando a una inflación persistente.

Y esa, precisamente, es la idea que está calando entre los expertos, que sugieren que, pese a que el pico de la inflación haya quedado atrás, queda una larga trayectoria por delante hasta ver tasas de inflación más acordes a los objetivos del banco central. De hecho, en ING apuntan a que la inflación en la eurozona se moverá el próximo año en torno a un nivel medio del 4,4% y que no será hasta 2024 cuando las tasas vuelvan a rondar el objetivo del 2%. No deja de ser significativo que en la última ronda de datos más débiles apenas se hayan notado en las expectativas de precios a largo plazo, que se mantienen cerca de su máximo anual.

ING prevé que la inflación europea se mantendrá en 2023 muy por encima del objetivo

Mientras se mantengan estas expectativas, los alicientes del BCE para variar el rumbo resultan escasos —de hecho, el alivio que vienen experimentando los mercados en las últimas semanas podría resultar contraproducente—. Algunos expertos en la política monetaria europea, como Frederik Ducrozet, jefe de análisis macroeconómico en Pictet WM, sugieren que este escenario alentará a los halcones a defender con mayor ímpetu sus posturas, de lo que sería muestra los comentarios recientes de la alemana Isabel Schnabel, advirtiendo de que existe “un margen limitado para desacelerar” las subidas de tipos.

En última instancia, lo que estaría ahora en juego es, precisamente, la misma versión de análisis que llevó al BCE (y a la Fed) a actuar con cierto retraso ante la escalada de los precios, al creer que se trataba de un movimiento coyuntural de corta duración. Ahora, son igualmente los factores cíclicos los que estarían favoreciendo la caída de las tasas de inflación, pero sobre el tapete permanecen una serie de factores estructurales que juegan a favor de que los precios se mantengan en niveles sensiblemente superiores a los que han sido usuales en los últimos años. Desde esta perspectiva, aflojar antes de tiempo allanaría el camino para un resurgimiento posterior de estas presiones.

La inflación está de retirada. La evolución de los precios en España y Alemania en el mes de noviembre evidencia que las históricas presiones inflacionarias que ha venido padeciendo Europa en los últimos meses empiezan a dar señales de que están remitiendo. La caída de los precios energéticos, combinada con cierto alivio a las restricciones de las cadenas de suministro (el índice de precios del transporte marítimo de materias primas, Baltic Dry, ha caído un 60% desde mayo), algunas medidas puestas en marcha por los gobiernos y las primeras evidencias de que las empresas están encontrando dificultades para trasladar los precios a los consumidores, conforman un escenario que permite incluso pronosticar, como hacen en ING, que “la inflación continuará normalizando gradualmente en 2023”.

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