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Exportando el 'boom': los españoles invierten 5.000 millones en el sector turístico-inmobiliario extranjero
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Exportando el 'boom': los españoles invierten 5.000 millones en el sector turístico-inmobiliario extranjero

Ahora que el sector inmobiliario decae en España, los empresarios patrios quieren continuar el boom vivido en este país en la última década allende fronteras. Como

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Exportando el 'boom': los españoles invierten 5.000 millones en el sector turístico-inmobiliario extranjero

Ahora que el sector inmobiliario decae en España, los empresarios patrios quieren continuar el boom vivido en este país en la última década allende fronteras. Como muestra, un botón: las cifras del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio relativas a la inversión española en empresas inmobiliarias y turístico-inmobiliarias extranjeras se han situado en 2006 en el entorno de los 5.000 millones de euros, representando más del 8,5% de la inversión exterior total. La iniciativa seduce, pero no está exenta de riesgos. El destino estrella es América Latina, pero no el único, según se desprende del estudio titulado La inversión inmobiliaria-turística española en el extranjero elaborado por la consultora Irea.

Esta explosión inversora viene impulsada en gran medida por grandes movimientos corporativos, principalmente por los llevados a cabo en el mercado francés, con las adquisiciones realizadas por parte de importantes compañías españolas como Colonial, Metrovacesa, Fadesa, Grupo Lar y Restaura, que tienen como objetivo el desarrollo en los mercados residenciales y terciarios franceses, no pudiendo ser considerados inversiones turísticas.

En el ámbito turístico también se ha producido un movimiento corporativo relevante, protagonizado por Prasa, con la adquisición en enero de 2005 de la compañía portuguesa Lusotur, tenedora de los terrenos en los que se está llevando a cabo la expansión de Vilamoura, el megadesarrollo turístico-inmobiliario ubicado en el Algarve portugués. Más recientemente, Procam ha apostado también por el proyecto con la adquisición del 50% de Lusotur en marzo de 2006.

Una vez que las grandes mueven ficha, el resto de agentes siguen sus pasos, en un contexto caracterizado por altos niveles de liquidez, crecientes precios de suelo en el país –lo que impide alcanzar los niveles de rentabilidad deseados- y dificultad administrativa para la aprobación de proyectos, con trabas que se traducen en altos niveles de incertidumbre.

El área estrella elegida por el empresariado español del sector es, sin duda, América Latina, tanto por la vocación turística de la región como por la afinidad lingüística y cultural. En este sentido, destaca la captación de inversión en infraestructuras con participación privada, que entre 1990 y 2005 recibió alrededor del 40% del total mundial, superando los 400 billones de dólares, de los que cerca del 80% estaba destinado a proyectos de los sectores de la energía y las telecomunicaciones. En concreto, tres países –Brasil, Argentina y México- se encuentran entre los cinco primeros a nivel mundial, junto con China e India. Irea señala, no obstante, que no hay que olvidar el carácter emergente de la región ni las recientes crisis de las que ha sido testigo, que podrían volver a repetirse en el medio plazo.

Amplios territorios, un escaso desarrollo urbanístico, ingentes cantidades de suelo de alto atractivo turístico, principalmente en primera línea de playa –un valor en vías de extinción en Europa- y sus bajísimos precios son los puntos fuertes de esta región. A esto hay que añadir las facilidades que ofrecen los diferentes gobiernos y una laxa legislación urbanística. De nuevo, la consultora advierte que estos elementos pueden ser un arma de doble filo, ya que la facilidad para adquirir grandísimas extensiones de terreno hace necesarias grandes inversiones y hace inviable la venta a terceros de parte del suelo con prima para financiar los importantes gastos de la urbanización.

Ahora que el sector inmobiliario decae en España, los empresarios patrios quieren continuar el boom vivido en este país en la última década allende fronteras. Como muestra, un botón: las cifras del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio relativas a la inversión española en empresas inmobiliarias y turístico-inmobiliarias extranjeras se han situado en 2006 en el entorno de los 5.000 millones de euros, representando más del 8,5% de la inversión exterior total. La iniciativa seduce, pero no está exenta de riesgos. El destino estrella es América Latina, pero no el único, según se desprende del estudio titulado La inversión inmobiliaria-turística española en el extranjero elaborado por la consultora Irea.