A la bolsa se le amontonan las crisis: mientras EEUU se hunde, llega el miedo a la recesión en España

La tremenda recaída que sufrió ayer la bolsa española fue mucho más violenta que en el resto de Europa: mientras el EuroStoxx 50 cayó el 3,88%, el Ibex se hundió el 5,19%, la décima caída más grande de la historia después de sufrir la mayor hace dos semanas. Y es que a nuestro mercado se le acumulan las crisis: a la recesión en EEUU y a la crisis crediticia internacional, se suman las evidencias de que España ya está en crisis, y hay quien piensa que vamos a entrar también en recesión.

"En los últimos días hemos tenido un mero repunte, pero el mal de fondo de la bolsa sigue inalterado: la crisis de crédito, los problemas del sector financiero internacional o el fin de la burbuja inmobiliaria no se han arreglado. Siguen las dudas sobre la recesión en EEUU y ahora también surgen sobre cómo va a evolucionar la economía europea", explica Jorge Sanz, presidente de Atlas Capital. A su juicio, "es razonable que la bolsa siga goteando a la baja durante dos o tres meses más, y no sería extraño ver niveles un 10% o un 15% por debajo de los actuales".

Respecto a EEUU, ayer el dato de ISM de servicios fue el detonante de la apertura bajista de Wall Street, que se convirtió en derrumbe en Europa. Este índice es una encuesta entre los responsables de compras de las empresas del sector servicios, y se desplomó en enero hasta el 41,9% frente al 54% de diciembre, la mayor caída de la historia en un mes. Las lecturas por debajo del 50% indican que la mayoría de las empresas están reduciendo su actividad. Dado que el sector servicios es el que ha mantenido a flote la economía hasta ahora, los economistas coinciden en que el dato confirma que EEUU ya ha entrado en recesión. De hecho, los futuros pasaron a descontar un 100% de probabilidades de otra bajada de 0,50 puntos en la próxima reunión de la Reserva Federal.

Aun así, el mercado tiene bastante asumida la recesión norteamericana desde hace mucho tiempo. Lo que ahora le inquieta es el posible contagio a Europa y, más concretamente, a España. La evidencia de este cambio en las preocupaciones fue el comportamiento del ayer de las divisas: en vez de un desplome del dólar tras el mal dato norteamericano, el que se vino abajo fue el euro, que pasó de cotizar por encima de 1,48 dólares a hacerlo en la zona de 1,4650.

Y es que ayer se publicó también el equivalente del ISM de servicios para la zona euro. Aunque el derrumbe no fue para tanto como en EEUU -la cifra fue de 50,6%-, se trata del nivel más bajo desde julio de 2003. Sumado a una caída del 2% en las ventas minoristas de diciembre, despierta claramente los temores a que Europa no se salve de la crisis financiera internacional. Con el agravante de que no se espera que el BCE acuda al rescate como la Fed, preocupado como está por el exceso de inflación. Hay quien habla ya de la posibilidad de estanflación (estancamiento con inflación) en la eurozona.

España: panorama cada vez más negro

¿Y España? Pues la cosa pinta cada vez peor, y hasta los más renuentes a reconocer la crisis empiezan a asumir la cruda realidad. Los datos publicados ayer de producción industrial y el índice de confianza del consumidor del ICO, sumados a los conocidos en los últimos días sobre la venta de coches, el paro, la competitividad de los productos españoles en el extranjero y la riqueza financiera en los hogares, apuntan claramente a un parón de la economía mucho mayor del que se esperaba. Hasta el Wall Street Journal vaticina que entraremos en recesión.