UGT pide la cabeza de actuales directivos de Cajasol como responsables de las irregularidades

Las responsabilidades internas de las irregularidades detectadas por el Banco de España en El Monte, ahora Cajasol, no se quedan en el ex presidente José María Bueno Lidón “y tres más”, sino que apuntan hacia actuales directivos de la entidad fusionada. Los primeros nombres que han salido a la palestra son los de María Luisa Lombardero, directora general y Francisco García Beato, director general adjunto de Control.

Ayer mismo, el secretario general de UGT-A, Manuel Pastrana, reclamó extender la investigación y depurar responsabilidades entre la actual cúpula. “Pedir sólo la cabeza del ex presidente Lidón es insuficiente. Ahí hubo un equipo de dirección, parte del cual sigue estando en Cajasol, y que tuvo responsabilidades en gestiones cuestionadas por el Banco de España", dijo. Y advirtió que “UGT en las cajas no se callará por nada”. Pastrana hizo estas declaraciones en una rueda conjunta con el candidato de IU a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Diego Valderas, quien exigió investigar hasta las últimas consecuencias, caiga quien caiga”. “Ya veremos más adelante si hay o no responsabilidades políticas en la Junta”, amenazó.

Da la casualidad de que Lombardero fue directora general de El Monte con el ahora denunciado Lidón. Y Beato se conoce al dedillo los entresijos de Cajasol y Cajasur. No en vano escudriñó ambas cajas como inspector del Banco de España. Los servicios prestados se recompensan con cargos de responsabilidad, ora un puesto en el consejo de Metrovacesa, como el bueno de Lidón, ora una dirección general adjunta de Control en Cajasol, como Beato.

Pulido, en la picota

Fuentes cercanas a la caja apuntan a este diario la teoría de que el fin último de los movimientos que se están produciendo en las dos cajas andaluzas y que están destapando la caja de los truenos, es sencillamente, el viejo sueño de Manuel Chaves de crear una caja andaluza única. “Todo este asunto pone en la picota al actual presidente de Cajasol, Antonio Pulido, que lejos de empeñarse en la tarea de asentar una fusión traumática y preparar las siguientes, se ha revelado como un presidente díscolo con afán de protagonismo, más preocupado por que la caja le pague las corbatas y los viajes a Mónaco”.

Y es que Pulido, que se presenta ahora como el hombre que limpia el patio, también ostentaba cargos de responsabilidad en los tiempos de las operaciones irregulares detectadas por el Banco de España. Concretamente, el de secretario del Consejo de Administración.