Díaz Ferrán reúne mañana a los vices de CEOE para intentar desalojar a Jiménez Aguilar

La crisis abierta en la cúpula de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) conocerá mañana martes, 4 de marzo, un nuevo episodio, mediante el cual Gerardo Díaz Ferrán tratará de abortarla por la vía rápida. El nuevo presidente de CEOE reúne a los vicepresidentes de la organización para forzar la dimisión de sus cargos del secretario general y vicepresidente Juan Jiménez Aguilar, el hombre de continuidad en quien José María Cuevas había depositado las esencias de una transición sin traumas.

La idea es que la solución de la crisis llegue encarrilada a la próxima Junta General prevista para el jueves 13 de marzo, de modo que el enfrentamiento entre Díaz Ferrán y Jiménez Aguilar quede reducido a un episodio casi anecdótico pronto difuminado por el paso del tiempo. Pero, a menos que este fin de semana el segundo haya cambiado diametralmente de planes y acceda a despejar el camino para el poder sin cortapisas del primero, las cosas se le pueden complicar al copropietario del grupo Marsans, porque Jiménez Aguilar no está dispuesto a ponérselo fácil.

Lo cual augura algo más de una semana de verdadera movida en CEOE. Es cierto que Ferrán goza del respaldo de la mayor parte de las 11 vicepresidencias con que cuenta la organización, pero no lo es menos que Jiménez Aguilar también cuenta con apoyos. “Podríamos encontrarnos con extrañas alianzas”, aseguran las fuentes. Y es que algunos de los vicepresidentes, caso del de la Confederación de Empresarios andaluces, se opusieron en su día a la elección de Ferrán como sucesor de Cuevas, por considerar que sus muchos negocios personales le impedirían una eficaz defensa de los intereses colectivos frente a los poderes públicos.

“Algunos van a intentar hacer todo lo posible para que Gerardo se queme cuanto antes, sin esperar siquiera el resultado final de algo que otros tantos están esperando: el fallo judicial del caso Aerolíneas, en el que el actual patrón de patronos está inculpado”, aseguran las fuentes. Los accionistas de Marsans -Ferrán y su socio, Gonzalo Pascual- propietarios de Aerolíneas Argentinas, están acusados en el Juzgado 35 de Madrid de los delitos de desvío de fondos públicos (facilitados en su día por la SEPI para comprar AA), delito fiscal (según la Agencia Tributaria, ambos defraudaron 100 millones de euros a la Hacienda pública), y estafa procesal, supuestamente cometido al manipular el concurso de acreedores de la aerolínea.

Como ya se indicara en este mismo diario (ver noticia aparecida el viernes 29 de febrero) Díaz Ferrán quiere hacer “su” CEOE, una CEOE que seguramente tiene poco que ver con la de Cuevas. De acuerdo con las fuentes, en el fondo de esta disputa entre número uno y número dos de la gran patronal late un cambio de “modelo” asociativo, una migración desde un tipo de organización representativa, patronal pura, con plena capacidad de interlocución frente a los poderes políticos, como ha venido siendo durante la larga etapa de Cuevas, hacia un tipo de CEOE convertida en el fondo en un lobby dispuesto a defender intereses empresariales o sectoriales concretos, no necesariamente de todo el colectivo empresarial. En suma, organización empresarial frente a lobby empresarial.