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La economía china empieza a tambalearse
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La economía china empieza a tambalearse

Ya lo dijo hace una semana el primer ministro chino, Wen Jiabao. Éste será "el año más complicado para la economía china". Las incertidumbres en los

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La economía china empieza a tambalearse

Ya lo dijo hace una semana el primer ministro chino, Wen Jiabao. Éste será "el año más complicado para la economía china". Las incertidumbres en los mercados internacionales, los malos resultados empresariales y una inflación por las nubes -se encuentra en su nivel más alto en once meses- están pasando factura al mercado y a la economía china.

Los beneficios del sector industrial, petrolero o minero se han ralentizado en los primeros dos meses del año, según el último informe del Gobierno, mientras la bolsa no deja de caer . Hoy, el principal indicador, el de Shanghai se ha desplomado un 5,42%, para cerrar en su nivel bajo en un año, mientras que las pérdidas del Shenzhen han sido del 2,8%.

A todo esto se suma un mercado inmobiliario cada vez más débil. Y es que en todas partes cuecen habas, en lo que a este sector respecta. Y China no es menos. Los años de euforia han dado paso a titubeo en los precios de las viviendas, a compañías devoradas por su propio éxito y ambición y a empresarios muy ricos en terreno pero muy pobres en liquidez. Un panorama que describía ayer The Wall Street Journal en un artículo titulado China developers struggle.

Hace sólo seis meses, los promotores chinos se encontraban en plena euforia compradora. Sin embargo, la situación ha cambiado rápidamente. En los tres primeros meses de 2008, los promotores inmobiliarios en China se encuentran asediados. Los precios comienzan a dar signos de debilidad en muchos de los mercados clave del país y los mercados de capitales titubean. El Gobierno chino se ha lanzado a una campaña de alto perfil para tomar medidas drásticas sobre nuevos préstamos bancarios, con la esperanza de poner freno a la escalada de la inflación. Compañías que se apalancaron el año pasado se encuentran ahora necesitadas de cash, incapaces de construir sobre los terrenos que han acumulado.

“La alegría se ha ido”, dice Ashley Howlett, un abogado legal que opera en Pekín con Jones Day, que lidera una firma de construcción china. En los últimos meses, los clientes chinos se han acercado a él con ideas sobre fuentes alternativas de financiación, tales como joint ventures de private equity con fondos globales inmobiliarios, o líneas de crédito con bancos extranjeros.

El último hecho que demuestra cómo han cambiado las condiciones es el grupo inmobiliario Evergrande, con sede en Guangzhou, que la semana pasada aparcó una salida a bolsa de 2.200 millones de dólares por “volatilidad continua en el mercado de capitales”. Las tribulaciones de Evergrande ilustran muchos de los problemas que encaran en estos momentos los promotores chinos. A pesar de la agitación de los mercados de valores, los inmobiliarios están tan ahogados por las deudas que se ven abocados a un crack en caso de OPV.

Incluso los gigantes han tenido que rebajar sus ambiciones

“Estamos muy apalancados y el deterioro de nuestra posición de cash-flow podría agravar nuestro endeudamiento y poner en peligro nuestras operaciones”, publicó Evergrande en su prospecto. Aparcada la OPV, la compañía no ha dicho de dónde va a sacar fondos.

Incluso los gigantes han tenido que rebajar sus ambiciones. Country Garden Holdings, la inmobiliaria china más grande por capitalización bursátil en Hong Kong, canceló una emisión de deuda de 1.500 millones de dólares a finales del año pasado. Soho China, una promotora comercial y residencial en Pekín, abandonó recientemente la idea de realizar hacer un domestic stock listing por las condiciones del mercado. Pan Shiyi, su presidente y cofundador, dijo a la prensa que los promotores chinos encontrarían “extraordinarias dificultades financieras”.

Animados por unos mercados de capitales boyantes y unos precios inmobiliarios disparados, los promotores se dieron un atracón de compra de suelo el año pasado. “El modelo que funcionó en 2007 se basó en que los precios de los apartamentos crecieron más rápido que los costes”, explica Todd Schubert, analista de Deutsche Bank en Singapur.

Las empresas que compraron terrenos agresivamente fueron recompensadas por los inversores, que sólo animaron a los promotores a aumentar sus riesgos, sin importar el alza de los costes. Ahora que los precios de las viviendas tiemblan y las fuentes de financiación escasean, Mr. Shubert dice que “the game is over”. Los inmobiliarios sobreapalancados luchan por encontrar fondos. “Tener mucho suelo en algunos aspectos se convierte en un buitre revoloteando sobre tu nuca”, expresa Mr. Howlett, de Jones Day.

Ya lo dijo hace una semana el primer ministro chino, Wen Jiabao. Éste será "el año más complicado para la economía china". Las incertidumbres en los mercados internacionales, los malos resultados empresariales y una inflación por las nubes -se encuentra en su nivel más alto en once meses- están pasando factura al mercado y a la economía china.

Burbuja inmobiliaria