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Polémica por la adjudicación del último gran contrato de señalización del AVE
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ALGUNOS CONCURSANTES HABLAN DE PUCHERAZO

Polémica por la adjudicación del último gran contrato de señalización del AVE

Con una cuantía de 656,8 millones de euros, se trata del último gran concurso de señalización y seguridad ferroviaria licitado por ADIF (la empresa pública adscrita

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Polémica por la adjudicación del último gran contrato de señalización del AVE

Con una cuantía de 656,8 millones de euros, se trata del último gran concurso de señalización y seguridad ferroviaria licitado por ADIF (la empresa pública adscrita a Fomento que construye las líneas del AVE), para dotar de equipos del sistema ERTMS a la nueva línea de alta velocidad que unirá Madrid con Valencia y Alicante. El 5 de junio se abrieron los sobres con las ofertas económicas de los cuatro competidores. Bombardier resultó ser el más barato, seguido de la oferta presentada al alimón por Siemens, Alstom e Indra. Pero el olor a “pucherazo” invade el mundo ferroviario español: todos temen que la oferta presentada por Thales y Dimetronic, clasificados en tercer lugar, acabe llevándose el gato al agua.

Razones objetivas para la sospecha no parecen faltar, y es que desde el año 2003 la alianza entre la francesa Thales y la española Dimetronic Signals (definida por un portavoz de Adif como “una de las pocas empresas nacionales con capacidad para acometer con solvencia este tipo de trabajos de alta tecnología ferroviaria”) se ha convertido casi en un monopolio de adjudicación en lo que a trabajos de tecnología de señalización ERTMS se refiere, habiéndose adjudicado entre el citado 2003 y 2006 concursos por un total de 1.055,5 millones de euros.

“Es un secreto a voces que Dimetronic tiene buenos amigos en ADIF”, asegura un directivo de una de las empresas que compiten en esta licitación, “y de ahí la sospecha extendida en el sector de que podría terminar llevándose también este concurso”. De hecho, Thales y Dimetronic (empresa con sede y fábrica en San Fernando de Henares, Madrid, integrada en Invensys, uno de los mayores grupos de ingeniería del mundo) figuraban como favoritas para la adjudicación antes de que se abrieran las plicas económicas, y de ahí la sorpresa provocada por ese tercer puesto que les ha correspondido.

La adjudicación definitiva se realiza en función de dos parámetros: la cuantía económica (ya conocida) de la oferta y su cualificación o evaluación técnica, que es la parte pendiente de examinar y que determinará el ganador final del concurso, ya que, como muy bien afirma el portavoz del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), “la oferta más barata no tiene por qué ser la que se lleve la adjudicación”. El nombre del ganador definitivo se conocerá, tras el pertinente acuerdo de Consejo de Ministros, este mismo mes de junio.

Oferta agresiva de Bombardier

La oferta más competitiva de las presentadas resultó ser, como se ha indicado, la presentada por el fabricante canadiense Bombardier y su socio español EMTE, por un importe de 528 millones de euros, cifra que supone una baja del 20% sobre los 656,8 millones estipulados en el pliego. De hecho, la oferta de Bombardier rebasa ampliamente el porcentaje del 4% del precio medio de las ofertas que las bases del concurso de licitación fijan para calificar de “baja temeraria” a cualquiera de ellas, razón por la cual los canadienses podrían ser descalificados.

El segundo mejor clasificado resultó ser el grupo formado por las multinacionales Siemens y Alstom, con el acompañamiento de las españolas Indra e Isolux, cuya oferta, por importe de 565,8 millones de euros, supone una baja del 13,85% sobre el precio estipulado en el pliego y marca una diferencia inferior al 1% respecto a la media de las ofertas de los cuatro candidatos. En tercer lugar quedó clasificada la oferta presentada por Thales (heredera de la división de comunicaciones para ferrocarril de Alcatel) y Dimetronic, por un total de 584,9 millones de euros. En último lugar quedó el grupo integrado por la italiana Ansaldo y la española Cobra.

Con una cuantía de 656,8 millones de euros, se trata del último gran concurso de señalización y seguridad ferroviaria licitado por ADIF (la empresa pública adscrita a Fomento que construye las líneas del AVE), para dotar de equipos del sistema ERTMS a la nueva línea de alta velocidad que unirá Madrid con Valencia y Alicante. El 5 de junio se abrieron los sobres con las ofertas económicas de los cuatro competidores. Bombardier resultó ser el más barato, seguido de la oferta presentada al alimón por Siemens, Alstom e Indra. Pero el olor a “pucherazo” invade el mundo ferroviario español: todos temen que la oferta presentada por Thales y Dimetronic, clasificados en tercer lugar, acabe llevándose el gato al agua.

Adif Ministerio de Fomento