El Santander premiará a Carlos Pérez de Bricio haciéndole consejero de Banesto

Carlos Pérez de Bricio, presidente ejecutivo de Cepsa durante los últimos 30 años, cargo que abandonó en la junta general de la petrolera celebrada el pasado 28 de junio, será nombrado miembro del Consejo de Administración de Banesto en la reunión que el órgano de gobierno del banco que preside Ana Patricia Botín celebrará a finales de mes. El nombramiento de Pérez de Bricio, 81 años, se interpreta como un acto de agradecimiento del Santander, accionista de Cepsa con el 31%, a los servicios prestados.

“Alfredo Sáenz se ha portado”, aseguraba ayer a este diario una fuente conocedora de los vericuetos de este nombramiento. Y es que el consejero delegado del Santander, que a su vez es vicepresidente de Cepsa, ha jugado un papel capital tanto en el nombramiento de Santiago Beragereche como nuevo presidente de la petrolera, como en la entrada de Pérez de Bricio en el consejo de administración de Banesto, filial del Santander (88,44% del capital).

La salida de Pérez de Bricio, que a su edad sigue disfrutando de un buen estado de forma física, había planteado a los principales accionistas de Cepsa, en particular al Santander, el curioso dilema (ver noticia) de cómo reconocer sus méritos tras casi 30 años de servicios en la cúpula de la sociedad, entre otras cosas porque la Presidencia de Honor ya estaba ocupada, y desde hace tiempo también, por su amigo Alfonso Escámez, presidente que fue al mismo tiempo del Banco Central y de la propia Cepsa.

Con motivo de su salida de la petrolera, diversos medios de comunicación han elogiado la figura de un hombre que, en contra de ejemplos recientes francamente escandalosos, no ha reclamado ninguna cantidad como jubilación más allá de la que establecen las leyes laborales en vigor, y de la pensión correspondiente de la Seguridad Social. Los accionistas, lógicamente, estaban de acuerdo en mantener su estatus en lo que a secretaria y coche se refiere.

Por eso, su nombramiento como consejero de Banesto “viene a llenar esa laguna y a reconocer sus méritos”, aseguran las fuentes. “Emilio Botín renueva así un viejo mensaje al mercado, según el cual el que le sirve con fidelidad no se va con las manos vacías”. Y es que la tarea de lidiar desde la presidencia de Cepsa con dos accionistas tan significados como Santander y Total no ha sido fácil, que ha requerido mucha mano izquierda. “Carlos, con su mano izquierda de siempre, ha sido capaz de jugar al mismo tiempo con la camiseta de los dos equipos que estaban en el terreno de juego, lo cual tiene su mérito”.

La complejidad de ese equilibrio fue puesta de relieve con ocasión del enfrentamiento que llevó al banco y a la petrolera gala a dirimir sus diferencias en Cepsa ante el Tribunal Internacional de Arbitraje de La Haya, que en abril de 2006 dictó una solución salomónica. Pérez de Bricio salvó los muebles con su proverbial habilidad. “Carlos tendrá a partir de ahora despacho en Banesto y eso le dará la vida, porque no sé que hubiera hecho este hombre sin nada que hacer después de toda una viva trabajando”, asegura una persona cercana a su entorno.