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Las deudas estrangulan la economía española
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UNA CRISIS SIN PRECEDENTES

Las deudas estrangulan la economía española

¿Es viable un país cuyos ciudadanos deben a los bancos el 130% de su renta disponible? O dicho en otros términos: ¿Qué se puede esperar de

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Las deudas estrangulan la economía española

¿Es viable un país cuyos ciudadanos deben a los bancos el 130% de su renta disponible? O dicho en otros términos: ¿Qué se puede esperar de una nación que acumula una deuda externa equivalente al 150% de su PIB? Ítem más. ¿Son solventes las empresas españolas teniendo en cuenta que deben al conjunto del sistema financiero 962.333 millones de euros, de los cuales casi la mitad corresponde a empresas del ‘ladrillo’ (constructoras e inmobiliarias)?

Para la mayoría, no será fácil articular una respuesta rápida, pero lo cierto es que este país afronta por primera vez en su historia contemporánea una crisis económica con altísimos niveles de endeudamiento interno y externo. Un fenómeno verdaderamente nuevo que amenaza con estrangular el crecimiento. En ninguna de las crisis de los setenta, ochenta y noventa se vivió una situación parecida. Lo paradójico del caso es que, por primera vez en muchos años, el Estado está en condiciones de presentarse a la sociedad como el agente económico más saneado. Familias y empresas, por el contrario, están literalmente con el agua al cuello. El caso de Martinsa-Fadesa, con una deuda superior a los 5.100 millones de euros, ha sido el aldabonazo, pero no son más que una gota en el océano.

Un par de cifras. La carga financiera soportada por las familias españolas crece y crece. Hasta el punto de que ya representan el 18% de su Renta Bruta Disponible. El registro puede parecer pequeño, pero hay que tener en cuenta dos factores. En primer lugar, que se trata una media respecto del total de familias, y lógicamente no todos los hogares están endeudados, en particular por la adquisición de una vivienda. Y, en segundo lugar, que ese porcentaje prácticamente se ha duplicado desde el comienzo del ‘boom’ inmobiliario.

Lo peor, con todo, no es sólo que hayan crecido las deudas de una manera intensa, sino que, en paralelo, se ha socavado la capacidad de ahorro de las familias españolas, que, de representar cerca del 15% de su renta disponible en 1996, ahora roza el 10%, lo que refleja que los españoles han tirado la casa por la ventana en estos últimos años. Han ‘desahorrado’ y, al mismo tiempo, se han endeudado de forma cada vez más agresiva. Sólo hay que tener en cuenta que hace apenas una docena de años, la deuda de los hogares equivalía al 40% de su renta disponible, tres veces menos que ahora, lo que da idea de la velocidad en capacidad de endeudamiento.

Crédito barato y a espuertas

Las empresas no han ido a la zaga a las familias. Financiarse era barato y había dinero a espuertas, y eso explica que hoy deban una cifra equivalente al 100% del PIB. Mucho dinero en un contexto de restricción del crédito, en particular para las empresas inmobiliarias, cuya única manera de ‘hacer caja’ es, simplemente, vender pisos, algo que hoy por hoy se antoja imposible mientras la demanda no se acerque la oferta y no bajen de forma contundente los precios. Lo que deben las empresas inmobiliarias no es, precisamente, una cifra pequeña. Nada menos que 311.274 millones de euros con datos del primer trimestre de este año. Exactamente, tres veces más que hace apenas cuatro años. Las constructoras deben menos dinero, pero aun así sus pasivos financieros equivalen a 154.277 millones de euros.

No es, desde luego, una deuda antigua, que venga de lejos. Todo lo contrario. El mayor volumen de endeudamiento se produjo al calor de la caída de los tipos de interés que propiciaron al unísono la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, que durante muchos trimestres mantuvo el precio oficial del dinero en el 2%, lo que significaba, en el caso español, tipos de interés reales negativos, lo que unido a la extraordinaria liquidez de los mercados, acabó por favorecer la explosión del endeudamiento. Y son, precisamente, quienes se endeudaron a tipos de interés tan bajos quienes más sufren hoy los rigores de la política monetaria diseñada desde Francfort.

Pero no todas las entidades financieras acudieron con igual ánimo a la orgía del crédito. De los 311.000 millones largos que deben las empresas inmobiliarias, algo más de 170.000 millones de euros los prestaron las cajas de ahorros. Verde y en botella. Las cajas son hoy las más expuestas al hundimiento del mercado inmobiliario, no sólo como consecuencia de que han prestado más dinero, sino también por el hecho de que su negocio minorista está más afectado por la caída del consumo. Y el crédito para adquirir televisores o frigoríficos -y, en general, bienes duraderos- está hoy bajo mínimos, lo que sin duda afecta a su cuenta de resultados. Crece claramente por debajo del 10%, cuando hace pocos trimestres lo hacía por encima del 15%. La voracidad del ‘ladrillo’ para captar fondos casi a cualquier precio ha sido tal que constructoras e inmobiliarias deben hoy lo mismo que el resto de sectores productivos juntos, lo que da idea del modelo de crecimiento español en los últimos años.

Tipos variables

Otra característica define el formidable endeudamiento español, sin comparación posible en la Europa continental. La actual crisis económica es la primera que pilla a las familias con tipos de interés variables. Históricamente, este país ha pagado la vivienda con tipos fijos, pero a partir del último Gobierno socialista –ya con Solbes en el Ministerio de Economía- se impulsó un cambio legislativo para convertir los préstamos fijos en variables y así poder beneficiarse de la previsible bajada de los tipos de interés que traería el nacimiento del euro.

Cientos de miles de familias cambiaron las reglas del juego sin coste alguno, y muchas más comenzaron a pedir préstamos a tipo fijo. La conclusión es que hoy -incluyendo lo que deben las empresas- de los 1,8 billones de euros que adeudan los españoles, nada menos que 1,23 billones están referenciados a tipo variable. Algo que explica la especial vulnerabilidad de la economía española a los movimientos de tipos de interés que decida el Banco Central Europeo. Un problema que ya sido detectado por el comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, que ha llamado la atención sobre este hecho. Demasiado tarde.

¿Es viable un país cuyos ciudadanos deben a los bancos el 130% de su renta disponible? O dicho en otros términos: ¿Qué se puede esperar de una nación que acumula una deuda externa equivalente al 150% de su PIB? Ítem más. ¿Son solventes las empresas españolas teniendo en cuenta que deben al conjunto del sistema financiero 962.333 millones de euros, de los cuales casi la mitad corresponde a empresas del ‘ladrillo’ (constructoras e inmobiliarias)?

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