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LA ECONOMÍA NO RECUPERARA EL PULSO HASTA 2010

La crisis no ha hecho más que empezar

Hay crisis para rato. Al menos, eso es lo que puede extraerse del cuadro macroeconómico -tercero en lo que va de año- aprobado ayer por el

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La crisis no ha hecho más que empezar

Hay crisis para rato. Al menos, eso es lo que puede extraerse del cuadro macroeconómico -tercero en lo que va de año- aprobado ayer por el Consejo de Ministros, y que dibuja un perfil de bajo crecimiento hasta el año 2010. El nuevo escenario estima un avance del PIB del 1,6% para este año y de un 1% para el próximo, lo que muestra a las claras la intensidad del ajuste.

La revisión a la baja del Gobierno se sitúa en línea con el consenso de expertos que coordina Funcas -la Fundación de las Cajas de Ahorros-, que en su último informe prevé un crecimiento del 1,7% para este año y del 1% para el próximo. Esto quiere decir, y dado que ambas previsiones son prácticamente idénticas, que la economía no recuperará el pulso hasta dentro de seis trimestres, al menos. Aunque el Gobierno, en sus previsiones, no ofrece tasas trimestrales, los expertos de Funcas -catorce institutos de coyuntura de todo el país- sí lo hacen, y eso indicaría el perfil de crecimiento para los próximos 18 meses.

Durante el primer trimestre de este año, es probable que el PIB crezca todavía un 1,9%, pero es que para los dos próximos trimestres se espera un aumento del 1,4% y del 1%. El año próximo empezaría con un tasa de crecimiento del PIB equivalente 0,9%, y a partir de ahí se produciría una ligerísima aceleración (hasta el 1% en el segundo trimestre y el 1,1% en el tercero) para acabar el año con un avance del PIB del 1,2%.

Es decir, en todos los casos muy por debajo del potencial de crecimiento de la economía española, que necesita crecer en el entorno del 3% para crear empleo de forma abundante con el que compensar la fuerte evolución de la población activa. Como ayer puso de manifiesto la EPA, la población en edad y con ganas de trabajar (entre 16 y 64 años) está aumentando en tasas del 3%. Esto significa que todo lo que no sea crear puestos de trabajo por encima de esa tasa, engorda el desempleo, lo que puede explicar que el Gobierno haya previsto acabar el año próximo con una tasa de paro del 12,5%.

La tasa puede parecer elevada, pero resulta inconsistente con la destrucción de empleo prevista por el propio Gobierno para el año próximo, equivalente al 0,5%. Para que esas previsiones puedan ser realidad, sería necesaria una brutal caída de la población activa, algo que hoy por hoy se antoja extremadamente difícil por dos razones: la incorporación de la mujer al trabajo, que continúa siendo intensa, y la entrada de inmigrantes, que como ha puesto de relieve el último Censo de Población todavía sigue siendo abundante.

Objetivo ya cumplido

Los datos del paro ofrecidos ayer por el Gobierno son más increíbles si se tiene en cuenta que prevén para este año una tasa de desempleo del 10,4%, nivel que ya se ha alcanzado en este segundo trimestre, y hasta el propio Ejecutivo reconoce en sus previsiones que la segunda parte del año será bastante peor que la primera.

La revisión a la baja del cuadro macroeconómico se asienta sobre un ajuste del consumo privado -el componente que más pesa en el PIB- especialmente intenso, toda vez que crecerá este año únicamente un 0,7%, pero es que el año próximo lo hará a un ritmo del 0,4%. Se trabaja, por lo tanto, con la hipótesis de que tanto el precio del petróleo como los tipos de interés seguirán elevados, ya que, junto con el empleo y los salarios, son los factores que más influyen en la renta disponible de las familias.

A destacar, igualmente, otro dato preocupante: la Formación Bruta de Capital Fijo, las inversiones, volverá a tasas negativas, en concreto del 1,5%, rompiéndose de esta manera un lago periodo expansivo.

Sector exterior

El Gobierno confía en el comportamiento del sector exterior para compensar la debilidad de la demanda interna, que caerá un 0,5%. Economía estima una aportación positiva de dos décimas de PIB este año y de cuatro el año próximo, objetivos difíciles de cumplir en un contexto de fuerte debilitamiento de las economías europeas, hacia donde se dirigen las dos terceras partes de las exportaciones españolas.

Desde el lado de las importaciones, eso requeriría una notable caída del precio del petróleo, algo que hoy por hoy no parece claro. De hecho, el déficit comercial sumó 42.840 millones de euros en los cinco primeros meses del año, lo que supone un 13% más que un año antes, debido principalmente al encarecimiento del petróleo y su efecto sobre las importaciones. El desequilibrio se acerca ya al 4% del PIB, y fue resultado de unas exportaciones de 82.016 millones de euros, el 8,6% más que de enero a mayo de 2007, y unas importaciones de 124.856 millones, el 10,1% más.

La crisis, por último, obligará al Ejecutivo socialista a preparar sus Presupuestos Generales del Estado para 2009 con previsión de déficit, del 0,34% del PIB (3.865 millones de euros). Por un lado, se ha revisado la estimación de ingresos del año que viene, que será inferior, hasta el entorno de los 156.000 millones, mientras que en paralelo el Gobierno se ha comprometido a mantener el techo de gasto ratificado por el Parlamento, aunque aprobará una dotación adicional de 1.500 millones para garantizar el pago de las prestaciones por desempleo del año que viene.

Hay crisis para rato. Al menos, eso es lo que puede extraerse del cuadro macroeconómico -tercero en lo que va de año- aprobado ayer por el Consejo de Ministros, y que dibuja un perfil de bajo crecimiento hasta el año 2010. El nuevo escenario estima un avance del PIB del 1,6% para este año y de un 1% para el próximo, lo que muestra a las claras la intensidad del ajuste.

Pedro Solbes PIB