JK 5022: una indemnización global que puede oscilar entre 30 y 450 millones de euros

Toca hablar de seguros, un elemento colateral al percance. Tras el siniestro del avión JK 5022 de Spanair en Barajas (Madrid), como en cualquier accidente, se activa en segundo plano toda una maquinaria legal, administrativa y financiera que emerge a través de las aseguradoras. Una flota de 21.400 aeronaves vuelan en el cielo para 400 compañías aéreas comerciales en todo el mundo, con una media de 65 pasajeros por vuelo: 1,4 millones de pasajeros, según datos del estudio del seguro aéreo de Swiss Re El verdadero valor del seguro en la aviación, una de las mayores reaseguradoras. El sector aéreo comercial representa un valor total de coberturas de 570.000 millones de dólares (unos 380.000 millones de euro al cambio).

Las aerolíneas tienen contratadas tres tipos de cobertura. Uno para daños en el avión; otro de responsabilidad civil para pasajeros y terceros; y por último para la tripulación. Sin contar los potenciales a personas y materiales fuera del aparato, la cobertura máxima de los seguros para un avión tipo como el MC-82 de Spanair y una ocupación como la que tenía de 164 pasajeros y 9 tripulantes se puede elevar hasta un máximo de 450 millones de euros, teniendo en cuenta un siniestro en el que se detecten toda clase de negligencias, grandes daños a terceros y se precisen altos costes de rescate de las víctimas y hospitalizaciones.
 
Según estimaciones basadas en ejemplos recogidos por Swiss Re en su anuario es el hipotético peor los casos. Sin embargo, las indemnizaciones son netamente inferiores y en el caso del vuelo de Spanair tendrán un volumen mínimo de 30 millones de euros contemplando las indemnizaciones básicas de pasajeros, tripulación y aeronave, según los contratos de transporte habituales. La cifra final dependerá, finalmente, de que se depuren las causas del accidente. Hay que tener en cuenta tambiénm la posibilidad de responsabilidades en que puede incurrir el fabricante del aparato, en este caso Boeing, si se determina un fallo estructural, aunque las fuentes consultadas lo descartan debido a la antigüedad de la nave, de más de 15 años.

En este tipo de accidentes entran en juego toda una familia de seguros. Desde los propios del operador hasta los seguros de las tarjetas de crédito con que se ha comprado el billete o seguros de vida, explican fuentes del sector a este diario. En el caso de Spanair, la compañía mantenía una poliza con Mapfre que, según explican fuentes del sector, se reasegura en el mercado de seguros Lloyds de Londres. La compañía británica AON, uno de los grandes corredores internacionales, trabaja con Spanair y sería el depositario y gestor de esta poliza de seguros. Más del 90% del riesgo está redistribuido entre inversores y otras compañías. Se trata de un seguro muy específico, industrial, y en este caso, Londres es el mercado especializado a nivel mundial, apuntan distintas fuentes del seguro.

Por el momento, las indemnizaciones iniciales ascenderán a más de 3,5 millones de euros. Spanair tendrá que abonar al menos un anticipo de 20.296 euros en un plazo máximo de 15 días tras el reconocimiento de las víctimas para cubrir las necesidades económicas inmediatas de los familiares de los fallecidos en el accidente aéreo de Madrid-Barajas, según informa la agencia Efe. Así lo establece la compañía aérea en sus contratos de transporte, cumpliendo con un reglamento de la Unión Europea de 1997 -modificado en 2002- que se aplica a los perjuicios sufridos en accidentes aéreos en caso de fallecimiento o lesión del pasajero.

Según Efe, en el contrato de transporte de la compañía se establece un mínimo de 100.000 derechos especiales de giro (DEG) definidos por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que equivalen a unos 126.850 euros. pero se señala que no hay un límite económico fijado para la responsabilidad en caso de lesiones o muerte del pasajero. Asimismo apunta que el anticipo obligado por la normativa europea no podrá ser inferior, en caso de fallecimiento, a 16.000 DEG, unos 20.296 euros. Por otro lado, hay que tener en cuenta que gran parte de los billetes se compran con 'dinero de plástico'. Las tarjetas de débito y crédito de la mayoría de entidades financieras llevan aparejados un seguro gratuito por accidente que, en caso de fallecimiento, puede rondar los 300.000 euros para una tarjeta estándar y elevarse por encima del millón de euros en el caso de tarjetas oro o de alta capacidad de compra de Mastercard, Visa o American Express.