Tomas Gómez (PSOE) tiende la mano a Esperanza Aguirre (PP) para facilitar la salida de Miguel Blesa de Caja Madrid

El futuro de Miguel Blesa al frente de Caja Madrid puede estar en manos del nuevo secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez. Según fuentes de la Ejecutiva socialista madrileña consultadas por este diario, el alcalde de Parla estaría dispuesto a colaborar en la salida del presidente, siempre que esta decisión pudiera reportar al primer partido de la oposición regional un incremento cualitativo de su cuota de poder dentro de la entidad de ahorro.

 

El contacto entre ambos partidos ha dejado de ser un secreto en la esfera política madrileña. “Por paradójico que pueda parecer, nos consta que han existido ya acercamientos”, explican fuentes sindicales presentes en el consejo de administración de la caja. “Pasa por ser un acuerdo a un año vista. El PSOE ofrece al PP estabilidad a cambio de entrar en la Comisión Ejecutiva, consiguiendo una visibilidad que ahora no tiene”.

Para materializar este pacto, el líder del PSOE madrileño, a través de su responsable para asuntos económicos, Antonio Carmona, está decidido a no renovar a varios de los cuatro consejeros socialistas que se sientan en el máximo órgano de gobierno de Caja Madrid. Teniendo en cuenta que el equilibrio de fuerzas entre progresistas y conservadores es muy ajustado, no es extraño que exista un acercamiento entre los dos grandes partidos. 

Aunque no confirman la disposición del PSOE, en el Gobierno regional no sorprende esta actitud y se achaca a la necesidad que tiene Tomás Gómez de imponer su autoridad en una Ejecutiva en la que todavía hay restos de la etapa de Rafael Simancas. De hecho, los cuatro consejeros socialistas de Cajamadrid pertenecen al mandato del anterior líder, algunos con puestos significativos, como Antonio Romero, que fue secretario de organización del PSM.

Cambios entre los consejeros socialistas

Según las fuentes socialistas consultadas, los cambios entre sus consejeros afectarán al menos a dos vocales, más vinculados a la filosofía marcada por Simancas para participar en el gobierno de la caja, una situación pasada que permitió a Blesa sumar apoyos a su favor. “Gómez necesita consolidar su poder”, explican desde el Parlamento regional. “Si Blesa debe algo a Simancas, Gómez también necesita un presidente que le deba algo a él”.

Por otro lado, fuentes del Gobierno regional señalaron a este diario que el proceso de renovación de cargos en la entidad madrileña está abierto y que la presidenta, Esperanza Aguirre, está dispuesta a alcanzar un acuerdo “satisfactorio” con el PSM. Estos puentes de entendimiento están llamados a restar poder a otras fuerzas presentes, caso de CCOO o IU, que con solo un representante ocupa una de las vicepresidencias.

La hostilidad de la Comunidad hacia el presidente de Caja Madrid es un hecho. El último episodio del pulso que se mantiene con Blesa tuvo como protagonista a un supuesto informe jurídico, encargado por el propio PP, que argumentaría la obligación del presidente a abandonar su cargo. Aunque uno de los vicepresidentes de la caja, el popular Estanislao Rodríguez Ponga, reclamó aclaraciones sobre esta situación, el consejo en pleno salió en defensa de su presidente. Y así será, hasta la próxima.