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Los bancos consiguen que el plan de rescate del Gobierno sea anónimo y que incluya las cédulas
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Los bancos consiguen que el plan de rescate del Gobierno sea anónimo y que incluya las cédulas

La banca española  ha conseguido que el plan de rescate del Gobierno incluya algunas de sus principales demandas. En especial, la de que se incluyan las

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Los bancos consiguen que el plan de rescate del Gobierno sea anónimo y que incluya las cédulas

La banca española  ha conseguido que el plan de rescate del Gobierno incluya algunas de sus principales demandas. En especial, la de que se incluyan las cédulas hipotecarias en los activos que va a adquirir el famoso Fondo de Adquisición de Activos Financieros (FAAF) con sus 30.000 millones de euros (ampliables hasta 50.000). Asimismo, han conseguido que estas ventas se hagan de forma anónima, con lo que no tendrán que retratarse las entidades que acudan a este rescate a diferencia de otros países, como Alemania.

El borrador del reglamento del FAAF, publicado hoy por el periódico financiero Cinco Días (Grupo Prisa), recoge dos modalidades de adquisición de los activos de los bancos: permanente -hasta el vencimiento- o temporal. Para el primer caso se admitirán cédulas hipotecarias y bonos de titulización respaldados con cédulas (ese invento llamado titucédulas) emitidos con posterioridad al 10 de octubre (fecha de aprobación del fondo), que tengan calificación crediticia de triple A. De hecho, el reglamento dice explícitamente que los activos susceptibles de ser comprados deberán presentar características homogéneas que permitan su compra mediante procedimientos competitivos, y en este sentido las cédulas hipotecarias presentan una mayor homogeneidad que otros títulos respaldados por préstamos.

Las cédulas también se admitirán en las operaciones temporales (operaciones de compraventa dobles), junto a bonos de titulización de activos y titulizaciones hipotecarias, respaldados con créditos concedidos a particulares y empresas no financieras, que sean elegibles para llevar a descontar al BCE. En este caso, se relaja el requisito de rating hasta doble A y, lo más importante, se admiten bonos emitidos desde agosto. Es decir, bancos y cajas van a poder colocar al Gobierno los activos que han emitido en los últimos meses y guardaban en balance para llevarlos a las inyecciones de liquidez del BCE a corto plazo. De lo que no se librarán es del famoso haircut (porcentaje de la garantía aportada que no se transforma en liquidez), que será similar al del BCE: es decir, del 12% a partir de febrero para las titulizaciones.

Las ventajas de las cédulas

Varias entidades habían expresado en los últimos días su deseo de poder colocar cédulas al FAAF, deseo que les ha concedido el Ejecutivo con este reglamento. Las cédulas hipotecarias son un tipo de bonos que cuenta con la doble garantía de los créditos hipotecarios de la entidad y del propio banco o caja, por lo que son más baratas que la deuda senior (de la que responde únicamente el patrimonio del banco) y mucho más baratas que las titulizaciones hipotecarias (que sólo tienen detrás los créditos que se titulizan). Por baratas debemos entender que pagan intereses más bajos.

Además, las entidades no pueden llevar estos instrumentos a descontar al BCE, pero sí las titulizaciones. Y lo más importante: no sacan del balance las hipotecas que hay detrás, al contrario que las titulizaciones, con lo que el banco o caja mantiene las hipotecas de buena calidad -recuerden que el Gobierno exige triple o doble A- y, en consecuencia, seguirá recibiendo el pago del capital y los intereses recurrentemente, y no tendrá que provisionar la pérdida de valor de la garantía (la vivienda hipotecada).

Un plan opaco

Respecto a la transparencia, se han confirmado los augurios de que el fondo será anónimo, a diferencia de lo que ocurre con los planes de rescate de otros países. El Ejecutivo se escuda en que va a copiar las prácticas de las subastas del BCE, en las que sólo informa del importe solicitado y adjudicado, importe, número de peticiones (pero no nombre del peticionario), número de pujas adjudicadas, y tipo marginal y medio de la subasta.

En todo caso, hay muchas prácticas distintas entre países en cuanto a la transparencia. Así, en Alemania y Reino Unido los bancos que acuden al rescate deben retratarse ante la opinión pública, mientras que en EEUU todos los bancos deberán acogerse a él para que el mercado no pueda discriminar entre buenos y malos; aunque eso se refiere sólo a las inyecciones directas de capital a los bancos, no a la venta de activos al Fondo del Gobierno (llamado TARP en EEUU).

La banca española  ha conseguido que el plan de rescate del Gobierno incluya algunas de sus principales demandas. En especial, la de que se incluyan las cédulas hipotecarias en los activos que va a adquirir el famoso Fondo de Adquisición de Activos Financieros (FAAF) con sus 30.000 millones de euros (ampliables hasta 50.000). Asimismo, han conseguido que estas ventas se hagan de forma anónima, con lo que no tendrán que retratarse las entidades que acudan a este rescate a diferencia de otros países, como Alemania.

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