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Madoff puede estar sólo cinco años entre rejas gracias al método Ponzi
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Madoff puede estar sólo cinco años entre rejas gracias al método Ponzi

Bernard Madoff ha calado entre la picaresca española. Si hace exactamente un año, por internet, se podían comprar camisetas de Jerôme Kerviel, el hombre que dejó

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Madoff puede estar sólo cinco años entre rejas gracias al método Ponzi

Bernard Madoff ha calado entre la picaresca española. Si hace exactamente un año, por internet, se podían comprar camisetas de Jerôme Kerviel, el hombre que dejó un agujero de 4.900 millones de euros en Société Générale, un grupo de emprendedores con visión de negocio han visto en este nuevo escándalo una mina de oro. A través de la página web www.vivamadoff.com se puede comprar todo tipo de merchandising del inversor de Wall Street, que se ha hecho famoso gracias a una estafa de 50.000 millones de dólares mediante el método Ponzi.

Una iniciativa que apunta a ser más lucrativa que la de su predecesor galo. En primer lugar, por la repercusión mediática que el fraude ha tenido a lo largo y ancho del globo y, en segundo lugar, porque vamos a tener Madoff para rato si, como hasta ahora, sigue los pasos de su maestro, Charles Ponzi.  

Las últimas informaciones sobre el escándalo Madoff apuntan a que sus abogados estarían intentando llegar a un acuerdo con las autoridades para unificar los cargos a los que se enfrenta el inversor o conseguir una reducción de la condena en el caso de que finalmente Madoff ingrese en prisión.

Algo similar a lo que hizo Ponzi en 1920, cuando se descubrió que su máquina de hacer dinero era un fraude que consistía en pagar a sus inversores con los ingresos procedentes de nuevos “captados” a la causa. Ponzi entonces se enfrentaba a 86 cargos en la corte estatal de Boston por utilizar el correo para evadir sus obligaciones con el Estado, al igual que Madoff fue “cazado” la semana pasada. Ponzi explicó que simplemente se dedicaba a mandar postales a sus “inversores” explicándoles como debían recoger su dinero.

Pese a que el empresario estaba convencido de que podía ganar el juicio, su mujer le suplicó que se declarara culpable y aceptara una condena de cinco años frente a los veinte que podía pasar en prisión si se diera el caso de que perdiera. Ante el juez que instruía el caso, un tal Clarence Hale, solicitó una agrupación de la condena y se declaró culpable.

Aparentemente Ponzi tan sólo estaría en prisión cinco años. Sin embargo, mientras cumplía su pena, el estado de Massachusetts fue a por él con 22 cargos más por robo. Ponzi peleó con uñas y dientes ante la corte suprema, alegando que era un prisionero federal y que, por tanto, no podía ser juzgado por un estado. Pero en este caso, el fiscal de Massachusetts le acusaba de distintos delitos a los ya vistos, por lo que Ponzi no pudo aferrarse a la “excepción de cosa juzgada”.

Entonces se erigió como su propio abogado y, gracias al carisma que desprendía y a la misma labia que le había permitido captar el dinero de los inversores, se metió al jurado en el bolsillo y consiguió que le declararan inocente de las nuevas acusaciones. La prensa se agolpaba a las puertas de la corte con la que parecía la noticia de la década.

Pero el fiscal no se iba a quedar de brazos cruzados, quería un pedacito de Ponzi y siguió presionando hasta que, finalmente, fue encontrado culpable y condenado a otros siete años de prisión como “un vulgar ladrón”.

La historia está para no caer en los mismos errores. Si los abogados de Madoff están negociando un trato con la justicia para unificar las penas y rebajar la condena del inversor de Wall Street, es seguro que tienen muy presente el cabo que se le olvidó atar a Ponzi y por el que tuvo que cumplir siete años más entre rejas. Con todo, el caso Madoff apunta a ser un proceso largo y mediático, con el consiguiente sonar de la caja registradora de quienes han visto en este nuevo fenómeno un negocio más que lucrativo.

Bernard Madoff ha calado entre la picaresca española. Si hace exactamente un año, por internet, se podían comprar camisetas de Jerôme Kerviel, el hombre que dejó un agujero de 4.900 millones de euros en Société Générale, un grupo de emprendedores con visión de negocio han visto en este nuevo escándalo una mina de oro. A través de la página web www.vivamadoff.com se puede comprar todo tipo de merchandising del inversor de Wall Street, que se ha hecho famoso gracias a una estafa de 50.000 millones de dólares mediante el método Ponzi.

Bernard Madoff