Sebastián mejora las condiciones a la banca ante el frenazo del crédito a la exportación

“No tienen apenas coste económico”, explicaba en petit comité la secretaria de Estado de Comercio, Silvia Iranzo, después de que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, presentara ayer una batería de medidas para favorecer la exportación. Son épocas de austeridad. ¿Y de maquillaje? En el fondo, según se admitía desde el propio Ministerio, las propuestas no son en su mayor parte sino planes ya en marcha o reasignación de fondos ya contemplados. En todo caso, sí afrontan una inquietud general en el Ejecutivo. El crédito no llega. Lo retrataba bien la secretaria de Estado al referirse a una de las medidas: “Se trata de mejorar las condiciones a los bancos para que entren en los proyectos internacionales”.

Y es que no están entrando. El crédito se ha frenado para todos y los proyectos de internacionalización, como no podía ser de otra forma, también lo han notado. De hecho, la medida más relevante de entre las presentadas ayer por Sebastián durante un acto organizado por CEOE, la reforma del Convenio de Ajuste Recíproco de Intereses (CARI), también ha sufrido los estragos de los problemas de la estrechez del crédito. El CARI es un sistema por el que se incentiva que los bancos concedan préstamos a la exportación a largo plazo y a un tipo de interés fijo… Y los números cantan. En el cuarto trimestre de 2007 se financiaron 19 operaciones por valor de 118 millones de euros. En los últimos tres meses de 2008 apenas se implementaron ocho por una cantidad que superaba levemente los 33 millones.

¿Por qué los bancos han dado la espalda a la iniciativa? Iranzo lo tiene claro: “Sencillamente, no les compensa”. El problema hoy es que los bancos están adquiriendo el dinero a Euribor más 1,5 puntos debido a las restricciones en el crédito. Un coste que las empresas no asumen. La reforma del CARI pasará porque el Ministerio subvencione ese diferencial hasta dejar el coste en el entorno del Euribor más 0,65 puntos, lo que haría más atractivo el acceso a este tipo de préstamo. “Se trata de adaptarlo a los nuevos costes de financiación a los que están haciendo frente los bancos y cajas, incentivando así la concesión de crédito a la exportación”, explicó en su intervención Miguel Sebastián.  

El siguiente paso será hacer cuentas. El sistema plantea un ajuste por el cual, cada seis meses, se compara el tipo fijo de consenso marcado por la OCDE, al que se concede el préstamo, con el rendimiento que hubiera obtenido el banco si hubiera formalizado la operación a tipo de interés de mercado. La diferencia puede ser a favor del ICO o del banco. “Nuestro cálculo es que la medida puede tener un coste máximo de 1,7 millones de euros. Pero en función de los tipos de interés y de los ajustes con las entidades financieras podría ser que hasta tenga un superávit para el ICO”, subrayó Silvia Iranzo para argumentar que el impacto económico de la medida, en caso de existir, sería mínimo.

Efecto presupuestario cero

El resto de medidas, que como las anteriores se incluirán en el Plan E lanzado recientemente por el presidente del Gobierno, también pasan por apoyar la liquidez. Se pondrá en marcha una nueva línea en el plan de apoyo a la internacionalización con una dotación de 25 millones de euros, cuantía que ya estaba contemplada en los Presupuestos Generales del Estado. Los créditos del Fondo de Ayuda al Desarrollo, que en las cuentas para el año próximo cuentan con una reserva de 2.338,3 millones de euros, sostienen otras dos iniciativas. Por un lado, el Plan África de exportación de infraestructuras, dotado con 100 millones de euros. Por otro, la Línea FAD-Pyme, dotada con 40 millones.

El plan de Sebastián tiene otros elementos no financieros, entre los que destaca la creación del Centro de Atención Unificado al Comercio Exterior (Cauce), “para asesorar de forma personalizada a las empresas respecto a los programas e instrumentos de promoción y apoyo a la internacionalización”. En esta línea, un Centro de Asistencia al Inversor (CAI) respaldará a las empresas que encuentren dificultades en las licitaciones o inversiones en terceros países, al tiempo que una nueva iniciativa, el Plan Licita, “contribuirá a mejorar el aprovechamiento de las oportunidades de negocio que generan las organizaciones financieras multilaterales”.

El ministro, que aseguró que España responderá con hechos a la rebaja del rating por parte de Standard&Poor’s y a las negativas previsiones económicas de la Comisión Europea, adelantó que se repetirán encuentros con fondos soberanos para favorecer la inversión extranjera en España, después del que ya tuvo lugar sin demasiado éxito con los principales del Golfo Pérsico a finales del pasado mes de noviembre.